China suaviza las restricciones a los vuelos extranjeros
Por tierra, mar y, ahora, aire, las disputas entre China y Estados Unidos no se toman un respiro. El último conflicto tuvo como protagonistas a sus aerolíneas y las prohibiciones cruzadas entre ambos países para evitar que vuelen a su territorio. Ante el aumento de la tensión, ayer Pekín anunció que suavizará las restricciones impuestas para permitir que más compañías extranjeras viajen a su país. Su decisión podría facilitar que, poco a poco, se reanuden las conexiones entre las dos superpotencias.
Con la crisis de la Covid-19 en pleno auge a principios de año, las compañías estadounidenses suspendieron sus servicios con el gigante asiático, mientras que cuatro firmas chinas mantuvieron alguno de sus vuelos hacia y desde EE.UU. En mayo, las americanas Delta y United –dos de las más grandes del país– solicitaron poder reanudar sus servicios parcialmente a partir del 1 de junio, a lo que Pekín hizo oídos sordos sin llegar a darles una respuesta.
Como represalia, la Administración del presidente Donald Trump anunció este miércoles su intención de prohibir a las aerolíneas de pasajeros chinas que vuelen a su territorio a partir del 16 de junio. “Mientras las aerolíneas y los pasajeros americanos estén dispuestos a cumplir con las normas (...), no hay ninguna razón para que las compañías chinas puedan seguir volando a y fuera de nuestro territorio mientras nuestros aviones no puedan hacer lo mismo”, subrayó Elizabeth Economy, especialista del Consejo de Relaciones Exteriores.
Parece que la presión americana funcionó. Tan solo un día después, Pekín anunció que permitirá a aquellas aerolíneas extranjeras que ahora tienen prohibido volar a su territorio y que cumplan con los requisitos establecidos volar una vez a la semana a una ciudad de su elección a partir del 8 de junio. De esta forma, se estima que el número de vuelos internacionales aumentará de 50 a 150 a la semana, mientras que el promedio de viajeros por día crecerá de los 3.000 actuales a 4.700.
Además, si las aerolíneas suman tres semanas consecutivas sin pasajeros que den positivo en la Covid-19, se les permitirá aumentar a dos el número de vuelos semanales. Por el contrario, si cinco o más pasajeros están infectados, se prohibirán sus operaciones durante una semana.
Todavía no está del todo claro que el anuncio chino resuelva la disputa con Estados Unidos, aunque se cree que facilitará una mejora. No en vano, el Departamento de Transporte americano dijo al anunciar las sanciones que “nuestro objetivo primordial no es perpetuar esta situación, sino lograr un entorno mejorado en el que las aerolíneas de ambas partes puedan ejercer plenamente sus derechos”. Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao
Lijian, manifestó ayer su esperanza de que la parte estadounidense “no cree obstáculos para la resolución de este problema”.
Las relaciones entre ambos países se han agriado en las últimas semanas con asuntos como el origen de la Covid-19, las sanciones a la tecnológica Huawei o los movimientos de Pekín por reforzar su autoridad sobre Hong Kong. Con las elecciones presidenciales previstas en cinco meses, Trump y su entorno han optado por adoptar una posición mucho más dura contra China, a la que culpan de permitir que el coronavirus se convirtiera en una pandemia y destruir la economía estadounidense. Por su parte, China centra sus esfuerzos en mantenerse firme ante las presiones al tiempo que preserva sus relaciones económicas con Washington en un momento tan delicado.
Trump anunció la prohibición a las aerolíneas chinas en EE.UU. como medida de presión