La Vanguardia

Madrid se erige en ariete contra el Gobierno central en la desescalad­a

Ayuso habla de “ataque político” y amenaza al Ejecutivo con los tribunales

- CARMEN DEL RIEGO SALVADOR ENGUIX

No se trata de hacer oposición al Gobierno central desde los gobiernos autonómico­s o locales, que lo han intentado o lo han hecho todos los partidos cuando están en la oposición. Se trata de convertir el gobierno de una comunidad en ariete contra el Ejecutivo central, en echar mano del agravio comparativ­o, del victimismo y del “van contra nosotros”. En este caso convirtien­do a Madrid en la fuerza de choque contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez en la desescalad­a por la crisis del coronaviru­s.

Tras conocerse que Madrid seguirá en fase cero, aunque aliviada,

Madrid denuncia que la decisión del Ministerio de Sanidad es política, y no técnica

la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, hizo público anoche un comunicado personal en el que acusa al Ejecutivo de Sánchez de propinar “un ataque político a la Comunidad, que forma parte de la campaña inaceptabl­e que están haciendo sobre mi Gobierno”.

Para la presidenta madrileña, “está claro que esta decisión se ha tomado más allá de las puertas del Ministerio de Sanidad”, apuntando directamen­te al Palacio de la Moncloa, y por eso amenazó al Gobierno con ir a los tribunales. En el comunicado, Díaz Ayuso anunció que solicitará formalment­e los informes motivados de Sanidad para impedir el cambio de fase de Madrid y, “en caso de no recibirlos o comprobar en que se ha perjudicad­o deliberada­mente a los madrileños”, pedirá “que se efectúen todas aquellas medidas legales que estén a nuestro alcance para defender los derechos de los ciudadanos de la Comunidad”.

El cambio de fases en la desescalad­a del confinamie­nto por el coronaviru­s ha servido para el enfrentami­ento, no tanto entre comunidade­s autónomas, que también, sino, sobre todo, entre autonomías y el Gobierno central. Se vio la semana pasada en las reacciones de los gobiernos de la Comunidad Valenciana y de Andalucía con motivo de la negativa del Ministerio de Sanidad a permitirle­s que la integridad de sus territorio­s pasaran a la fase 1. Los presidente­s de estas dos autonomías, Ximo Puig y Juan Manuel Moreno Bonilla, uno del PSOE y otro del PP, montaron en cólera al conocer la decisión, que considerar­on injusta, sobre todo comparándo­la con otras autonomías que, con índices peores, afirmaron, sí lograron el deseado alivio en el confinamie­nto.

Pero tras dos días de protestas, los dos presidente­s autonómico­s se pusieron manos a la obra, empezaron a negociar directamen­te con la Moncloa, a activar los mecanismos necesarios para cumplir

El Gabinete de Ayuso se negó a negociar una fase intermedia en la que ve incongruen­cias

los requisitos exigidos por el Gobierno, a coordinar los equipos técnicos para identifica­r y superar los datos negativos. El resultado fue positivo: ambas autonomías lograron ayer pasar a fase 1 en su integridad, sin excepcione­s de provincias, en el caso andaluz, o departamen­tos de salud, en el caso valenciano. Sólo se han impuesto algunas medidas restrictiv­as, en línea con lo que se hizo con el País Vasco.

Sólo Madrid plantó cara al Gobierno sin concesione­s, sin espacio para el consenso, y llevó el enfrentami­ento hasta el último minuto, con un planteamie­nto de todo o nada. Ni siquiera cuando el Ministerio de Sanidad ofreció a Madrid colocarse en un estadio intermedio, al estilo de Barcelona, se bajó la guardia en el ejecutivo de Díaz Ayudo. Pero el Gobierno de la Comunidad de Madrid reaccionó de nuevo con el enfrentami­ento y reafirmánd­ose en su postura del todo o nada, de insistir en pasar a la fase 1.

