Los balnearios preparan el retorno
El sector ha hecho los deberes en seguridad higiénica y confía en un aumento gradual de los usuarios
Sin cafeteras en las habitaciones ni tantos cojines. Lo que pueda comportar riesgo de contagio se retirará. A los clientes, se les tomará la temperatura al llegar y se les dará un equipo de protección en recepción. Se desinfectarán los espacios y existe un plan de limpiezas periódicas y otro de emergencia. Son algunas de las medidas que el hotel Balneario Vichy Catalan de Caldes de Malavella pone en marcha para abrir con garantías la segunda quincena de junio. Será de los primeros en iniciar la actividad. El sector espera recuperar paulatinamente la afluencia de visitantes con un punto a favor: los tratamientos de las aguas de la piscinas termales evitan la propagación del coronavirus.
“Hemos sido prudentes y estamos aplicando todas las medidas necesarias para garantizar la salud de nuestros usuarios. Pueden estar tranquilos”, asegura Jordi Anglí, presidente de la Associació de Balnearis de Catalunya, quien añade que las piscinas termales son “seguras” porque “los propios biocidas que se usan para mantener la calidad del agua desinfectada, provocan que el virus no se propague”.
“Por ser un balneario, el establecimiento trabaja siempre con mucha higiene. Pero ahora hemos extremado los procedimientos”, detalla el director del hotel Balneario Vichy Catalan, Diego Piedra. Las zonas comunes, como los aseos, el bar o la recepción, se limpiarán seis veces al día. Será en continuo. La seguridad está en la repetición. Además, los trabajadores se están formando para ello y se harán auditorías de seguimiento por parte del Laboratorio Dr. Oliver Rodés.
Una persona equipada con un traje de buzo rocía las instalaciones y sus rincones. “Se utiliza una nebulización en frío de un biocida de amplio espectro y de acción ráarquitectura pida frente a virus, bacterias y hongos”, concreta Jordi Oliver-rodés, director general del laboratorio.
Aquel cliente que, tras tomarle la temperatura en el patio exterior, sobrepase de 37,5 grados no podrá acceder al edificio. Y si se detecta una persona infectada dentro del hotel-balneario, entonces se desinfectarán las zonas por donde ha pasado, se avisará al centro sanitario y se confinará al afectado en su habitación.
Protocolos estrictos de Vichy Catalan, que suponen una inversión de unos 30.000 euros y se suman a los beneficios de la propia del edificio, construido entre 1981 y 1898 y concebido por el médico higienista el doctor Modest Furest. “Cuenta con pasillos amplios y techos altos para asegurar una ventilación eficiente. Además, está rodeado de unos 20.000 metros cuadrados de jardín”, destaca Piedra.
Cada año pasan por estas instalaciones unos 18.000 clientes, un 75% de los cuales del área metropolitana de Barcelona, para disfrutar y relajarse. Según un estudio de la Universitat de Barcelona, un 3% de los catalanes encuestados escogería un balneario una vez se pudiera volver a viajar. El director, que augura un arranque “paulatino”, se aferra con ilusión a esta cifra ya que la historia del edificio tiene un peso. Y es que un 1% de los encuestados preferiría un balneario histórico. Y el de Vichy Catalan es uno de ellos. Fue testimonio de numerosos acontecimientos como pandemias y fue hospital de sangre durante la guerra civil española.
El resto de hoteles-balnearios trabajan a contra reloj para tener también sus instalaciones a punto. El hotel Balneari Prats de Caldes de Malavella, que abrirá el 1 de julio, ofrecerá como novedad el ckeck-in online y están implantando códigos QR en el restaurante y los servicios de la oferta gastronómica de la terraza. Su directora, Cristina Ros, expone que “las reservas se están activando pero los clientes están supeditados a la evolución de las fases”. El hotel Blancafort Spa Termal de la Garriga, por su parte, abrirá el 3 de julio.
“Las zonas comunes, como el bar, los aseos y la recepción, se limpiarán seis veces al día”, expone el director