La Vanguardia

¿Qué pintor ocultó el suicidio de su amante para salvar la muestra de su vida?

- TERESA SESÉ

Este martes 26 de octubre de 1971, la escalinata que asciende hasta la entrada del Grand Palais ha amanecido cubierta con la alfombra roja de las grandes ocasiones. El pintor irlandés, que pronto cumplirá 62 años, ha dejado a un hombre muerto en el baño de un hotel y se dirige a la inauguraci­ón de la que será la exposición de su vida. Su consagraci­ón como el gran artista europeo que siempre ha soñado ser. Tras la de Picasso, es la segunda retrospect­iva que el museo dedica a un artista vivo, y el presidente Georges Pompidou va a ser el encargado de inaugurarl­a. Un multitud de invitados acude a contemplar sus pinturas: los artistas Joan Miró y André Masson, el escritor Michel Leiris .... David Hockney, su joven rival de 34 años, se ha desplazado desde Londres, y Dalí pasea por las salas con actitud condescend­iente junto a una rubia en pantalones cortos.

Entre el centenar de pinturas que cortan el aliento de los primeros visitantes, sus Tres figuras en una habitación, de 1964, uno de los muchos retratos de su amante George Dyer. A la izquierda, desnudo, como si no tuviera huesos, aparece sentado en un inodoro de espaldas al espectador. El público nada sabe aún de la tragedia privada de Bacon, que sonríe a los invitados. Pero dos días antes el personal del Hôtel des Saints Pères ha encontrado el cadáver de Dyer tirado en el lavabo. Se ha suicidado con una sobredosis de drogas y alcohol.

Francis Bacon había conocido a George Dyer en 1963. En su película El amor es el demonio, John Maybury sitúa el encuentro en el estudio del pintor, cuando Dyer, un ladrón de poca monta, se estrella a través de un tragaluz y Bacon reacciona llevándose­lo a la cama. Pura leyenda. Michael Peppiatt, amigo y biógrafo de cabecera de Bacon –bebieron juntos durante 30 años– explica que fue en un bar del Soho donde comenzó una historia tortuosa. El joven, guapo y elegante pandillero se iría transforma­ndo poco a poco en un alcohólico deprimido y pegajoso. Una musa rota.

La aventura había acabado antes de la exposición del Grand Palais.

Bacon accedió a que le acompañara. Al fin y al cabo era el modelo de muchos de sus cuadros. Pero lo que debía ser su mayor triunfo se convirtió en su mayor pesadilla. El pintor conspiró con sus amigos para silenciar la muerte. No quería que la inauguraci­ón se viera ensombreci­da. Se le veía retraído, como en otro mundo, pero nadie sabe qué pasaba en realidad por su cabeza. Como si quisiera alimentar la pérdida o la culpa, volvió muchas veces a París, alojándose donde Dyer se había suicidado, tal vez buscando el aliento de las muchas pinturas que aún le dedicaría después de la tragedia.

Nueve años antes, en mayo de 1962, el día de la inauguraci­ón de su otra gran retrospect­iva, en la Tate Gallery de Londres, un telegrama le avisó de la muerte de Peter Lacy, el violento piloto de caza con el que mantuvo una feroz relación sadomasoqu­ista. Era el otro gran amor de su vida.

 ?? HARRY DIAMOND ?? Francis Bacon
Y MAÑANA...
¿A qué se jugaba durante la Edad de Bronce con un dado en forma de varilla?
HARRY DIAMOND Francis Bacon Y MAÑANA... ¿A qué se jugaba durante la Edad de Bronce con un dado en forma de varilla?

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