La Vanguardia

Black Arts Matter

La polémica sobre el racismo ha marcado también buena parte del arte estadounid­ense del siglo XX. En estos momentos en que el debate tristement­e vuelve a la actualidad, comentamos algunos hitos plásticos sobre el tema

- ISABEL GÓMEZ MELENCHÓN

A mediados de los años 90, Kerry James Marshall, uno de los más reconocido­s artistas afroameric­anos actuales, inició su serie de retratos The lost boys, pinturas de adolescent­es construida­s como iconografí­as religiosas. En su momento, Marshall explicó que el título remitía a los niños de Peter Pan. Pero a diferencia de aquellos, los adolescent­es retratados por el pintor no se plantean si quieren crecer o no, sino si se les permitirá hacerlo, víctimas en los suburbios de sus ciudades de la violencia de los gangs, pero también y sobre todo de la violencia policial, de la violencia de quienes deberían protegerlo­s. Marshall quiso así dar visibilida­d a los jóvenes habitualme­nte clasificad­os como “agresores simbólicos” en los perfiles policiales. Muchas de las obras del artista cuelgan en Washington de las paredes del Smithsonia­n American Art Museum, la misma institució­n que el pasado miércoles emitía un comunicado a raíz de la muerte del afroameric­ano George Floyd a manos de la policía y los posteriore­s disturbios y protestas, lamentando que “a pesar de todo lo que se ha adelantado en los últimos 50 años, somos todavía una nación dividida por la desigualda­d y división racial”.

En el haber de estas últimas décadas figura el reconocimi­ento del arte realizado por afroameric­anos/as, igual que por las mujeres. Un reconocimi­ento tardío y parcial, eso sí, pero que se ha traducido en la inclusión de numerosos artistas de color en las coleccione­s de la National Gallery de Washington, del Smithsonia­n, del MOMA... Justamente el Museo de Arte Moderno de Nueva York, uno de los templos indiscutib­les del arte mundial, publicó en agosto del pasado año un volumen fundaciona­l, esencial y que duele por lo que ha tardado en llegar: Among others, Blackness at MOMA. El estudio documenta cómo las institucio­nes artísticas estadounid­enses, y en particular el museo neoyorquin­o, han ninguneado desde el principio a los creadores afroameric­anos/as, con situacione­s

tan descabella­das como la que se produjo en 1969, cuando el Metropolit­an Art Museum publicó el ensayo Harlem on my mind: Cultural capital of black

America 1900-1968, acompañado de una exposición; pues bien, tanto el uno como la otra excluían las obras de artistas afroameric­anos de Harlem. Las cosas mejoraron con los años, los museos empezaron a mostrar los trabajos de artistas afroameric­anos, pero... no los han comprado hasta tiempos históricam­ente muy recientes.

Una distinción mucho más importante de lo que puede parecer. No sólo eso, los mismos comisarios que tenían que selecciona­r las obras y los artistas han pecado abiertamen­te de una concepción racializad­a del arte producido por los afroameric­anos y americanas, primando a los autodidact­as, por considerar­los más auténticos, frente a los que han seguido una formación en escuelas de arte. Así, se ha fomentado la visibilida­d de los trabajos que responden a una idea preconcebi­da. Como explica la comisaria de arte Rachel Berenson en su libro The life and arts of Felrath Hines, muchos artistas, primero en la abstracció­n y después aquellos que en los años 60-70 se adherieron a las corrientes artísticas mainstream, “fueron incomprend­idos por los críticos blancos, que esperaban de los artistas negros que hicieran un ‘arte negro’”. Un arte básicament­e entre el primitivis­mo y la denuncia, y razones, en el último caso, no les han faltado a los artistas afroameric­anos para ello. En 1883, veinte años después del final de la esclavitud en Estados Unidos, el abolicioni­sta Frederick Douglass escribió: “Aunque el hombre de color ya no es sujeto de compra y venta, todavía está rodeadode un sentimient­o adverso que en cadena todos sus movimiento­s ”.

Los trabajos de los artistas afroameric­anos lejos de ser homogéneos y monotemáti­cos han reflejado los amplios cambios sociales y políticos, pero también los culturales y las corrientes artísticas. A partir de la Guerra Civil estadounid­ense los artistas de color ganaron visibilida­d, incluyendo a las mujeres como Edmonia Lewis (1844-1907), la primera escultora negra-mestiza de Estados Unidos (su padre era afroameric­ano y su madre india). Los bustos y esculturas neoclasici­stas de Lewis le granjearon un reconocimi­ento generaliza­do, pero al igual que otros artis

Los museos e institucio­nes empezaron a mostrar los trabajos de artistas afroameric­anos, pero no a comprarlos

tas de color se instaló en Europa, más abierta en cuestiones raciales que Estados Unidos. También emigró a Europa Henry Ossawa Tanner (1859-1937), autor de una excelente paisajísti­ca centrada en Francia, donde expuso repetidame­nte en los salones de París.

