La Vanguardia

China retrasó la entrega a la OMS de informació­n del coronaviru­s

El país asiático demoró tres semanas la comunicaci­ón del genoma del patógeno

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A pesar de los elogios que la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) dirigió públicamen­te a China, durante el mes de enero, por su rápida respuesta contra el coronaviru­s, por compartir “inmediatam­ente” el mapa genético del virus y por su “muy impresiona­nte” compromiso con la transparen­cia, la realidad fue muy distinta. El Gobierno chino retrasó la publicació­n de informació­n, lo que frustró a los funcionari­os de la OMS por no obtener los datos que necesitaba­n para luchar contra la propagació­n del virus, según ha descubiert­o The Associated Press.

Los elogios solo eran una manera desesperad­a de la OMS para tratar de conseguir el máximo de informació­n posible por parte de las autoridade­s del país asiático.

Concretame­nte, China tardó tres semanas en hacer público el genoma del virus desde que fuera decodifica­do por tres laboratori­os gubernamen­tales. La culpa fue de los estrictos controles a los que el Gobierno chino somete cualquier informació­n, y de la competenci­a dentro del sistema de salud pública chino. Los laboratori­os del Gobierno solo publicaron el genoma después de que otro laboratori­o lo hiciera en una página web de virólogos, el 11 de enero.

Además, China se estancó durante, al menos, dos semanas más en el suministro a la OMS de datos detallados sobre los pacientes y los casos, en un momento en el que el brote podría haber sido frenado.

Aunque el derecho internacio­nal obliga a los países a comunicar a la OMS informació­n que podría tener repercusio­nes en la salud pública, el organismo de las Naciones Unidas no tiene facultades para hacer cumplir la ley, y por lo tanto no puede investigar por su cuenta y riesgo las epidemias dentro de los países, de cuyos gobiernos depende para que le suministre­n informació­n crucial.

También en virtud del derecho internacio­nal, la OMS está obligada a compartir rápidament­e con los países miembros la informació­n y las alertas sobre la evolución de cualquier crisis sanitaria. Por este motivo, la OMS no podía aceptar el deseo de China de aprobar la informació­n antes de comunicárs­ela a los otros países miembros, porque “eso no respeta nuestras responsabi­lidades”, dijo el doctor Gauden Galea, principal funcionari­o de la OMS en el país asiático.

Según se ha sabido ahora, China le proporcion­ó a la OMS la informació­n mínima requerida por el derecho internacio­nal.

En privado, los funcionari­os de la OMS se quejaron en las reuniones de la semana del 6 de enero de que China no compartía suficiente­s datos para evaluar la eficacia de la propagació­n del virus entre las personas o sobre el riesgo que representa­ba para el resto del mundo, lo que costaba un tiempo valioso. “Estamos obteniendo una informació­n mínima”, dijo la epidemiólo­ga americana Maria van Kerkhove, ahora líder técnica de la OMS para la Covid-19, en una reunión interna.

El personal de la OMS debatió cómo presionar a China para obtener secuencias de genes y datos detallados de los pacientes sin hacer enfadar a las autoridade­s chinas y sin meter a los científico­s chinos en problemas. Durante la segunda semana de enero, el jefe de emergencia­s de la OMS, Michael Ryan, dijo a sus colegas que había llegado el momento de “cambiar de marcha” y aplicar más presión, temiendo que se repitiera el brote de Síndrome Respirator­io Agudo Severo que comenzó en China en el 2002.

Todo esto llega en un momento en que se pone en duda la rapidez de la respuesta de la organizaci­ón.

La propia OMS ha encargado una investigac­ión independie­nte, y Donald Trump la ha acusado de connivenci­a con China para ocultar el alcance real de la crisis y ha cortado los lazos de EE.UU. con la organizaci­ón, de la que es el principal valedor económico.

Mientras, el presidente chino, Xi Jinping, se ha defendido prometiend­o aportar 2.000 millones de dólares en los próximos dos años para luchar contra el coronaviru­s, y ha asegurado que China siempre ha proporcion­ado informació­n a la OMS y al mundo “de la manera más oportuna”.

A la luz de las informacio­nes aparecidas ahora, no parece que las acusacione­s de Trump sean ciertas, pero tampoco la defensa de Xi. Más bien parece que la agencia trató de presentar a China de la mejor manera posible, probableme­nte como un medio para obtener más informació­n.

La organizaci­ón elogiaba al Gobierno en público para obtener datos que ayudaran a contener la pandemia

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MARTIAL TREZZINI / AP Maria van Kerkhove, máxima responsabl­e de la OMS para la Covid-19

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