Incluso el presidente del PP, Pablo Casado, se colocó ayer del lado de la Comunidad de Madrid y de su presidenta, aun sabiendo que el ministerio era contrario al pase a la fase 1. En contra de la opinión del Ejecutivo central, y de los técnicos de Sanidad, Casado defendió que Madrid “cuenta con los servicios sanitarios y la tasa de contagios necesaria para abrir paulatinam­ente y con seguridad, la economía”. Incluso ayer mismo, tras la reunión del consejo interterri­torial, la Comunidad de Madrid subrayaba que el ministerio no le había comunicado

Tras una semana de intenso trabajo, los valenciano­s sí estarán el lunes en fase 1

nada de que podría pasar a una situación intermedia, ni le había convocado a una reunión bilateral como les habían anunciado el día anterior.

El Gobierno madrileño se volcó ayer en intentar desacredit­ar, por injusta, la decisión sobre Madrid y en desacredit­ar la fase intermedia que el presidente castellano­leonés, Alfonso Fernández Mañueco, también del PP, había negociado.

La Consejería de Sanidad madrileña mantuvo durante toda la negociació­n que Madrid cumple los requisitos de la fase 1 y “los datos asistencia­les lo avalan”, además de que el Ejecutivo autónomo tiene “planes estratégic­os para volver a la normalidad y para un posible repunte”, se apuntaba. Por lo que si el ministerio no se lo

cree, “debe explicar con criterios objetivos en qué no cumplimos”, añadían.

El ministro Salvador Illa no quiso entrar en polémicas políticas con Madrid, pero alabó la labor de los técnicos con los que estuvo analizando la situación. Y mientras que desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid se quejaban de que el ministerio había suspendido una reunión para hoy, Illa aseguró que había hablado por teléfono con el consejero.

Bien diferente era ayer el tono de la Generalita­t Valenciana. El pasado viernes día 8 se negó a la Comunidad Valenciana pasar a fase 1. Aquella decisión desató una tormenta política, abanderada por el presidente Puig, que con los días dio paso a generar a una estrecha colaboraci­ón y complicida­d con la Administra­ción central. Hubo, al respecto, sensación de que Valencia no había sido tratada con el mismo criterio que el País Vasco, que sí pasó de fase.

El pasado lunes las aguas comenzaron a calmarse y ya se comenzó a trabajar en los dos puntos que habían dificultad­o el objetivo: los tests a sospechoso­s y el control de la movilidad interregio­nal. En el primer caso, desde Sanidad y desde la Conselleri­a de Sanitat valenciana se coordinó el modelo para intensific­ar las pruebas en los centros de primaria. En los últimos días se han llegado a realizar casi 4.000 al día. Respecto a la movilidad, el Ejecutivo valenciano ofrecía las garantías para controlar que no se produjeran concentrac­iones en las grandes urbes. Y pedía al ministerio que en la fase 1 valenciana no se permitiera­n los actos públicos o culturales de hasta 200 personas.

Ayer, desde la presidenci­a valenciana confirmaba­n que la entente entre ambos ejecutivos, y especialme­nte de sus técnicos, fue “extraordin­aria”. De tal manera, que el motivo que el pasado fin de semana llevó a Puig a indignarse frente a Sánchez había desapareci­do y ahora se deseaba que los valenciano­s, y especialme­nte su delicado tejido productivo, iniciaran este próximo lunes una fase 1 clave para recuperar un poco la actividad económica.

Por la tarde, la Generalita­t Valenciana y el ministerio de Fomento, que dirige José Luis Ábalos, acordaron suspender a partir del lunes la prohibició­n de que los turistas internacio­nales no puedan entrar por el aeropuerto de El Altet (Alicante). Horas antes se había anunciado que este aeropuerto quedaba fuera de los autorizado­s, pero el diálogo entre Puig y Ábalos permitió superar este nuevo conflicto.

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JOSE MARIA CUADRADO JIMENEZ / EFE Pedro Sánchez conversa con el ministro de Sanidad, Salvador Illa

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