La increíble decisión de Eva
La vida juega conmigo, que aparecerá en España en el 2021 con el sello de Editorial Lumen (en catalán Ed. 62), se centra en la legendaria figura de Eva Panic Nahir, militante comunista yugoslava que sobrevivió a la brutalidad del campo de trabajos forzados de Goli Otak –uno de los gulags del régimen de Tito– y acabó instalándose en un kibutz de Israel.
Objeto de monografías, biografías, programas de televisión y películas, su tremebunda historia estuvo definida por un acto que, el lector descubrirá, no estuvo tan lejos del narrado por William Styron en el clásico La decisión de
Sophie, y terminó por abocarla a recrear el mito de Sísifo.
Grossman mantuvo con ella una amistad de dos décadas antes de decidirse a abordarla literariamente, si bien imponiendo unas condiciones previas.
“Aunque parta de una base real, no soy un documentalista, de modo que necesito la energía de la invención. ‘Me has de permitir imaginarte –le rogué–, incluso fantasear sobre aquello que no ocurrió pero podría haberlo hecho’. Ella aceptó el juego. Si bien murió antes de que se publicara la novela, estoy convencido que le hubiera gustado porque quiero creer que la retrata como un ser humano lleno de matices, evita juzgarla y procura entender sus posturas. Además, el libro intenta transmitir la calidez entre tres mujeres a quienes les sobran motivos para odiarse las unas a las otras. De algún modo –y aquí quizá radica la grandeza última de la literatura–, al final de su relato, de su camino, se encuentran en otro lugar, capacitadas para sentir empatía por personas que les arruinaron la vida. La familia de Eva me dijo que su lectura les sacó de encima un gran peso que les aplastaba el corazón, permitiéndoles respirar al fin con ambos pulmones. Al empujarlas a encarar la verdad, una parte de sus vidas quedó completa”. De cara a documentarse, el autor visitó Goli Otok. “Muy pocos serbios y croatas saben hoy, o quizá sólo pretenden ignorar, que decenas de miles de personas fueron torturadas y asesinadas allí. Encarar el salvajismo del prójimo o la propia humillación es insoportable para mucha gente”.
También hay un pueblecito del Ártico, poblado de individuos extraños y enterrado en nieve la mayor parte del año, en cuyos alrededores moran tres mil osos. “Cuando bajan de las montañas a por comida, incluyendo a los humanos, suenan las sirenas de emergencia y se despliegan unidades especiales que intentan ahuyentarlos o, en su defecto, les lanzan dardos adormecedores y luego los devuelven en helicóptero a sus hábitats”.