‘El Amazon de Ripoll’ entrega 2.000 pedidos en confinamiento
Hace más de dos meses que la vecina de Ripoll Dolors Begara, de 59 años, no sale a comprar. “No lo hago por miedo a contagiar a mi marido, que es asmático crónico y tiene problemas de azúcar”, explica desde su casa, situada a las afueras del municipio. El pan, la carne, el pescado, los productos de limpieza o de higiene se los lleva un repartidor pocas horas después de que haya hecho el pedido por teléfono o Whatsapp a sus comercios de confianza.
Para Dolors y otros muchos vecinos de este municipio, donde uno de cada cuatro tienen más de 65 años, la iniciativa impulsada por el Consistorio y la Unió de Botiguers de facilitar las compras durante el confinamiento sin necesidad de salir de casa ha sido una tabla de salvación. También para negocios que han ingresado en momentos en los que habrían tenido que cerrar. Y aunque ahora las tiendas de Ripoll vuelven a estar abiertas, la compra a distancia ha venido para quedarse.
El alma mater de esta iniciativa, bautizada con el nombre “De la Botiga a Casa”, es Manoli Vega, concejal de Comercio del municipio, que a mediados de marzo transformó el desánimo de muchos comerciantes en esperanza. Primero fueron siete los negocios adheridos, luego 30 y ahora ya son más de 60, entre tiendas de alimentación, de ropa, zapaterías, floristerías, ferreterías... que cuentan con otra forma de venta, que muchos no preveían antes de esta crisis.
El primer pedido se produjo días antes de San José y fueron unos pantalones y una camisa para regalo. “Para nosotros fue una salvación: la semana en la que teníamos que cerrar nos llegaba el género de primavera y de repente, no podíamos vender”, explica Eva Capdevila, que desde hace cuatro años regenta una tienda de ropa.
Desde entonces, se han realizado unos 2.300 repartos (la mayoría de alimentación) y la cifra sigue creciendo también ahora en pleno desconfinamiento. “La iniciativa nace en un momento clave, para dar vida a los comercios y un servicio a la población y la voluntad es que se quede”, explica Vega, que a diferencia de algunos municipios donde son los propios comerciantes quienes hacen el servicio puerta a puerta, en este caso, son repartidores externos quienes acuden a buscar la mercancía y realizan la entrega, de momento a coste cero para el cliente. Algunos han apodado el servicio como el Amazon de Ripoll. El presidente de la Unió de Botiguers, Pep Forcada, subraya que la iniciativa ha ayudado también a reactivar las ventas de producto de proximidad.
Los expertos afirman que el servicio a domicilio del pequeño comercio (ya sea a través de una página web, llamada telefónica o mensajería instantánea) ha venido para quedarse. “Muchos lo habían eludido, pero no querrán volver a sufrir el prejuicio de no estar preparados ante una situación imprevista como la actual”, explica Neus Soler, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.