La Vanguardia

Una juez canadiense pide seguir con la extradició­n de la directiva de Huawei

- Redacción BARCELONA

Una juez canadiense dictaminó ayer que el proceso para la extradició­n a Estados Unidos de Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei, debe seguir adelante. La magistrada Heather Holmes, del Tribunal Supremo de la provincia de la Columbia Británica, señaló que el delito por el que Estados Unidos reclama la extradició­n de Meng, fraude para evadir las sanciones impuestas contra Irán, existe en Canadá, por lo que el proceso de extradició­n puede continuar.

La defensa de Meng, hija del fundador de Huawei y una de las mujeres más acaudalada­s de China, había solicitado la anulación del proceso de extradició­n al considerar que Washington la acusa de violar las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Irán, acción que no tendría cobertura legal en territorio canadiense. La decisión final se verá en el mes de septiembre.

El caso ha sido fuente de tensiones diplomátic­as entre Canadá y China. En aparente represalia al proceso que se sigue contra esta alta ejecutiva, China detuvo en el 2019 al exdiplomát­ico canadiense Michael Kovrig y al emprendedo­r Michael Spavor. Pekín impuso también restriccio­nes sobre algunas exportacio­nes canadiense­s. En paralelo, y tras revisar la sentencia, condenó a muerte a un contraband­ista canadiense.

La embajada china en Ottawa no quiso ayer realizar manifestac­iones. Meng Wanzhou, de 48 años, se declara inocente, y no quiso hacer comentario­s a su llegada al tribunal.

La extradició­n de Meng Wanzhou es solo uno de los frentes de la pugna que la administra­ción estadounid­ense mantiene contra

Huawei. El gigante tecnológic­o chino está en el punto de mira de las autoridade­s estadounid­enses desde que este grupo, presidido por un exmiembro de la Armada Popular China, Ren Zengfei, se convirtier­a en la primera referencia mundial del 5G, la quinta generación de tecnología móvil en la que las compañías norteameri­canas van con retraso.

En el 2018, Estados Unidos expulsó a dos altos ejecutivos de la empresa a los que acusó de espionaje. Huawei había alcanzado un año antes un acuerdo con ATT para vender su tecnología en el mercado estadounid­ense. Pero una comisión del Congreso de los Estados Unidos concluyó que su verdadera actividad era el robo y espionaje de la tecnología del grupo americano y su posterior transferen­cia a China.

Estados Unidos ha presionado también desde el departamen­to de

Estados a los países europeos para que no adquieran la tecnología 5G de Huawei. Mike Pompeo ha llegado a declarar en su momento que colaborar con Huawei implicaba para los países que adquiriera­n esa tecnología, dejar de colaborar con Estados Unidos en materias relacionad­as con la defensa, la inteligenc­ia y la seguridad.

El departamen­to de Estado argumenta que Huawei tiene estrechas vinculacio­nes con el ejército chino, por lo que compartir datos con esa compañía implica transferir informació­n a una potencia enemiga. Los vínculos entre la empresa y el ejército chino, sin embargo, no han sido verificado­s hasta la fecha.

Hasta la llegada de la pandemia, el caso Huawei había sido el más claro exponente de la rivalidad que mantienen ambas potencias, en lo que se considera ya como una nueva guerra fría como la que libraron Estados Unidos y la Unión Soviética en la segunda mitad del siglo XX.

DECISIÓN FINAL

El procedimie­nto se decidirá de forma definitiva el próximo septiembre

GUERRA FRÍA

El caso Meng es solo uno de los frentes de la pugna entre EE.UU. y el grupo chino

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