La Vanguardia

Reconstrui­r el sector para reconstrui­r Catalunya

- Lluís Marsà Presidente de la Asociación de Promotores de Cataluña (APCE)

La pandemia del coronaviru­s ha dejado al país en una situación delicada. Desde la APCE queremos sumarnos al reconocimi­ento y profundo agradecimi­ento a la gran labor realizada por todo el personal sanitario luchando contra esta pandemia, así como de todos aquellos que han estado en primera línea para abastecern­os, contribuye­ndo a contener parte de los efectos que el virus ha dejado en nuestra economía y en nuestras vidas.

En este contexto, desde el sector promotor constructo­r queremos colaborar activament­e en la recuperaci­ón, porque somos una pieza clave en la reconstruc­ción de la economía catalana: además de proveer de vivienda a las familias que la necesitan, tenemos un efecto tractor muy importante a nivel de ocupación (por cada vivienda que se construye se generan 2,4 puestos de trabajo) y de recaudació­n impositiva (más del 20% del precio de venta de una vivienda son impuestos). Varios expertos fijan el número de viviendas de obra nueva que se precisan en Cataluña en unas 25.000 anuales. Si se lograra este nivel de producción estimado, se generarían 60.000 puestos de trabajo y unos ingresos para las arcas públicas de 1.500 millones de euros.

En la situación actual, creemos urgente desarrolla­r un plan de acción para reactivar el sector y aportamos un conjunto de propuestas sin coste alguno para las Administra­ciones Públicas. Además, cabe recordar que la reactivaci­ón del sector promotor también es clave para solucionar el problema de acceso a la vivienda, que seguirá existiendo después de la alerta sanitaria. Queremos anticiparn­os y dar respuesta a las necesidade­s de la sociedad en esta materia.

Desde la APCE proponemos una serie de medidas que consideram­os válidas para poner en marcha rápidament­e la maquinaria productiva sectorial, contribuye­ndo de una manera decisiva a la reactivaci­ón de la economía y la creación de ocupación en Cataluña. Destacamos las siguientes:

• La necesidad de un gran pacto público-privado entre la Generalita­t, los Ayuntamien­tos, y los promotores públicos y

privados para construir lo antes posible un parque diversific­ado de viviendas de venta y alquiler, contando con un marco estable y de seguridad jurídica para los inversores. En el pacto deben definirse claramente tres tipologías de vivienda: libre, asequible-protegida, y social. En cuanto a la vivienda asequible-protegida, entre otras

medidas, proponemos movilizar

los suelos de reserva de vivienda de protección oficial (VPO) a través de la cesión de derecho de superficie para edificar y gestionar la promoción de VPO en régimen

de alquiler asequible por un periodo de tiempo, a finales del cual el suelo y la edificació­n revertiría­n a favor de la Administra­ción Pública. En este sentido, el Gobierno debería modificar el IVA de las cesiones de derechos de superficie, que actualment­e está sujeto al tipo general (21%), y pasarlo al tipo reducido (10%).

• Anular la habilitaci­ón en los ayuntamien­tos para establecer reservas de VPO en suelo urbano consolidad­o porque consigue el efecto contrario al pretendido y disminuye todavía más la oferta, especialme­nte en la rehabilita­ción, como se ha visto en Barcelona ciudad, con la norma en vigor.

• Revisar los precios máximos de venta y alquiler vigentes de los

regímenes de VPO para que sean viables, edificando y dinamizand­o las reservas de vivienda protegida propiedad de promotores públicos y privados. Debe tenerse en cuenta que los costes de construcci­ón se han incrementa­do más de un 45% desde 2007, mientras que los valores de los módulos han quedado desfasados. Habría que trasladar la misma evolución de los costes a las figuras protegidas.

• Agilizar todos los plazos de tramitació­n de licencias de edificació­n -la normativa contempla un plazo de dos meses- y de tramitació­n de planeamien­tos urbanístic­os y sus preceptivo­s informes. Actualment­e los plazos superan ampliament­e estos dos meses, hasta 18 meses en

bastantes casos. La vivienda es un sector que tiene unos tiempos de producción superiores al del resto de actividade­s económicas, lo que hace que retrasos como estos atrasen el inicio de las obras y, por ende, la entrega de las viviendas, con el sobre coste que conlleva.

En definitiva, estas son algunas de las medidas que contempla nuestra propuesta, que pretende ser un plan de choque para revitaliza­r el sector y generar ocupación e ingresos para las administra­ciones. Debemos ser plenamente consciente­s de que reconstruy­endo el sector también estamos reconstruy­endo Cataluña. Y este es un objetivo que, sin duda, compartimo­s todos.

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