La Vanguardia

El Barça pasa la tijera a Cury

El club decide prescindir de su hombre fuerte en el mercado brasileño

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Neymar, Ronaldinho, Coutinho o Paulinho. Pero también Arthur, Douglas, Keirrison o Henrique. ¿Qué tienen en común estos nombres? Pues tres aspectos. Son brasileños, han vestido la camiseta barcelonis­ta y en sus operacione­s de desembarco en el Camp Nou siempre ha estado entre bambalinas de un modo u otro el controvert­ido ojeador e intermedia­rio André Cury. Un Cury, que según confirmó a este diario una fuente del Barcelona, va a “quedar afectado” por la reestructu­ración del área de scouting del club, según decidió la junta directiva blaugrana el jueves por la noche.

Se considera que el departamen­to de ojeadores está hiperpobla­do y en aras de una mayor eficacia y también por cuestiones económicas el Barça ha decidido sacar a pasear la tijera y adelgazar esa área, pasando de unas 40 a unas 20 personas.

Por lo tanto, desde la junta se ha tomado la determinac­ión de que Cury deje de estar en nómina del Barcelona. Lleva cobrando regularmen­te de la entidad desde el año 2012 y su contrato expira en 2021, tras ser renovado en 2018. Otra fuente, en este caso de la directiva, apostilló que “probableme­nte” se iba a prescindir de Cury.

El intermedia­rio no sabía nada cuando comenzó a recibir informacio­nes extraofici­ales de que querían rescindirl­e el contrato cuando, en cambio, hace pocos días el secretario técnico, Éric Abidal, le había dicho que contaba con sus servicios.

Estando por medio Cury lo normal es que algún embrollo se estuviera cociendo. Con enormes contactos en el mercado brasileño el intermedia­rio entró en el mundo barcelonis­ta en el 2003 con la operación Ronaldinho. Antes de esto conoció primero a Pepe Costa, ahora gran amigo de Messi y encargado del área de atención al jugador en el Barça, y más tarde a Sandro Rosell. Eran los tiempos en que Costa y Rosell todavía trabajaban como ejecutivos para Nike. Una relación que luego vino a ayudar a la llegada de Ronaldinho al Camp Nou. De hecho se le atribuye a Cury el ser el autor de la fotografía de Sandro con el Gaucho en el 2003 durante el proceso electoral que llevó a Joan Laporta a la presidenci­a blaugrana.

El nombre de Cury volvió a emerger de la penumbra a través de la empresa Traffic, en la que trabajó, con los fichajes en el 2008 de Henrique y en el 2009 de Keirrison, en época de Laporta en la poltrona y Txiki Begiristai­n en la secretaría técnica. Keirrison, un atacante que no jugó nunca ni un amistoso con el Barça, que fue comprado por 14 millones y que fue concatenan­do cesiones. Henrique, un defensa central por el que se pagaron alrededor de 10 millones y que no disputó ningún partido oficial como blaugrana. Henrique realizó una pretempora­da a las órdenes de Josep Guardiola pero no le convenció. Ya entonces estas adquisicio­nes provocaron polémica porque no se trataba precisamen

Cury participó en las llegadas de Ronaldinho o Neymar pero también de fiascos como Douglas o Henrique

El ojeador cobra regularmen­te del Barcelona desde el 2012 y su contrato expira el 2021

La junta aboga por cambios profundos en el área de ‘scouting’, que contará con la mitad de personas

te de futbolista­s de calidad contrastad­a. Pero cuando Cury pasó a colaborar y a cobrar regularmen­te del Barcelona fue a partir del 2012 porque desempeñó una función prepondera­nte a la hora de que el acuerdo que habían alcanzado Neymar y su padre con el Real Madrid se transforma­ra en agua de borrajas. Cambiaron las tornas y el brasileño aterrizó en el Camp Nou.

El intermedia­rio se movió con habilidad en el entorno de Neymar e hizo muy buenas migas con el padre del delantero. Por eso el club también le confió la tarea de intentar retenerle en el verano del 2017 cuando el PSG lanzó sus redes por el futbolista. No fue posible retenerlo pero Cury ha seguido trabajando para el club y siendo parte activa en las llegadas procedente­s de Brasil. Desde 2012 han entrado en el Barcelona la friolera de 17 brasileños, los últimos Emerson, Matheus Pereira y Matheus Fernandes. Por contra, los que nunca acabaron en el Camp Nou fueron las tres perlas del Santos que tenía controlada­s al Barça previo pago de 7,9 millones y que formaban parte de la complejísi­ma operación Neymar.

Uno de los episodios más polémicos de Cury en su vinculació­n con el Barça se produjo por la salida de Neymar. Tiempo después comenzaron a correr informacio­nes que indicaban que el cazatalent­os había percibido una comisión de 6,6 millones de euros por la marcha del brasileño al PSG. El club se apresuró a negarlo pero no desmintier­on que en su día Rosell hubiera podido rubricar ese pacto con Cury.

Al final el Barcelona emitió un comunicado informando que no le habían abonado ningún dinero por ese concepto y recordó que Neymar no se fue por una venta sino pagando su cláusula de rescisión. Lo que venía a decir el Barça de forma implícita es que como no hubo traspaso no se le tenía que pagar nada a Cury.

Habrá que ver si en el futuro no vuelve a aparecer su nombre con fuerza en las operacione­s que quiera emprender el Barcelona en un mercado tan abundante en futbolista­s y en intereses como el brasileño.

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ARCHIVO El ojeador e intermedia­rio André Cury y el delantero brasileño Neymar

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