A la espera de otro referéndum
El Barça es un club diferente a todos los niveles. Desde hace décadas presume de ser més que un club y muchas veces no escatima esfuerzos para demostrarlo. Es propiedad de sus socios y eso es sagrado. El club blaugrana lleva años inmerso en el proyecto seguramente más ambicioso de toda su historia, el Espai Barça, y el respeto a la voluntad del socio se sigue cumpliendo.
Pero han cambiado muchas cosas
LOS SOCIOS DECIDIRÁN
El Barça asume que el presupuesto será más elevado y requiere un nuevo modelo de financiación
desde que el pasado 5 de abril del 2014 el 72,3% de los socios aprobaran en referéndum –la primera consulta que se hacía en 50 años– la remodelación de los recintos deportivos del club, con el nuevo Camp Nou como elemento estrella. Por aquel entonces, el presupuesto se cifró en 600 millones y la financiación estaba clara: 200 millones de recursos propios, 200 millones en créditos y 200 millones por los derechos del nombre del estadio.
Seis años después, el panorama es completamente diferente y el proyecto debe ser replanteado. También ante los socios, por supuesto. En especial la obra más importante como es la remodelación del Camp Nou, donde hasta ahora apenas se han realizado adecuaciones en la parte interior del estadio (nueva instalación eléctrica, túnel de conexión interna y ampliación del túnel de Travessera). Las obras más visibles hasta el momento han sido la construcción del estadio Johan Cruyff en Sant Joan Despí y la demolición del Miniestadi. Este verano los esfuerzos se centrarán en las labores de urbanización de los alrededores del Camp Nou a la espera de poder acometer trabajos de mayor entidad.
Se estima que el presupuesto ronda ya los 800 millones, una vez actualizados los cálculos iniciales. Un nuevo escenario que afectará directamente a la financiación del proyecto. El Barça se verá obligado a endeudarse en una cifra bastante superior a los 200 millones presupuestados inicialmente. Además, las negociaciones por los llamados title rights del estadio no fructificaron después de que no se llegara a un acuerdo con Grífols, la empresa que más interés puso en comercializar el apellido del Camp Nou. Para poder acometer el proyecto el club ya ha negociado con cuatro entidades financieras (Goldman Sachs. Banc Sabadell, La Caixa y Banco Santander) para cerrar un préstamo actualizado a las nuevas circunstancias.
Este nuevo panorama que se viene dibujando en los últimos años llevó a la directiva de Josep Maria Bartomeu a replantearse el enfoque del proyecto. En un primer momento, la idea del presidente era presentar ese nuevo modelo de financiación en una asamblea extraordinaria pero dada la magnitud cada vez mayor del Espai Barça acabó optando por convocar un segundo referéndum, extremo que confirmaba el propio Bartomeu el 10 de marzo en el Círculo Ecuestre.
Pero la crisis sanitaria sorprendió al Barça en plena maniobra. Dos días antes de la reunión prevista de la junta directiva azulgrana para aprobar la consulta y ponerle fecha, el Gobierno decretaba el Estado de Alarma y lo paraba todo en seco. Con unas elecciones en el horizonte (junio del 2021) y la incerteza sobre cuándo regresará el público a los partidos, extremo fundamental para potenciar la participación en un referéndum, la fecha de esta nueva consulta se prevé en otoño pero sigue estando en el aire.
OBRAS ‘MENORES’
Este verano, las tareas de urbanización de los alrededores del Camp Nou serán lo más destacado