El mini de Valdebebas
Jugar en el Di Stéfano permite a los blancos concentrarse en su residencia
El Real Madrid disputará los seis partidos que le restan por jugar en casa de la Liga (ante Eibar, Valencia, Mallorca, Getafe, Alavés y Villarreal) en el Alfredo di Stéfano, el estadio situado dentro de la ciudad deportiva de Valdebebas y hogar habitual del Castilla, el filial blanco, que ha jugado esta temporada en el grupo I de la Segunda B sin apenas congregar público en la grada. El Madrid prevé jugar todos los partidos a puerta cerrada.
La decisión de trasladar los partidos de la primera plantilla del Santiago Bernabeu al Di Stéfano se hizo oficial por parte de Florentino Pérez hace pocos días, pero estaba cantada desde el momento en que se supo que la temporada se iba a reanudar a puerta cerrada. El club blanco solo le ve ventajas; la principal, seguir a toda pastilla con las obras del Bernabeu que al realizarse con la temporada en marcha obligaba a un complicado operativo de montaje y desmontaje de la maquinaria llevada al estadio para permitir a los aficionados acudir los días de partido.
Jugar en el Di Stéfano permite a los jugadores concentrarse en su residencia de Valdebebas y llegar al estadio en un corto paseo de 500 metros, sin tener que utilizar el autocar que les trasladaba hasta Chamartín.
Aunque el Di Stefano se parece más a Ipurua que al Bernabeu porque solo tiene una capacidad de 6.000 espectadores (por 81.000 el coliseo blanco) el terreno de juego tiene las dimensiones exactas: 105x68 e incluso es igual el césped, denominado premium híbrido, que mezcla hierba natural y artificial y es pionero en su tipo en España.
Obviamente, a nivel de instalaciones ambos estadios son el día y la noche. Uno corresponde a un grande habitual de la Champions y el otro es de Segunda B. El Di Stéfano aprovechó este parón para mejorar sus torres de iluminación e introducir el sistema VAR.
En los vestuarios de Valdebebas no hay el lujoso jacuzzi que disfrutan los jugadores locales en el Bernabeu pero tiene al menos un vestuario para los madridistas y otro para el técnico, Zidane.
En cuanto a los medios de comunicación en Valdebebas solamente hay instalados dos sets de TV, cuatro cabinas para comentaristas, diez puestos para radio y 28 posiciones para prensa escrita en los que caben 32 periodistas. Suficientes porque Laliga sólo dejará entrar en cada partido a un puñado de informadores.
El Real Madrid sólo ha jugado una vez en el Di Stéfano, el día en que se estrenó el campo con un partido entre el primer equipo y el Stade de Reims, un ya lejano 9 de mayo del 2006. Ganó el Madrid (6-1) y el primer gol, a los 14 minutos, lo marcó un jovencísimo Sergio Ramos, el único que sigue en la plantilla. Era aquel un Madrid de los galácticos, con Zidane y Beckham en el once.
Del actual plantel hasta ocho jugadores saben lo que es jugar en el Di Stéfano en partidos oficiales, todos canteranos: Carvajal, Nacho, Casemiro, Lucas Vázquez, Valverde, Mariano, Vinícius y Rodrygo Goes. Nacho es el que lo ha hecho más veces (26), pero Rodrygo ha jugado esta misma temporada tres veces, con un saldo dispar: marcó dos goles y fue expulsado en una ocasión. El Di Stéfano también ofrece otras curiosidades. El pichichi blanco allí es Álvaro Morata (27 goles), ahora referencia atacante en el Metropolitano. El tercer jugador en dicho ranking es Mariano (22 goles).
Zidane también se estrenó en el Di Stéfano como entrenador. Dirigió allí al Castilla 28 veces en temporada y media con resultados discretos: 17 victorias, siete empates y cuatro derrotas.
MISMAS DIMENSIONES
El Di Stéfano tiene las dimensiones exactas del Santiago Bernabeu y hasta su mismo tipo de césped