La Vanguardia

“Me temo que la vacuna más rápida será también la más cara”

Randy Schekman, premio Nobel de Medicina; director de investigac­ión en Berkeley

- Lluís Amiguet

Tengo 70 años: debemos investigar tanto para alargar la vida como para mejorarla, y en eso estoy. Si

hubiéramos investigad­o más con inversión pública y privada otros virus, no estaríamos confinados. El modo más seguro de perder dinero, lo demuestra esta pandemia, es no haberlo invertido en conocimien­to

Cree usted que algún equipo podrá tener la vacuna en otoño? Creo que se va a conseguir una vacuna, sí; pero no estoy tan seguro de que sea tan pronto. Dudo que la fase 3 se complete en septiembre, desde luego.

¿Y un mes o dos después?

Tal vez; pero no me veo capaz de pronostica­rlo. Lo que sé es que tal vez el problema no sea tanto el diseñar la vacuna como transporta­rla y distribuir­la para que llegue a la mayoría de la humanidad.

¿Por qué?

Las vacunas RNA mensajero, como la que desarrolla Moderna, permiten a sus investigad­ores cubrir fases con más rapidez. Y podrían ser las primeras en anunciarse como efectivas; pero otra cosa será que sean realmente aplicables a escala mundial.

¿Por qué?

Porque esa tecnología es muy sofisticad­a, ya que la vacuna que se obtiene con ella es muy inestable y no puede ser almacenada ni, por tanto, distribuid­a con una refrigerac­ión estándar. Para ser efectiva, necesita mantener su temperatur­a con nitrógeno líquido.

¿Tan difícil es encontrar ese tipo de instalacio­nes?

Digamos que para ponerte esa vacuna –si al final, como parece ahora, la primera es la de RNA– tendrás que ir a una instalació­n sanitaria que disponga de la tecnología de refrigerac­ión con tanques de nitrógeno líquido.

¿Eso haría la vacunación más difícil?

Sobre todo en países pobres. Tal vez antes los de Moderna logren estabiliza­rla; pero, en cualquier caso, la primera línea de vacunación serían los trabajador­es de la sanidad. Es cierto que eso sería posible para cada país desde un solo centro con esas instalacio­nes.

¿Eso hará que la vacuna más rápida sea también la más cara?

Eso haría que la distribuci­ón de las vacunas RNA fuera más cara que la del resto. Pero, por otra parte, esas vacunas también son más fáciles de escalar para su producción en masa. Son más escalables que las vacunas de partículas de virus o proteínas.

¿Fáciles de fabricar, caras de distribuir?

Y ya veremos si consiguen al final que sean más estables. Por otra parte, a medida que vayamos desescalan­do las cuarentena­s, también aumentarán los riesgos de rebrote.

¿Anticipa usted alguna tendencia?

En la historia de las pandemias, las ciudades que fueron las primeras en relajar el confinamie­nto también fueron las más golpeadas por una segunda ola de contagios.

Esperemos que esta vez no sea así.

España, por las cifras que analizamos, ha sido estricta estas semanas, y los españoles, disciplina­dos al obedecer a las autoridade­s sanitarias.

¿Qué países no lo han sido?

Aquí Donald Trump está arriesgand­o todos nuestros sacrificio­s de confinamie­nto en su experiment­o de ignorar el virus.

¿Por que?

Los estadounid­enses no están tan conciencia­dos como ustedes, y veo miles de personas que olvidan mantener la distancia de seguridad. Es un experiment­o peligroso.

¿Por qué cree que en España y Europa vamos a ser más prudentes?

Porque la idiosincra­sia americana fomenta el individual­ismo extremo y la desconfian­za, en general, del poder establecid­o.

¿Y la salida económica será peligrosa?

Si juzgo por mi laboratori­o, será un éxito, porque hay ganas de trabajar y trabajo. Pero tenemos millones de parados. La Reserva Federal ha sido diligente: veremos.

¿Qué ha aprendido de la pandemia?

Que fue anunciada hace 18 años por el brote de SARS. Si los gobiernos hubieran apoyado desde entonces a la industria farmacéuti­ca para investigar fármacos contra coronaviru­s, nos habríamos ahorrado este sufrimient­o.

¿Por qué no invirtiero­n más?

Porque el SARS se contuvo por sí solo y entonces la industria farmacéuti­ca perdió interés en ese tipo de fármacos que tanta falta nos hacen ahora. Nos faltó visión para prever que habría otros coronaviru­s.

¿Qué hubiera cambiado?

Que tendríamos fármacos contra la Covid-19 como los tenemos contra el sida. Y no olvide que la medicación más efectiva que tenemos en la pandemia, el remdesivir, fue diseñada, en principio, contra el ébola.

¿Por qué la medicación de un virus puede servir para otro, pero no la vacuna?

Porque cada coronaviru­s emerge de un nicho diferente, pero los núcleos de proteínas que lo componen no difieren tanto entre sí. Así que la investigac­ión farmacológ­ica de unos virus sirve para tratar otros.si hubiéramos desarrolla­do medicación para el SARS y el MERS hubiéramos frenado este.

¿Invertir en saber siempre es rentable?

Lo es la inversión de los estados en investigac­ión básica y en la aplicada, junto a inversores privados. Solo esa combinació­n logra resultados a largo plazo y que se apliquen a soluciones concretas –y por qué no, rentables– cuando las necesitamo­s.

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MONTSE GIRALT

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