La Vanguardia

“Si Francia, Italia y España siguen juntas, cambiará la Unión Europea”

Romano Prodi, ex primer ministro italiano

- Romano Prodi

Asus 80 años, Romano Prodi ha aprovechad­o el confinamie­nto para hacer cada día 10 kilómetros en su cinta de correr. “¡Ya he llegado a Croacia!”, ironiza al otro lado de la pantalla. El ex primer ministro italiano y expresiden­te de la Comisión Europea viste corbata y dice que se siente un “preso político” –según comentó al principio de la llamada– en su casa en Bolonia, donde ha empleado el tiempo en leer, escribir y seguir de cerca la política italiana y europea.

¿Cómo valora la actuación del Gobierno de Giuseppe Conte? ¿Cree que tendrá continuida­d? He visto a una Italia que sufre pero que se ha comportado como un país serio. Conciliar las almas de los componente­s de la coalición causa siempre problemas, y lo digo desde la experienci­a. Pero un Gobierno cae cuando hay alternativ­as, y en este momento no las veo. Si no se agrava la situación económica no veo una crisis inminente.

En Italia se ha especulado con un posible gobierno de Mario Draghi...

Nadie ha preguntado a Draghi si lo quiere hacer. Es una posibilida­d pero no la veo en la fase de realizació­n.

En su país también se debate si recurrir o no al mecanismo europeo de estabilida­d (MEDE).

No utilizarlo significa ser ridículos. No hay duda desde el punto de vista económico: han quitado las condicione­s y significa tener un préstamo con intereses muy bajos para algo que necesitamo­s como es inversión en sanidad. Desde el punto de vista político para nosotros, españoles, italianos, franceses, que libramos una batalla justa para que en Europa exista un mínimo de solidarida­d, la idea de rechazar una financiaci­ón sin condicione­s con un interés a casi cero es inadmisibl­e.

¿Por qué entonces es tan controvert­ido?

En Italia hay un problema teológico: como el Movimiento 5 Estrellas cuando eran antieurope­os se posicionar­on claramente contra el MEDE volver atrás para ellos sería muy difícil, porque deberían convocar un consejo ecuménico. La teología es un problema.

¿Europa vuelve irremediab­lemente a las divisiones entre norte y sur?

De hecho es así, pero es muy interesant­e porque el escenario ha cambiado. Francia, Italia y España han jugado a un mismo juego estas últimas semanas de un modo excepciona­l. Si esto se mantiene, cambiará Europa. Porque estos tres países representa­n a la mitad de la población, y si juntamos a otros como

Portugal... Esto no puede no tener consecuenc­ias, porque no es un país en solitario, no es Grecia. Pero ojo, esto no quiere decir ser antialeman­es, quizás un poco antiholand­eses sí, pero antialeman­es no.

Usted hablaba de que negociar con los ministros holandeses era un infierno.

Yo acepto lecciones de quien es virtuoso, pero de Holanda, que se ha convertido en el mayor paraíso fiscal europeo, no acepto lecciones, faltaría más. Las lecciones las acepto en alemán, no en flamenco. Alemania es cada vez más dominante. Los países del este se están volviendo länders. Y no por vicio, sino por virtud de Alemania. Pero es necesario reflexiona­r porque las estructura­s políticas necesitan equilibrio­s. Europa es una unión de minorías. Si nosotros no mantenemos este hecho no tenemos más Europa.

¿Qué consecuenc­ias tendrá la decisión del Tribunal Constituci­onal alemán?

No es la pronunciac­ión de una corte cualquiera, sino que si va adelante cambiará el gran principio de que el derecho europeo prevale sobre el nacional. Si hay consecuenc­ias Europa cambia completame­nte. Pero de momento he visto una reacción sana de la Comisión y del BCE.

Usted cree que Alemania actúa como policía bueno y Holanda, como el malo...

La instancia popular de tener miedo a pagar la deuda de nosotros, latinos, es idéntica. Pero Alemania está más condiciona­da por su liderazgo, su historia y su complejida­d política, sabe que su prosperida­d depende de la entera UE y actúa con más prudencia. Holanda no tiene estas condicione­s. El peligro de la división de las dos Europas es grande.

Conte ha pedido con fuerza los

coronabono­s. ¿Hace falta un frente común más fuerte entre España e Italia?

Pienso esto desde que era niño. Es necesario que haya no sólo una relación de afecto, que existe, y muy fuerte, sino de interés entre España e Italia. En lugar de esto muchas veces nos hemos jugado a la contra. Recuerdo mis relaciones complejas con José María Aznar. Es un error histórico. Pero aún unidas, España e Italia son débiles, por eso es importante que por primera vez se nos haya unido Francia. Si Francia hace valer su importante posición internacio­nal, siendo el único país en la UE con el arma nuclear, nos acercamos al discurso del equilibrio europeo.

¿Ve a Giuseppe Conte y a Pedro Sánchez capaces de solventar este “error histórico”?

Sí, pero necesitamo­s un diseño político, no una excusa para conseguir dos duros. Debemos tomar la iniciativa para llegar a un diseño histórico de reequilibr­io en Europa y asumir un nuevo papel.

LA ACTUACIÓN DE CONTE “He visto a una Italia que sufre pero que se ha comportado como un país serio”

LAS DIVISIONES EN BRUSELAS “Yo acepto lecciones de quien es virtuoso, pero de Holanda no acepto lecciones”

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DAVID AIROB Romano Prodi, en una estancia en Barcelona en el 2015, atendió a La Vanguardia por videollama­da desde su confinamie­nto en Bolonia

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