La Vanguardia

El asesinato ‘de honor’ de una niña de 14 años indigna a Irán

Romina Ashrafi fue degollada por su padre después de escapar con su novio

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

Romina Ashrafi, una niña iraní de 14 años, advirtió en el tribunal que su padre la mataría si la obligaban a regresar a casa, y así ocurrió. La chica, que se había escapado junto a su novio, Bahman Khavari, de 35, fue capturada por la policía y llevada ante un juez que la entregó de nuevo a la familia. “Él no me raptó, yo quería irme con él”, declaró Romina al juez, que hoy está en medio de la polémica en Irán por no haberla protegido.

El asesinato ha conmociona­do al país. El presidente Hasan Rohani pidió ayer a su Gabinete que endurezca las penas contra los crímenes de honor, llamados así porque pretenden limpiar el honor manchado de la familia.

La historia, que ha sucedido en el norte de Irán, en una región mayoritari­amente rural llamada Talesh,

comenzó cuando Romina tenía 9 años y conoció a Bahman, un obrero que vive en una población a una hora de la suya. Según ellos, se enamoraron ya entonces pero solo fue hasta que ella cumplió los 11 que él empezó a buscar la manera de encontrars­e en las tardes. Durante dos años, la madre de la niña hizo todo lo posible por persuadirl­a de que dejara de verse con Bahman y, sobre todo, para que Reza Ashrafi, el padre, de 37 años, no se enterara. Según declaró Bahman, Romina siempre decía que su padre era muy violento y las pegaba tanto a ella como su madre.

Finalmente, hace algunas semanas, el padre descubrió el secreto. Romina le contó a su novio que le quitó el móvil y la pegó. Si bien en regiones rurales de Irán es frecuente que las jóvenes se casen siendo unas niñas –si lo hacen antes de los 13 necesitan consentimi­ento de la familia–, Reza no aceptaba la relación por la diferencia de edad y porque Bahman es suní, la secta mayoritari­a del islam. La familia de Romina, como la mayoría de los iraníes, es chií.

En un momento que pudo escaparse, la niña envió un mensaje a su novio pidiéndole que fuera a por ella. La pareja aseguró al juez que él la llevó a la casa de su hermana, donde permaneció seis días. Mientras tanto, el padre le enviaba mensajes de que lo iba a matar, de que buscaría la revancha. Pero según el hermano de Reza y tío de Romina, lo que más molestó a la familia es que Bahman publicó una foto de los dos en Instagram donde se ve a Romina sin el velo, que en Irán es de uso obligatori­o para las mujeres. “Eso lo volvió loco”, aseguró el tío según recogía ayer el diario Etemad, que como muchos otros periódicos iraníes se hicieron eco de la historia. Según el tío, Bahman nunca pidió a la joven en matrimonio como éste aseguró ante el tribunal.

El episodio de las fotos, que Bahman también envió al padre de ella, desencaden­ó la tragedia. Reza lo denunció ante la policía, que detuvo a la pareja y la llevó ante el juez. “Ella insistía que no quería irse con su padre”, contaba Bahman. “Ahora nadie la querrá”, dijo Reza a su hermano.

Lo siguiente que se sabe es que Reza terminaría por degollar a su hija con una hoz –de las que se usan para trabajar en el campo– después de haber intentado asfixiarla primero. Algunas versiones aseguran que Romina dormía, pero según otras la joven intentó escapar antes de ser alcanzada por su padre, que había encerrado a la madre y al hermano en otra habitación de la vivienda. “La madre está destruida”, dijo el tío, que asistía al entierro de la joven, que se llevó a cabo el lunes.

Muchos temen que Reza termine por ser beneficiad­o por la ley que protege a quienes cometen este tipo de asesinatos de honor. Según la sharía, o ley islámica, solo los miembros de la familia inmediata, como “propietari­os de sangre”, pueden exigir la ejecución por el asesinato de su ser querido. Esto lleva a que muchos de estos asesinatos queden sin castigos fuertes, a diferencia de los asesinatos comunes, que a menudo son castigados con la pena de muerte o con el pago del diyeh (dinero de sangre). La sentencia contra el padre de Romina podría quedarse en pocos años de prisión. Se calcula que no serán más de ocho.

¿Por qué nadie le preguntó a Romina si era feliz en casa? ¿Por qué no le dieron protección cuando lo pidió?, se preguntaba­n ayer miles de iraníes en las redes sociales. “Si tuviéramos leyes restrictiv­as, podríamos prevenir estos asesinatos”, escribió en Twitter Masumeh Ebtekar, la vicepresid­enta para Asuntos de la Mujer y la Familia, que aseguró que la legislació­n se endurecerá.

En la actualidad, en el Parlamento iraní hay presentada una propuesta de ley para proteger a los niños y a los adolescent­es en casos como estos. Pero muchos temen que el nuevo Parlamento, que tomó posesión ayer y está dominado por los conservado­res, no tenga la voluntad de sacar adelante este tipo de asuntos.

La chica fue devuelta a casa por un juez a pesar de que había advertido que su padre la mataría

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HUMAN RIGHTS MONITOR. Un retrato sin fechar de Romina Ashrafi

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