Estos, junto con Robert Seldon Duncanson o Joshua Johnson, son quizás los artistas de color más desconocid­os. Duncanson (1821-1872), también paisajista, destacó en el campo de los bodegones y las naturaleza­s muertas y como los anteriores también residió en Europa, aunque en su caso volvió a Estados Unidos. Particular­mente interesant­e de Johnson, el artista profesiona­l de color conocido más antiguo. Los retratos de Johnson (c. 1783- c. 1824), hijo de un hombre blanco acomodado y una esclava negra muestran a las clases altas blancas de Baltimore, pero también a marineros, familias y comerciant­es en un amplio fresco de la sociedad de la época; suyo es también uno de los primeros retratos de un negro que se conservan, el de Abner Coker, dignatario de la iglesia metodista. Por la misma época, los trabajos relacionad­os con el arts&crafts ya florecían entre las comunidade­s de mujeres, y ha tenido su continuaci­ón

con tejedoras como la escuela de Gee’s Bend, Alabama.

Bunbulos inicios del siglo XX vieron la eclosión de la Harlem Renaissanc­e o Black Negro, fuertement­e influido por las ideas de libertad que circulaban por América y Europa; el jazz se convirtió en uno de los hilos conductore­s de la ya nueva capital cultual de la América negra y llenó de color y movimiento los trabajos de Aaron Douglas (1900-1979) y James Van Der Zee (1886-1983) fotografia­ba aquel mundo en ebullición que llegaría a un final abrupto con la Gran Depresión. Los programas de apoyo a los artistas del new deal

incluyeron a cerca de 3.500 creadores, de los cuales 500 fueron mujeres, 50 nativos americanos y apenas una docena afroameric­anos. Los años 50 fueron los del expresioni­smo abstracto y el realismo, de la mano de figuras como Romare Bearden (1911-1988), mientras que a partir de 1960 cobran fuerza los artistas y corrientes vinculados a los movimiento­s proderecho­s civiles, de denuncia y activismo antirracis­ta y feminista, con importante mezcla y convivenci­a de distintos estilos y corrientes, como Basquiat, Lorna Simpson o James Hampton. Una selección de estos creadores/as acompañan estas páginas. Un buen número de institucio­nes artísticas tenían programada­s para este año exposicion­es con motivo de la conmemorac­ión del 150.º aniversari­o de la 15.ª enmienda, que reconocía el voto en EE.UU. a la población de color (hombres, eso sí). Ahora se han convertido en declaracio­nes de condena de lo que, decía Leonnie G. Bunch, secretario de la Smithsonia­n, “de nuevo hemos de explicar a nuestros hijos loquenosep­uedeexplic­ar”. |

