“Aquí hasta ahora cerraron dos negocios”
Ahora que tantos insisten en que para superar las graves consecuencias económicas de esta pandemia comerciantes y restauradores han de tratar de seducir de nuevo a los barceloneses y a la gente del área metropolitana quizás sea el momento de escuchar a los comerciantes que siempre dirigieron sus negocios hacia sus propios vecinos. Pròsper Puig, de 61 años, responsable de la histórica charcutería Puig y además presidente de la asociación de comerciantes del eje Gran de Sant Andreu, explica cómo estos días se están poniendo de manifiesto las ventajas de tratar a la clientela pensando que lo importante no es lo que se llevan, sino que vuelvan muy pronto.
¿Y por ahí no están cerrando negocios estos días?
Bueno, sí... la verdad es que estos días cerraron un par de negocios por la zona. Uno había abierto hacía poco tiempo y no estaba del todo consolidado, y el otro arrastraba problemas desde hacía una larga temporada. El confinamiento fue su puntilla. Además, tenemos que destacar que muchísimos propietarios de locales están facilitan
do las cosas a los comerciantes del barrio.
¿A ustedes no les afecta el tiendicidio que está causando estragos en otros barrios?
A Sant Andreu nunca vinieron muchos turistas, de modo que nunca dependimos de ellos. Aquí nunca tuvimos tanto tráfico de personas. Todo lo contrario. Nosotros tuvimos que adaptarnos a una realidad diferente. Esto siempre fue como un pequeño pueblo. Aquí tenemos clientes de segunda y tercera generación... Pero cuando abrieron el centro comercial de La Maquinista tuvimos que espabilarnos mucho para mantener y fortalecer la fidelidad de nuestros clientes. Y así terminamos afianzando una relación que va mucho más allá de la transacción económica. Esta lenta consolidación es fundamental para sobrevivir ahora. La gente necesita sentirse querida, saber que no está sola.