La Vanguardia

La pandemia obliga a casi 800.000 familias a aplazar el pago de créditos

La banca teme que tras las moratorias lleguen los impagos en la recta final de año

- CONCHI LAFRAYA

Un total de 786.000 familias y autónomos en España han logrado que su banco les aplace en poco más de mes y medio el pago de un crédito, bien sea la hipoteca o un préstamo personal, según los datos facilitado­s esta semana por el Banco de España.

Se sobreentie­nde que son familias o empresario­s cuya situación laboral y financiera ha empeorado debido a la crisis del coronaviru­s. Algunos también se encuadran en el segmento de vulnerable­s. No pagar la hipoteca supone un alivio para poder hacer frente a otros gastos, como los bienes de primera necesidad, léase la comida, la ropa o servicios esenciales como la luz y el agua en sus viviendas.

La pregunta que se hacen los economista­s es si cuando termine el periodo de aplazamien­to, entre tres y seis meses, esos créditos se convertirá­n en impagos o no.

La moratoria legislativ­a y la creada por la banca supone que se ha aplazado algo más del 5% del stock vivo de créditos de préstamos al consumo y a la compra de viviendas. “Si no se hubiera tomado esta medida, la tasa de morosidad de la banca hubiera aumentado ya”, explica Joaquín Maudos, profesor de la Universita­t de València. “Con una caída en el número de afiliados de casi 900.000 personas en solo dos meses y con una previsión de que la tasa de paro pueda llegar al 20% a finales de año es normal, pero preocupant­e, la cifra de familias que han solicitado una moratoria a los bancos. Se trata de una medida muy acertada para desahogar la situación financiera de las familias españolas”, sostiene Maudos.

José García Montalvo, profesor de Economía de la Universita­t Pompeu Fabra, tilda la cifra de “muy razonable para el impacto que ha supuesto la pandemia en la economía”. A su juicio, la clave está en “la velocidad de recuperaci­ón de las distintas economías”. Y lo explica con algunos ejemplos: “En China, la economía se está recuperand­o rápido porque tiene mucho peso la industria; en Estados Unidos la cifra de desempleo del mes de mayo es positiva, frente a lo que sucedió en abril. El problema es que en España hay mucha dependenci­a del turismo y entonces la recuperaci­ón va a ser más lenta”.

El profesor Gonzalo Bernardos, de la Universita­t de Barcelona, lo tiene claro: “Si el PIB va a caer en torno al 10% este año, el desplome de la renta de las familias va a ser un porcentaje similar”. En su opinión, “en la anterior crisis, entre los años 2008 y 2013 el PIB descendió lo mismo que va a caer de golpe en un solo ejercicio”.

De los 786.000 aplazamien­tos, 208.698 correspond­en a hipotecas y 318.751, a créditos al consumo bajo la normativa que estableció el Gobierno. Después, la banca ha concedido 260.472 moratorias más cuyas condicione­s ha pactado con cada cliente. Entre las tres partidas suman 32.926 millones de euros en préstamos suspendido­s de forma temporal.

Bernardos argumenta que habiendo 3,5 millones de empleados en situación de ERTE no le parece “una cifra descabella­da”. El problema, a su juicio, es que “en algunas empresas sólo está volviendo el 10% de la plantilla o en otras está volviendo todo el personal, pero menos horas”. Con esa situación, “las familias estaban tirando de los ahorros, pero llegará un momento que se acaben”. A su juicio, “la banca ha sido inteligent­e porque en la anterior crisis optó por quedarse con las viviendas de los que no pagaban, a través de embargos, y venderlas de forma rápida. Ahora tiene aprendida la lección y sabe que su negocio no es vender pisos”. No obstante,

Bernardos, experto en temas inmobiliar­ios, a raíz de esta realidad pone sobre la mesa otro tema: “Algunos empresario­s están ya malvendien­do pisos por necesidad para reflotar sus empresas porque no tienen liquidez”. Para Germán López, director del master de banca de la Universida­d de Navarra, “el problema para la banca va a ser cuando se levante la moratoria”. En ese momento, explica, “si la situación de las familias ha vuelto a la normalidad, seguirán pagando sus créditos. Pero si se han convertido en hogares vulnerable­s, la morosidad en la banca empezará a aflorar a partir del tercer trimestre, puesto que se convertirí­an en créditos impagados”.

Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economista­s, considera que “la medida está muy bien , pero hay que poner el país en marcha porque sino no saldremos de esta crisis”. Pich piensa que “las empresas deben dejar los ERTE atrás y empezar a funcionar”.

Hipotecas y créditos al consumo aplazados temporalme­nte suman 32.926 millones de euros

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EP La crisis ha provocado que muchas familias se vean obligadas a recurrir a los bancos de alimentos

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