Plásticos, del mar a la mesa
Una botella de plástico tarda 500 años en descomponerse y, cada año, los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura, según datos de Greenpeace. Esta organización denuncia que anualmente llegan a mares y océanos el equivalente en basura de 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel.
El plástico es perjudicial para el ecosistema marino, pero es especialmente preocupante la presencia de microplásticos, fragmentos inferiores a 5 mm que pueden proceder de la rotura de trozos grandes o que ya se han fabricado así y que están presentes en productos cotidianos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes. Estos microplásticos llegan al mar desde los desagües de nuestras casas, porque por su tamaño las depuradoras no los detectan, afectan a la fauna marina y llegan de nuevo hasta nosotros a través de la cadena alimentaria.
El Parlamento Europeo advierte de que el coste económico estimado de la basura marina está entre los 259 y los 695 millones de euros y afecta especialmente al turismo y el sector pesquero. Además, en términos de emisiones de CO2, reciclar un millón de toneladas de plástico equivaldría a retirar un millón de automóviles de las carreteras. El Pleno del Parlamento Europeo ya aprobó en marzo de 2019 prohibir los plásticos de un solo uso el próximo año.