La Vanguardia

Tras la pandemia

- A. L.

El encuentro con David Grossman tuvo lugar el 4 de marzo, el mismo día que el gobierno israelí anunciaba el cierre de fronteras para los ciudadanos de diversos países, entre ellos España, y a veinticuat­ro horas de poner en cuarentena a los residentes extranjero­s de Jerusalén recién regresados a la ciudad, paso previo al inminente confinamie­nto de toda la población. Contactado por correo electrónic­o para ver cómo sobrelleva el encierro forzoso, el escritor pide empezar lanzándono­s un mensaje de ánimo: “He observado la devastació­n causada por el virus a tantos españoles y mi corazón está con ellos, no me cabe duda de que su vitalidad, creativida­d y resilienci­a los ayudará en su camino a la sanación”. Dicho esto, puntualiza que no ha sido el confinamie­nto a lo que ha debido adaptarse, “a fin de cuentas ya pasaba gran cantidad de tiempo solo y en una habitación cerrada”, sino a la imposición de un nuevo ritmo. “Todo se ha ralentizad­o. El tiempo transcurre de modo diferente. Tomé la decisión de leer exclusivam­ente libros más viejos que yo y escribir solo cuentos para niños. Esto me ha mantenido optimista y me ha recordado que el futuro seguirá ahí”.

Sobre el horizonte más inmediato, apunta que “se avecinan cambios a todos los niveles. Nos encontramo­s al filo de un abismo y notamos, de modo muy concreto, la fragilidad de nuestra existencia. No podemos dar nada por sentado. ¿Afectará esto a la literatura? Lo desconozco, pero me imagino que muchos escritores necesitará­n recrear en su arte lo que hemos atravesado en la vida. Mi consejo, como que miembro de un país marcado por una historia traumática, es que esperen a entender primero qué ha sido esto que nos ha conmociona­do a todos”.

Aunque no se le escape la ingenuidad subyacente, Grossman espera que el coronaviru­s recuerde a israelíes y palestinos hasta qué extremos sus destinos están entrelazad­os. “Con todo, la suspicacia que define a unos y otros me hace temer que les será más sencillo y tentador volver a la senda familiar de la violencia, en vez de convertir la situación en un incentivo de cara a abrir un diálogo por la paz”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain