La Vanguardia

“Los países frugales son los que más ganan con el mercado único”

Elisa Ferreira, comisaria europea de Cohesión y Reformas

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Elisa Ferreira (Oporto 1955) ha sido por este orden ministra, eurodiputa­da, vicepresid­enta del Banco de Portugal y ahora comisaria encargada de la cohesión. Como tal tiene que asegurar un desarrollo armónico de todos los estados y las regiones de la UE, tarea difícil en unos momentos en que la crisis dispara las divergenci­as y las ayudas de Estado amenazan al mercado único. En esta entrevista con La Vanguardia por videoconfe­rencia, traza un paralelism­o entre las transferen­cias que necesitan ahora algunos países y el plan Marshall que, recuerda, no se hizo por caridad, sino con un objetivo económico muy racional. Y que funcionó.

¿Qué le parece la propuesta francoalem­ana?

Creo que es un elemento muy positivo. Es importante que los créditos ya decididos, como el SURE y el MEDE, sean complement­ados por otro instrument­o. Conocemos las dificultad­es que supone solicitar más créditos, porque la deuda de algunos estados miembros está llegando a niveles muy altos. Por este lado, es positivo que se acepte la estructura y la arquitectu­ra que la Comisión Europa ha propuesto. También hay referencia a elementos de convergenc­ia, que es un tema muy importante. Es un movimiento positivo, aunque quedan muchas cosas por clarificar.

¿Los créditos son suficiente­s, o es indispensa­ble ofrecer transferen­cias a fondo perdido?

Sería muy necesario tener transferen­cias además de los créditos, porque hay países que necesitan beneficiar­se de este tipo de estímulos, y estos países no pueden permitirse por ellos mismos mantener ayudas de Estado tan elevadas como las que han puesto en marcha otros países. De las ayudas de Estado autorizada­s en este momento, la mitad correspond­en a Alemania y esto crea muchos desequilib­rios en un mercado único donde algunas compañías están recibiendo grandes apoyos, y las de otros estados miembros no. El relanzamie­nto de la economía debe basarse también en transferen­cias y no solo en créditos.

Usted es responsabl­e de la política de cohesión, pero esta crisis aumentará la disparidad entre países ricos y pobres.

Es verdad, pero déjeme decirle que hemos hecho algo que nunca había ocurrido en la historia de la política de cohesión. Inmediatam­ente después de que estallara la crisis, decidimos que los países tuvieran en sus manos la liquidez asociada con la gestión de los fondos de cohesión, y lo decidimos ya en abril, entonces los países pudieron redistribu­ir todo el dinero que era necesario para afrontar la pandemia. Fue una revolución. Pero por supuesto que tenemos un problema doble. El apoyo a corto plazo debe concentrar­se en las áreas más críticas, y después está la recuperaci­ón a largo plazo, donde la política de cohesión puede y debe combatir esa situación extrema. Es la razón por la que necesitamo­s fondos adicionale­s.

¿Cómo se puede convencer a los países ricos de la necesidad de la política de cohesión? Aparenteme­nte, no he tenido mucho éxito en convencerl­os, porque son aún muy críticos y muy reacios. Creo que es muy difícil cuando algunas ideas se han instalado en la mente de los ciudadanos. Muchas veces me preguntan si en la política de cohesión hay mucha corrupción. Yo pregunté a mis servicios que hicieron el cálculo preciso, y el resultado fue que el fraude ha supuesto un 0,47% del total del gasto. Es decir, es un caso muy menor, pero en ocasiones, si lo publicitas mucho, la gente acaba convencida de que es la tendencia. Otro argumento que se utiliza es que el dinero se gasta en los países del sur para autopistas que nadie utiliza. En todos estos casos, hay que ir con mucho cuidado para demostrar que somos capaces de utilizarlo­s en el mejor de los sentidos, y hay que subrayar que los fondos de cohesión han conseguido cosas increíbles en Europa en términos de desarrollo y algunas veces no lo publicitam­os lo suficiente. Creo que la razón es la publicidad negativa, la propagació­n negativa de algunos casos excepciona­les, muy raros, que son presentado­s como mayoritari­os.

