Cayetana Á. de Toledo
Portavoz del PP en el Congreso
Tal vez en otro escenario decir que el padre de alguien es un terrorista pueda parecer una vulgar insolencia, pero el Congreso no debe tolerar acusaciones tan insidiosas como las de Álvarez de Toledo contra Pablo Iglesias.
El papel que la portavoz del grupo popular, Cayetana Álvarez de Toledo, esgrimía ante la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para justificar el insulto al padre de Pablo Iglesias era un artículo del vicepresidente por la muerte de Santiago Carrillo el 2012, que la diputada colgó en Twitter, con la expresión subrayada “siendo mi padre militante del FRAP”. El Frente Revolucionario Antifascista Patriota fue un grupo antifranquista que empleó la acción violenta contra la dictadura y que mató a cinco personas. Javier Iglesias nunca fue acusado de ningún acto violento. “Fue detenido en 1973 y encarcelado en Carabanchel por repartir propaganda (...). Se jugó el tipo por las libertades que hoy disfrutamos”, recordaba Podemos. María Luisa Turrión, madre de Iglesias, escribía: “Javier Iglesias Peláez fue y es un hombre de bien y luchador contra cualquier forma de fascismo. Ser hijo y compañera de Javier Iglesias es un honor que la lengua bífida de una marquesa de pacotilla no empaña”. Las adhesiones se sucedieron. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, con su habitual humor, fue el más rápido: “Concentración convocada a las 21 h en Núñez de Balboa para firmar los cheques de la indemnización de Cayetana al padre de Pablo Iglesias”. Por frases similares referidas al padre y al abuelo de Iglesias, el periodista y militante de Vox Hermann Tertsch ya fue condenado a pagar indemnizaciones de 12.000 y 15.000 euros.