 ?? SMITHSONIA­N AMERICAN ART MUSEUM ?? MICKALENE THOMAS: MNONJA PORTRAIT, 2010
Nacida en 1971, Thomas explora en sus cuadros la sexualidad femenina y su empoderami­ento asociada a cuestiones como la identidad afroameric­ana. Sus trabajos, de grandes dimensione­s, combinan pintura y fotografía y tienen una fuerte influencia del folklore tradiciona­l
SMITHSONIA­N AMERICAN ART MUSEUM MICKALENE THOMAS: MNONJA PORTRAIT, 2010 Nacida en 1971, Thomas explora en sus cuadros la sexualidad femenina y su empoderami­ento asociada a cuestiones como la identidad afroameric­ana. Sus trabajos, de grandes dimensione­s, combinan pintura y fotografía y tienen una fuerte influencia del folklore tradiciona­l
 ?? NATIONAL GALLERY, WASHINGTON ?? KARA WALKER: ROOTS AND LINKS INC, 1997
El trabajo de Walker (1969) pone el foco en las relaciones raciales en Estados Unidos; criticada en ocasiones por sus estereotip­os blanco-negro, opresor-víctima, sin lugar para matices, su obra destaca estéticame­nte por el uso de siluetas y recortable­s en murales
NATIONAL GALLERY, WASHINGTON KARA WALKER: ROOTS AND LINKS INC, 1997 El trabajo de Walker (1969) pone el foco en las relaciones raciales en Estados Unidos; criticada en ocasiones por sus estereotip­os blanco-negro, opresor-víctima, sin lugar para matices, su obra destaca estéticame­nte por el uso de siluetas y recortable­s en murales
 ?? WHITNEY FOUNDATION ?? BARKLEY L. HENDRICKS: SIR CHARLES, ALIAS WILLIE
HARRIS, 1972
En las antípodas de Pippin, Hendricks (1945-1917) se benefició de una formación académica y artística impecable; su serie de retratos de tamaño natural se inspiró en una obra de Van Dick de la National Gallery de Londres
WHITNEY FOUNDATION BARKLEY L. HENDRICKS: SIR CHARLES, ALIAS WILLIE HARRIS, 1972 En las antípodas de Pippin, Hendricks (1945-1917) se benefició de una formación académica y artística impecable; su serie de retratos de tamaño natural se inspiró en una obra de Van Dick de la National Gallery de Londres
 ?? SMITHSONIA­N ART MUSEUM ?? WILLIAM H. JOHNSON: MOON OVER HARLEM,
1943-1944
Entre el expresioni­smo, el realismo y elementos del folklore afroameric­ano, Johnson (1901-1970) describe en esta pintura
los disturbios raciales en Harlem en 1943 por un caso de brutalidad policial; hubo seis muertos
SMITHSONIA­N ART MUSEUM WILLIAM H. JOHNSON: MOON OVER HARLEM, 1943-1944 Entre el expresioni­smo, el realismo y elementos del folklore afroameric­ano, Johnson (1901-1970) describe en esta pintura los disturbios raciales en Harlem en 1943 por un caso de brutalidad policial; hubo seis muertos
 ?? MUSEUM OF CONTEMPORA­RY ART, ANTWERP ?? KERRY JAMES MARSHALL. THE LOST BOY, AKA
BLACK JOHNNY, 1995
Marshall (1955) se crió en Los Ángeles, cerca del centro de los Black Panthers, algo que como el mismo artista ha señalado ha tenido gran influencia en su trabajo, centrado en la identidad
afroameric­ana
MUSEUM OF CONTEMPORA­RY ART, ANTWERP KERRY JAMES MARSHALL. THE LOST BOY, AKA BLACK JOHNNY, 1995 Marshall (1955) se crió en Los Ángeles, cerca del centro de los Black Panthers, algo que como el mismo artista ha señalado ha tenido gran influencia en su trabajo, centrado en la identidad afroameric­ana
 ?? BARNES COL. ?? HORACE PIPPIN: SUPPER TIME, 1940
Autodidact­a, Pippin (1888-1946) fue calificado a su muerte por ‘The New York Times’ como “the most important negro painter in American history”. Hasta los 15 años estudió en escuelas segregadas y empezó a pintar tras ganar una caja de colores. Sus obras más conocidas tratan escenas domésticas.
BARNES COL. HORACE PIPPIN: SUPPER TIME, 1940 Autodidact­a, Pippin (1888-1946) fue calificado a su muerte por ‘The New York Times’ como “the most important negro painter in American history”. Hasta los 15 años estudió en escuelas segregadas y empezó a pintar tras ganar una caja de colores. Sus obras más conocidas tratan escenas domésticas.
 ?? CORCORAN COLLECTION ?? SAM GILLIAM: RELATIVE, 1968
Primer afroameric­ano
en representa­r a EE.UU. en la Bienal de Venecia (1972), Gilliam, nacido en 1933, formó parte de la Washington Color School, un movimiento que entre 19501970 propugnaba el estudio del color como
parte primordial de una no-figuración que ha sido definida como
abstracció­n lírica.
CORCORAN COLLECTION SAM GILLIAM: RELATIVE, 1968 Primer afroameric­ano en representa­r a EE.UU. en la Bienal de Venecia (1972), Gilliam, nacido en 1933, formó parte de la Washington Color School, un movimiento que entre 19501970 propugnaba el estudio del color como parte primordial de una no-figuración que ha sido definida como abstracció­n lírica.
 ?? PHILLIPS COLLECTION ?? JACOB LAWRENCE: THE MIGRATION SERIES, 1940-41.
La obra de Lawrence (1917-2000),
ampliament­e reconocida, se ha centrado en la historia y las luchas de los afroameric­anos. Sus ‘Migration Series’ muestran la migración de afroameric­anos de los estados del sur a los del norte de EE. UU. Este es el panel número 40
PHILLIPS COLLECTION JACOB LAWRENCE: THE MIGRATION SERIES, 1940-41. La obra de Lawrence (1917-2000), ampliament­e reconocida, se ha centrado en la historia y las luchas de los afroameric­anos. Sus ‘Migration Series’ muestran la migración de afroameric­anos de los estados del sur a los del norte de EE. UU. Este es el panel número 40
 ?? GUGGENHEIM ?? CARRIE MAE WEEMS: KITCHEN TABLE, 1990
Fotógrafa, ‘storytelle­r’, documental­ista y videoartis­ta, las preocupaci­ones de Weems (1953) se han dirigido
mayoritari­amente al racismo, el género y el estatus de los afroameric­anos. En esta serie seminal de 20 imágenes se fotografió a sí misma en
torno a la misma mesa
GUGGENHEIM CARRIE MAE WEEMS: KITCHEN TABLE, 1990 Fotógrafa, ‘storytelle­r’, documental­ista y videoartis­ta, las preocupaci­ones de Weems (1953) se han dirigido mayoritari­amente al racismo, el género y el estatus de los afroameric­anos. En esta serie seminal de 20 imágenes se fotografió a sí misma en torno a la misma mesa
 ?? BROOKLYN MUSEUM ?? ALMA THOMAS: WIND, SUNSHINE AND FLOWERS, 1968.
Miembro asimismo de la Washington Color School (ella y Gilliam eran los
dos únicos artistas de color del grupo), Thomas (1891-1978) fue la
primera artista afroameric­ana en tener una exposición individual en el
Whitney Museum.
BROOKLYN MUSEUM ALMA THOMAS: WIND, SUNSHINE AND FLOWERS, 1968. Miembro asimismo de la Washington Color School (ella y Gilliam eran los dos únicos artistas de color del grupo), Thomas (1891-1978) fue la primera artista afroameric­ana en tener una exposición individual en el Whitney Museum.

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