ALIMENTANDO un futuro
EL DIA INTERNACIONAL DE LA NUTRICION NOS RECUERDA QUE TOMAR PARTIDO POR UNA ALIMENTACION EQUILIBRADA ES INVERTIR EN SALUD. SI ADEMAS, ES RESPERTUOSA CON NUESTRO ENTORNO, CONTRIBUIREMOS A REDUCIR SU IMPACTO MEDIOAMBIENTAL
Seguir una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes trastornos y enfermedades no transmisibles (ENT), como las patologías cardiovasculares, la diabetes o ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, diversos estudios indican que seguimos consumiendo más alimentos hipercalóricos de los necesarios y nos excedemos en la ingesta de grasas, azúcares libres y sal. En contrapartida, aunque la ingesta de frutas, verduras y fibra dietética se ha incrementado progresivamente, sigue estando, en muchos casos, por debajo de los estándares recomendados. Comer mal, poco variado y desequilibrado, está relacionado con 11 millones de muertes en el mundo al año, según un estudio de la revista médica The Lancet. Esta cifra representa cerca de una quinta parte de los 57 millones de defunciones que ocurren en el planeta cada año, y es superior a las muertes atribuidas al tabaco, al cáncer, a los infartos y a la obesidad. Nuestro entorno no nos lo pone fácil: el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a una transformación en los hábitos alimentarios y han instaurado la percepción de que con «alimentarnos» cada día ya es suficiente. Pero no lo es: existe una gran diferencia entre «nutrición» y «alimentación», y esta diferencia es la que nos recuerda, cada 28 de mayo, el Día Internacional de la Nutrición. Según la FAO y la OMS: «una dieta saludable es aquella que promueve el crecimiento y el desarrollo, y previene la desnutrición». Entendiendo que el término desnutrición incluye también la obesidad y aquellos factores dietéticos que aumentan el riesgo de padecer ENT en el futuro.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) advierte que la dieta saludable debe ser adecuada tanto cualitativa como cuantitativamente: "Se trata de que la cantidad y las características nutricionales permitan satisfacer las necesidades de cada persona. Debe ser variada en cuanto a los distintos tipos de alimentos se refiere, y equilibrada en la proporción de los nutrientes que debe aportar al organismo", argumenta. Conseguirlo pasa por educar, desde la infancia, en la importancia de seguir una alimentación suficiente y equilibrada, combinada con el ejercicio físico regular.