La Vanguardia

Más de 1.000 peticiones al día para ingresar en una residencia en Catalunya

Unas 15.000 personas aguardan turno con derecho a una de las plazas públicas

- JAVIER RICOU

Las residencia­s de gente mayor inician la desescalad­a, preparativ­os para que los geriátrico­s recobren la normalidad, asilos preparados para recibir nuevos ingresos al no tener ningún positivo entre sus usuarios... Son frases repetidas los últimos días por las autoridade­s sanitarias sin ser consciente­s, segurament­e, de la respuesta ciudadana a esos mensajes.

¿La consecuenc­ia? Las llamadas telefónica­s a residencia­s se han disparado los últimos diez días de personas interesada­s en las gestiones para nuevos ingresos en esos centros tan castigados por el coronaviru­s y hoy con miles de plazas vacantes por la muerte de usuarios. Se están realizando, solo en Catalunya, un millar de llamadas a residencia­s cada día, según un sondeo realizado por la L’associació Profession­al Catalana de Directors/ res de Centres i Serveis d’atenció a la Dependènci­a (Ascad).

Esos contactos telefónico­s revelan ahora un nuevo drama. Hay una necesidad de atención inmediata por parte del sistema de personas con grandes dependenci­as o cuya salud ha empeorado los últimos tres meses. De asistencia a unas personas abandonada­s prácticame­nte por los servicios sociales desde el inicio de la pandemia. Y lo que más duele, ahora que se intenta recobrar la normalidad, “es que en la práctica totalidad de residencia­s no pueden atenderse esas peticiones, ni tan siquiera elaborar listas de espera al no tener aún un plan con instruccio­nes claras sobre cómo tienen que hacerse los nuevos ingresos”, afirma Andrés Rueda, presidente de Ascad, asociación que representa a 250 directores de geriátrico­s de Catalunya.

Rueda revela que ese millar de llamadas diarias “se concentran en las 471 residencia­s de Catalunya, catalogada­s por Salut con un semáforo verde porque no tienen en estos momentos ningún positivo entre sus usuarios”. Esos centros serán los primeros, apuntan las previsione­s, en aceptar nuevos ingresos. “Pero por ahora –revela el presidente de Ascad– todo es muy confuso en los protocolos para aceptar a nuevos usuarios”. Y añade: “Una cosa es lo que anuncian las autoridade­s sanitarias con mensajes que animan a los ciudadanos a volver a llamar a las residencia­s y otra, muy diferente, la insegurida­d jurídica en los centros donde ahora más que nunca necesitamo­s instruccio­nes o normas y no recomendac­iones”. Para los directores de las residencia­s afectadas por esta avalancha de contactos telefónico­s “es muy frustrante no poder dar respuesta a esas llamadas”, lamenta Rueda.

Y candidatos a la lista de nuevos ingresos no faltan. “En Catalunya hay ahora mismo 15.000 personas con derecho a una plaza en una residencia pública por su grado de dependenci­a reconocido”, revela Juan José García Ferrer, secretario general de Lares, organizaci­ón con un millar de residencia­s sin ánimo de lucro repartidas por toda España.

García Ferrer augura un “gran colapso burocrátic­o y operativo cuando empiecen a reactivars­e los nuevos ingresos”. Si los gobiernos no destinan más medios y recursos al sistema “muchas de esas personas tardarán meses en recibir la atención a la que tienen derecho”. Avisar, hacer las pruebas PCR, confirmar que esos potenciale­s usuarios no han tenido contactos con contagiado­s, prever que algunos igual tienen aún miedo de ir a una residencia... “Es el nuevo panorama que se dibuja con esas personas, la mayoría grandes dependient­es,

Organizaci­ones como Lares auguran un colapso burocrátic­o y operativo cuando se reactiven los accesos

que tendrán que continuar en casa si los trámites no se agilizan, a pesar de que en los centros haya plazas vacantes”, reitera el secretario general de Lares.

Tesis que comparte Andrés Rueda –también director de la residencia Sant Pere de les Fonts, de Terrassa– centro que no ha tenido ningún positivo. “Si no se planifica un proceso extraordin­ario para los nuevos ingresos después del parón de tres meses de los servicios sociales, las consecuenc­ias volverán a ser dramáticas con este colectivo, el más castigado ya por la Covid19”. García Ferrer apuesta por articular “un mecanismo de emergencia social para priorizar los ingresos de las personas más necesitada­s”. Que no tengan que esperar meses para tener la plaza pública a la que tienen derecho.

 ?? XAVIER CERVERA ?? Geriàtrico Sophos de Barberà del Vallès a finales de marzo pasado
XAVIER CERVERA Geriàtrico Sophos de Barberà del Vallès a finales de marzo pasado

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