Casado tacha de “aberración jurídica” continuar con el estado de alarma
El PP advierte que el pacto de Sánchez con Bildu “no fue un error” y se repetirá
A Pablo Casado le parece una “aberración constitucional, jurídica y política” mantener el estado de alarma. Por eso, no es que aplauda la decisión comunicada a los presidentes de comunidades autónomas el domingo de que en breve se levantará esta situación en algunas autonomías, sino que cree que esta nueva rectificación de Pedro Sánchez le da la razón quince días después, porque él fue el primero en decir que se podía mantener el mando único sanitario sin necesidad del estado de alarma.
El PP ve así ratificadas sus posiciones, sostiene Casado, que ayer compareció en rueda de prensa en la sede del partido, por primera vez con periodistas presentes. Su postura le llevó primero a abstenerse en una de las prórrogas de la alarma, para después votar en contra la semana pasada. Y si hay otra solicitud, votará que no a que continúe, por mucho que el Gobierno le eche la culpa de que ha sido el PP quien le ha obligado a pactar con Bildu.
Casado reunió ayer, de forma presencial, a su comité de dirección, y después compareció en rueda de prensa para seguir en la línea iniciada hace ya unas semanas, la de crítica furibunda a Sánchez, a quien no concede ni un acierto, solo cuando rectifica, aunque también en este punto le criticó, y lo hizo con las palabras de Felipe González de que “rectificar es de sabios, pero hacerlo continuamente es de necios”. Obviamente, Casado sitúa a Sánma chez entre estos últimos. Y no fue el único calificativo que le dedicó, porque habló también del “cinismo” del Gobierno.
El presidente habla ya de “las colas del hambre que con otro gobierno socialista volveremos a ver”, en referencia a la situación creada en la crisis del 2008. Ya no le vale la descripción de que el Ejecutivo de Sánchez es bicéfalo, porque considera que es “acéfalo”, y Sánchez anda “como pollo sin cabeza”.
Según Casado, es un gobierno incoherente, que anda a trompicones, que lo que debe hacer es “salir cuanto antes de la excepcionalidad constitucional” y volver a la normalidad, porque “no tiene sentido poder ir a una terraza y estar en estado de alarma”.
Es más, fue muy crítico con la for
en que el Gobierno estableció el confinamiento, y sobre todo por el enorme número de sanciones impuestas por su incumplimiento, a través de la ley mordaza, recordó, hasta tal punto que considera que llegar a un millón de multas por las restricciones al movimiento solo es comparable a “un estado de control absoluto”, que ha llevado al absurdo de que “en España te pueden identificar si vas con tu mujer por la calle, pero no podemos saber quiénes son los expertos”. Para Casado, el Gobierno está “recluyendo” con un “toque de queda” que “jamás se había decretado en España”. “No sé si el 23-F hubo restricciones como estas”, afirmó el líder del PP. Así que, a juicio de Casado, Sánchez no debería agotar el plazo de la actual prórroga: “No tiene por qué tener ni una semana más poderes extraordinarios, porque estaremos yendo contra la esencia de la democracia”.
A Casado el Gobierno de Sánchez ya no le merece ningún crédito, si es que alguna vez se lo mereció, pero el episodio del pacto de los socialistas
COMPARACIÓN
El líder de la oposición dice que ni en el 23-F hubo restricciones como las de ahora
DESCRIPCIÓN
El presidente de los populares considera que Sánchez anda “como pollo sin cabeza”
con Bildu, para la última prórroga del estado de alarma, ha acabado con cualquier consideración.
El presidente del PP ha visto la posibilidad de poder desgastar a Sánchez por ese acuerdo con Bildu, que ve muy grave, ya que con él el presidente “cruza el Rubicón” y lo “convierte en un partido con el que se puede pactar”. Así, dijo, “se blanquea a una formación radical, defensora de la historia criminal de ETA”. Por eso, Casado advierte a los socialistas y a los ciudadanos que el acuerdo “no fue un error”, sino una voluntad consciente de Sánchez, con lo que augura que no será la última vez, porque responde a una decisión de un cambio de alianzas hacia la “izquierda radical”.