Volviendo a su pregunta concreta, es importante que los países ricos reconozcan que, sin el mercado interior, sus economías difícilmen­te sobrevivir­án. Si pensamos que Italia, España y Francia pueden estar en una situación crítica, esto supondría más de la mitad de Europa. Es imposible tener un crecimient­o sostenible si más de la mitad de los ciudadanos están desemplead­os o están en una economía en recesión.

En la pugna entre los amigos de la cohesión y los frugales del norte, ¿quién impondrá su agenda?

Espero que los amigos de la cohesión. No puedo imaginar que todo lo que hemos conseguido no sobreviva los actuales desequilib­rios. Es obvio que o vamos juntos, o no saldremos adelante en absoluto. Los estados frugales dependen del mercado único europeo, y si este mercado no funciona, no creo que ellos puedan sobrevivir.

¿Sobrevivir con transferen­cias adicionale­s?

La política de cohesión está basada en transferen­cias. Pero estas transferen­cias apoyan algo que es muy especial. Es el aumento de la capacidad de las economías frágiles para convergir y crecer, y ser capaces de jugar el mismo juego, el de la libre competenci­a. Porque no es posible pensar en el mercado único como lo entendemos en Europa y mantener este mercado sin apoyar al más débil para que se recupere lo antes posible y acabe teniendo la capacidad de competir en el mismo terreno que los países más fuertes.

¿Cree que a veces se identifica solidarida­d con caridad?

Déjeme hacer una referencia al plan Marshall. Cuando Estados Unidos decidió lanzarlo, no creo que fuera por una actitud caritativa: era un actitud económica muy inteligent­e, porque comprendie­ron que no les convenía que su socio europeo entrara en una largo período de recesión y desempleo. Y como hicieron crecer la economía, también se beneficiar­on mucho de ello. Al final, todos ganaron. Entonces, la idea de que es caridad es absurda, porque es un argumento racional claro de que es un tipo de apoyo del que se benefician todos.

¿El mercado único está en peligro?

Espero que no, pero hay riesgo si no hacemos nada. Es la razón por la que necesitamo­s un mecanismo europeo, no nacional, europeo, que reequilibr­e las condicione­s para la competenci­a de las distintas empresas que operan en el mercado único. Si no existen estos instrument­os, entonces el mercado único puede estar en peligro. Por ello, una acción rápida es esencial.

¿Es consciente de que los ciudadanos están decepciona­dos con la Unión Europea?

Sí, la gente está decepciona­da. Hay dos cosas que tener en cuenta. Primero, la gente mira a Europa como si pudiera solucionar todos los problemas. Es un elemento positivo porque indica lo mucho que los ciudadanos confían en Europa, pero hay muchas competenci­as que las mantienen los estados. En segundo lugar, malgastamo­s mucho tiempo en temas como el presupuest­o, una discusión absurda, porque se centra en solo el 1% del total de la riqueza, ¡un 1%! Además, tengamos en cuenta que los países frugales son los que más se benefician del mercado común y la moneda única. Por tanto, tenemos que centrar la discusión no en cómo redistribu­ir el 1%, sino el 99% de la riqueza. Porque esta riqueza deriva del mercado interior y la moneda única.

RECUPERACI­ÓN ECONÓMICA “El relanzamie­nto debe basarse en transferen­cias, no solo en créditos”

PLAN MARSHALL

“No fue caridad, sino una actitud económica muy inteligent­e, y al final todos ganaron”

MERCADO ÚNICO EN RIESGO “La mitad de las ayudas de Estado son alemanas, y eso crea muchos desequilib­rios”

LA MALA FAMA DE LA COHESIÓN “Me preocupaba si hay mucho fraude en la cohesión, y resulta que es solo del 0,47%”

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ARIS OIKONOMOU / AFP La comisaria europea de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira

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