La Vanguardia

La carne de vacuno, un alimento saludable en el marco de una dieta variada y equilibrad­a

-

La carne de vacuno, una de las principale­s fuentes de proteínas de nuestra dieta, ocupa un lugar destacado en nuestra alimentaci­ón. Incluirla en una dieta equilibrad­a y saludable no solo es provechoso, sino también recomendab­le en todas las etapas de la vida, siempre en la medida adecuada a las necesidade­s nutriciona­les de cada edad y estilo de vida.

Las carnes, como la de vacuno, además de ser ricas en proteínas de alto valor biológico, son alimentos con presencia de todos los aminoácido­s esenciales y que aportan vitaminas del grupo B y minerales, como hierro, potasio, fósforo y zinc, con una biodisponi­bilidad mayor que la encontrada en otras fuentes dietéticas. Las proteínas cárnicas presentan mayor grado de digestibil­idad en comparació­n con las proteínas de origen vegetal y son más adecuadas para mantener la masa muscular que las de origen vegetal.

CARNE DE VACUNO Y VEGETALES, UN COMBO PERFECTO

La ingesta de carne magra nos aporta proteínas –indispensa­bles en toda dieta saludable, de alto valor biológico– que, combinadas con alimentos vegetales, favorecen la absorción de los nutrientes procedente­s de verduras y hortalizas. La carne de vacuno es rica en vitamina B12, Vitamina B2, Vitamina B3 y Vitamina B6, vitaminas necesarias para una adecuada formación de células sanguíneas, la función neuronal y la síntesis de ADN; para un correcto funcionami­ento del sistema nervioso y mantenimie­nto de las mucosas y la piel; así como la regulación de la actividad hormonal. Asimismo, en la carne de vacuno el 58,10% del hierro es hierro hemo, biodisponi­ble y fácilmente absorbible en el intestino, necesario para evitar situacione­s de anemia, tal y como reconocen y recomienda­n las autoridade­s de salud pública europeas. También

resulta de gran relevancia la presencia

de zinc en la carne de vacuno para facilitar el metabolism­o de los hidratos de carbono, los ácidos grasos y la síntesis proteínica, ejerciendo, además una función de protección de las

células frente al daño oxidativo, facilitand­o la expresión génica y las funciones inmune y reproducti­va. Además, su consumo es de especial relevancia durante la edad infantil, la adolescenc­ia, la gestación y en deportista­s, y también entre las personas mayores.

Según el informe Bloomberg de 2019, la dieta tradiciona­l española sigue siendo considerad­a la más saludable del mundo por su razonable equilibrio de hidratos, proteínas, minerales y vitaminas que, gracias a una geografía y un clima privilegia­do, es posible obtener de alimentos muy diversos y de proximidad. Los datos más recientes del Ministerio de Agricultur­a apuntaban que los españoles consumen alrededor de 58 g de carnes rojas al día (entre vacuno, cerdo y ovino), una cifra que supone aproximada­mente la mitad de lo que se considerar­ía un consumo elevado.

Así lo refleja la pirámide nutriciona­l propuesta por la Sociedad Española de Nutrición en 2015, en la que se valora no solo el aporte proteico del vacuno, sino también su aporte de hierro de alta disponibil­idad, tan necesario en las etapas de crecimient­o. Esa alta disponibil­idad implica que nuestro organismo absorbe el hierro con más facilidad que el que contienen los vegetales, con un aprovecham­iento de entre el 15 y 35% frente al 10% del que contienen verduras y hortalizas.

¿QUÉ CORTES SE CONSIDERAN MAGROS?

Algunos cortes de la carne de vacuno se consideran magros por su alto contenido en fibras musculares y mioglobina, que es la proteína que forma parte del músculo y que en el caso de vacuno tiene un mayor contenido en hierro. A pesar de contener grasas visibles en algunos casos, como el del lomo o el chuletón, es sencillo localizarl­as y retirarlas, por lo que constituye­n un alimento saludable para incorporar proteínas a la dieta.

En la selección del tipo de corte y cómo se prepare residen en buena medida sus beneficios nutriciona­les. La forma más recomendab­le de cocinar la carne de vacuno es a la plancha, cocida, al horno o guisada, eligiendo piezas magras y separando la grasa en aquellos cortes en los que esté presente. Los aderezos y acompañami­entos, como ya se ha comentado, son también determinan­tes. Se recomienda el uso de aceite de oliva, especias y hierbas aromáticas en lugar de sal, así como acompañar los platos con alimentos de la huerta, mucho mejor si son de proximidad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain