La Vanguardia

EE.UU. ya no considera a Hong Kong como territorio autónomo

La policía de la excolonia ataja con dureza el nuevo brote de protestas

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

Estados Unidos ya no considera a Hong Kong como territorio autónomo de la República Popular China. Así lo notificó ayer el secretario de Estado, Mike Pompeo, al Congreso, en lo que supone un vuelco en la política de EE.UU. con la ex colonia británica, ante la decisión de Pekín de aprobar una ley de seguridad nacional para el territorio.

Esta considerac­ión es un primer paso para que la Administra­ción Trump retire el estatus preferenci­al comercial y financiero de que Hong Kong ha gozado desde 1997, año en que pasó a soberanía china.

Pompeo declaró que EE.UU. está al lado de la gente de Hong Kong frente a lo que calificó de “desastrosa decisión” de China, la última, dijo, de “una serie de acciones que socavan fundamenta­lmente la autonomía y las libertades de Hong Kong así como las promesas chinas a los hongkonese­s”.

Mientras, en Hong Kong, se vivía una tensa jornada. Hace casi un año, miles de personas rodearon el Consejo Legislativ­o y consiguier­on bloquear la tramitació­n de la polémica ley de extradició­n. En los meses siguientes, muchedumbr­es similares asediaron varias comisarías, ocuparon el aeropuerto y las universida­des y protagoniz­aron numerosas marchas –autorizada­s o no– que solían acabar con enfrentami­entos entre los más exaltados y la policía. La ley acabó retirada y los activistas prodemocra­cia lograron una sólida victoria en las elecciones municipale­s de noviembre.

Pero tras la tregua forzada que supuso la llegada del coronaviru­s, la policía ha regresado a las calles con una política de tolerancia cero ante el mínimo conato de protesta. En la práctica, eso se traduce en una presencia masiva de agentes en la vía pública, el uso de gases o pelotas a la primera señal de problemas y un gran número de arrestos por motivos tan peregrinos como gritar consignas o mostrar carteles reivindica­tivos. Unas tácticas con las que han conseguido controlar las últimas movilizaci­ones, aún a costa de que muchos ciudadanos critiquen el ataque al derecho de protesta.

El último ejemplo se vivió ayer mismo. Ante los llamamient­os de los manifestan­tes a emular su acción del año pasado y evitar el debate parlamenta­rio sobre otro controvert­ido proyecto de ley, la policía respondió con un despliegue masivo. Cientos de agentes blindaron los alrededore­s del Parlamento, se pusieron barreras de agua de dos metros en las calles aledañas, los accesos amaneciero­n acordonado­s y se practicaro­n numerosos registros aleatorios en las estaciones de metro cercanas. Hong Kong se ha convertido en “un estado policial”, se quejaban los jóvenes en las redes sociales.

A mediodía, sin posibilida­d de sabotaje alguno, dio comienzo la sesión para debatir la ley del himno impulsada por el Gobierno local, afín a Pekín. La medida, que saldrá adelante gracias a la mayoría proguberna­mental en la Cámara, prevé penas de hasta tres años de cárcel y multas de casi 6.000 euros para quien insulte o silbe la Marcha de los Voluntario­s, como se ha visto por ejemplo en partidos de fútbol de la selección regional.

Mientras en la Cámara discutían, varios grupos de manifestan­tes se dieron cita en tres barrios de la ciudad para protestar contra esa normativa y el borrador de la ley de seguridad nacional recién esbozado por Pekín, que amenaza con erosionar los derechos y libertades de la ex colonia británica. A los gritos de sus lemas y los intentos de marchar por las avenidas principale­s, las dotaciones de agentes respondier­on con gas pimienta, alguna carga y el arresto de 360 personas, incluyendo varios adolescent­es.

“A diferencia de antes, parece que ya no es posible hacer nada”, se lamentaba Kitty Fung, manifestan­te de 17 años. “Siento que hemos dado mucho pero apenas hemos logrado nada”, añadió en referencia al alto número de detenidos. Aún así, está previsto que las movilizaci­ones continúen en los próximos días.

Hoy la Asamblea Nacional Popular

(el Parlamento chino) aprobará la moción para seguir adelante con la redacción de la ley de seguridad nacional para Hong Kong. Utilizando un atajo legal, Pekín planea implantar el texto por la vía directa antes de agosto, sin someterla a debate en el Parlamento autonómico. La normativa penará delitos como el de subversión, secesión, terrorismo e injerencia­s extranjera­s, aunque todavía se desconocen los detalles.

Además de Pekín, la legislació­n cuenta con el respaldo de las autoridade­s regionales, sus apoyos y el de las grandes fortunas locales. El famoso magnate Li Ka Shing dijo ayer que la ley traerá estabilida­d a largo plazo. La oposición, en cambio, ve un ataque al principio de “un país dos sistemas” y teme que se use para acabar con las voces discordant­es bajo la excusa de la protección de la seguridad nacional. Tampoco convence a la mayoría de países occidental­es, en especial a unos Estados Unidos que se plantean tomar medidas de castigo.

DESPLIEGUE POLICIAL MASIVO

La movilizaci­ón contra la ley del himno nacional chino acaba con 360 detenidos

AMENAZA A LAS LIBERTADES

Hoy se aprobará en Pekín la moción para redactar la ley de seguridad nacional

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ANTHONY WALLACE / AFP La policía se lleva detenido a un joven manifestan­te en el centro de Hong Kong

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