El Prado reabre con una exposición delicatessen de lo mejor de sus fondos
El Thyssen agotó en dos días el cupo gratis para Rembrandt este fin de semana
Los responsables de los tres grandes museos de Madrid han decidido hacer de la necesidad virtud para que la reapertura simultánea de sus salas, mañana sábado y con entrada gratis el fin de semana, ofrezca algún aliciente extra a los visitantes.
Después de casi tres meses de cierre, el periodo de clausura más largo desde la Guerra Civil, el Prado recibirá al público con una selección delicatessen de 250 obras maestras, concentradas en sus salas más nobles de la planta que recorre la galería central. El montaje, titulado Reencuentro, ha llevado a mover 190 piezas con el fin de presentar un relato evocador de la grandeza del Prado y su historia, “con un guiño a la monumentalidad y a los holgados espacios del museo en el siglo XIX”.
Todos los grandes de la pinacoteca están en la muestra, reunida en un cuarto de su superficie y concebida para acoger un máximo de 1.800 personas al día en cumplimiento del límite de un tercio del aforo. Por exigencias de conservación y prudencia, y teniendo en cuenta que la muestra resuelve los condicionantes temporales de la pandemia hasta el 13 de septiembre, muchas obras de estos maestros quedan fuera; algunas tan destacadas como El jardín de las Delicias del Bosco, el Duelo a garrotazos de Goya, la Judit de Rembrandt o El fusilamiento de Torrijos, de Gisbert.
En compensación, el Reencuentro establece atractivos diálogos que, por ejemplo, juntan por primera vez los Saturno devorando a su hijo de Goya y Rubens o sitúan en la misma sala a Las Hilanderas y Las Meninas de Velázquez, separadas desde 1929. La exposición, a la que se accede por la puerta de Goya y de la que se sale por la de Murillo, da la bienvenida al visitante con la escultura Carlos V y el Furor desposeído de su armadura, que es desmontable y se le quita de pascuas a ramos.
Los autorretratos de Durero y Tiziano en pareja, la flamenca Clara Peeters con los bodegonistas españoles de su tiempo, La Familia de
Carlos IV frente al 2 y el 3 de mayo de Goya, así como su Perro semihundido saludando y marcando el rumbo a los pintores del XIX son algunas de las composiciones del Reencuentro: “un buen antídoto para los yonquis del Prado que lo echaban de menos”, bromeó el director Miguel Falomir en una presentación en la que también participó el presidente del Patronato, Javier Solana, ya recuperado del coronavirus.
También el Thyssen anticipó los detalles de su reapertura, en su caso con prórroga hasta el 30 de agosto de la exposición Rembrandt y el retrato en Ámsterdam, inaugurada en de febrero y que iba a durar hasta mayo. “La limitación de aforo –a 25 personas cada 10 minutos– es una desgracia pero también una oportunidad para disfrutar de una visita casi privada”, comentó el gerente del museo, Evelio Acevedo. De momento, las entradas gratuitas para sábado y domingo se agotaron el martes tras salir a la venta el lunes.
La intimidad en la visita es también la carta con la que juega el Reina Sofía. Allí, la siempre concurrida sala del Gernika, donde suelen coincidir unas 90 personas, sólo podrá reunir 30 almas por ahora. Un lujo, aunque provenga del infortunio.
El ‘Gernika’ se verá en la relativa intimidad que impone el límite de 30 personas en una sala que solía reunir a 90