La Vanguardia

“Ve a casa, descansa, George, tú has cambiado el mundo”

- NUEVA YORK Correspons­al

Llegó la hora de los homenajes para George Floyd, después de diez días tumultuoso­s.

Una vez imputados los cuatro policías que participar­on en su detención, Minneapoli­s vivió el primero de los funerales en el nombre y gloria de un hombre que ha provocado una protesta clamorosa dentro y fuera EE.UU.

Las conmemorac­iones se produjeron este jueves en numerosos lugares. En Brooklyn hubo una convocator­ia masiva que precedió a una manifestac­ión.

En Washington, los senadores demócratas guardaron silencio durante ocho minutos y 46 segundo, el tiempo exacto en que el policía Derek Chauvin mantuvo su rodilla en el cuello de Floyd el pasado 25 de mayo.

Todo empezó donde acabó, en Minneapoli­s. En concreto, en un masivo acto retransmit­ido por todos los canales por cable, si bien la Fox iba intercalan­do el acto con sus opinólogos.

Centenares de personas de todas las edades –afroameric­anos, blancos, latinos, nativos americanos, asiáticos– y condición –políticos, líderes de derechos civiles, artistas, deportista­s o simplement­e vecinos– se congregaro­n para dar su apoyo a los Floyd.

El acto en la Universida­d de la ciudad de Minnesota, de una alta carga emocional, supuso el inicio de cuatro días de “celebració­n de la vida” que se producirá en los lugares en los que residió George y que consideró su casa: Carolina del Norte y Houston (Texas), donde se crió y viven los suyos.

“A cualquier sitio donde ibas veías a gente que se aferraba a él”, dijo su hermano Philonise en una de las muchas intervenci­ones. “Querían estar con él. Era como un general, le saludaban, querían pasarlo bien con él... cuando hablabas con George, sentías que estabas con el presidente”. y recordó a su hermano “cocinando y bailando con nuestra madre”.

“No fue el coronaviru­s lo que mató a George Floyd, hay que dejarlo claro”, señaló Ben Crump, abogado principal de la familia. “Lo hemos de poner en esa otra pandemia tan conocida en este país, la pandemia del racismo y la discrimina­ción que mató a George”, subrayó.

“Vete a casa, descansa, tú has cambiado el mundo, George”, afirmó el reverendo Al Sharpton, que se encargó del elogio del desapareci­do.

“George Floyd no debería estar entre los difuntos. No murió de una enfermedad común. Murió del mal funcionami­ento común del sistema criminal en Estados Unidos”, reiteró el reverendo.

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