BARCELONA SEGUIRÁ CONFINADA HASTA EL LUNES
Discreta reapertura de la restauración de las arterias tradicionalmente más transitadas
Barcelona deberá esperar al lunes para dejar de ser la única ciudad confinada de España. Así lo anunció ayer la Generalitat, que pedirá al Ministerio de Sanidad que reunifique Barcelona con las dos regiones sanitarias metropolitanas desde el día 1.
Mientras, las terrazas reabrieron ayer (foto), pero solo con clientes barceloneses.
La Rambla, un páramo de sillas apiladas. El paseo de Gràcia, desértico, apenas cuatro mesas mal contadas... y una animación a ratos sorprendente en rambla Catalunya, ¡benditos oficinistas!, ahora los barceloneses son el plato más anhelado de la restauración de la ciudad.
Primeros guiños y coqueteos. Un gran cartel en el Cafè i Tapes anuncia descuentos de hasta el 50 por ciento. Tienes que sacarte una tarjeta, y el primer día el descuento es del 10 por ciento, el segundo del 20 y así sucesivamente... Fidelización, porque la travesía será muy dura y larga. El caso es que ayer a la hora de comer media docena de persona aguardaban sentadas en bancos a que quedara una mesa libre.
La escena se repite unos números más arriba, en La Bodegueta, establecimiento con mesas de mármol y aires de vermutería de toda la vida.
“Siempre vivimos de la gente de la ciudad, de todos los despachos de los alrededores, y de los turistas pues por temporadas, según la época del año –cuentan al otro lado de la barra, muy ajetreados y con poco tiempo–. Sí, ahora tenemos cola, porque gente tenía muchas ganas de tomarse unas tapas, de volver a sus cosas... pero también es verdad que estamos trabajando con la mitad de las mesas que solíamos tener y que muchísimos establecimientos de la zona aún permanecen cerrados. Veremos qué pasa los próximos días”.
Alegría moderada en una jornada de reencuentros. Un camarero da la bienvenida a dos trabajadoras de un despacho de la zona. “Cuánto tiempo”. “Pues sí”. “¿Y las demás? ¿qué tal?”. “Aún estamos haciendo turnos, muchos siguen con el teletrabajo, poco a poco...”.
Alegría moderada porque todo podría ir peor. Según el Gremi de Restauració, ayer apenas reabrieron uno de cada tres veladores. Las cuentas aún no cuadran. El sector espera que el Ayuntamiento responda cuanto antes al alud de solicitudes de ampliación de terrazas. “Y pedimos a la Generalitat que en la fase 2 eleve a un 50 por ciento el aforo permitido en el interior, y no solo un 30 o un 40 por ciento”. El Ayuntamiento, sin embargo, dice que abrieron el 40% de las terrazas, y que pronto serán más.
Y en el Lalolita un gran cartel anuncia 24 combinaciones para desayunar en oferta. “Queremos animar a la gente. Y ya hemos ampliado el horario del desayuno. Antes dejábamos de servir desayunos a las diez, y ahora a la una... La clave está en que la gente que trabaja en la zona se anime a comer a diario y que el Ayuntamiento nos amplíe la terraza. Creo que lo harán porque delante tenemos varias plazas de aparcamiento que se podrían ocupar. Por ahora va más o menos bien. Muchos tiene ganas de terrazas, algunos como si no pasara nada de nada... Tenemos que decirles que primero hemos de retirar los vasos del anterior cliente y desinfectar mesas y sillas, que esperen un momento... ¡y algunos te dicen que no pasa nada!, pero nosotros preferimos ser estrictos”.
La verdad es que los caminos que conducen al centro se antojan ahora mucho menos apocalípticos. La gente lleva mascarillas, y también bolsas de papel de conocidas cadenas de tiendas de ropa. Y en el mismísimo Zurich tienen esperanzas. “Nos estamos reencontrado con muchos clientes fijos que tenían muchas ganas de regresar a nuestra terraza”, dice su responsable, Andreu Valldeperas. Su singular velador contaba ayer con 35 mesas –la mitad de lo acostumbrado–, y más o menos al mediodía una veintena estaban ocupadas. Hagan números. Aquí siempre fue difícil pillar mesa. Al menos en aquellos otros tiempos. “Yo soy optimista. Creo que vendrá la gente de la ciudad y que en pocos días podremos recuperar a todos
CUIDANDO EL BOLSILLO Algunos restauradores ya lanzan ofertas destinadas a seducir al público local
TABLA DE SALVACIÓN
De repente la gente de la ciudad es fundamental para salvar muchos negocios
nuestros trabajadores, y que este verano podremos contar con gente de toda Catalunya”. La importancia de llamarse Ernesto, que diría Oscar Wilde. No es lo mismo llamarse Zurich que Starbucks. Hace días que los barceloneses volvieron a los comercios ubicados debajo de su casa, pero regresar al centro le está costando más. La Rambla continúa muy enrarecida. Allí la mayoría de terrazas siguen apiladas.
“Abriremos más adelante –explican algunos de los trabajadores más veteranos de La Cava Universal, al final del paseo–, ahora no merece la pena, no hay gente... La Rambla tendrá que replantearse muchas cosas si quiere que venga la gente de la ciudad y de los alrededores”. Para empezar, los precios, y en muchos casos también parte de la oferta. “Nosotros servimos las cañas a 3,30, y el café con leche a 2,20, y no somos de los caros de la Rambla... pero si queremos que la gente de aquí se acostumbre a venir de manera cotidiana, a repetir, habrá que reorientar unas cuantas cosas”. En la Rambla ya se están dando los primeros cierros, y colgando los primeros carteles de en traspaso.