El Gobierno convocará el gran homenaje a las víctimas tras el 12-J
Pedro Sánchez se reunió el pasado viernes en su despacho con la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, después de que ambos participaran en el minuto de silencio que algunos ministros, altos cargos y otros empleados del complejo de la Moncloa protagonizaron como punto y final a los diez días de luto oficial declarado por el Consejo de Ministros en homenaje a los ya más de 27.000 fallecidos en España por la pandemia del coronavirus.
El objetivo de la cita entre Sánchez y Calvo era empezar a preparar la gran ceremonia en recuerdo de la víctimas de la Covid-19 que ya se comprometió a celebrar el presidente del Gobierno cuando anunció la declaración del duelo nacional que se inició el pasado 26 de mayo y que fue “el más largo de la historia democrática española”.
Este gran acto de homenaje, que estará presidido por el jefe del Estado, el rey Felipe VI, y al que Sánchez también invitó a participar a todos los presidentes de las comunidades autónomas, tendrá no obstante que esperar pese a que se anunció para cuando concluyera el estado de alarma.
Y es que en la Moncloa han decidido convocarlo después de que tengan lugar las citas electorales en el País Vasco y en Galicia, previstas para el próximo 12 de julio tras su aplazamiento por la crisis sanitaria, pues ya habían sido convocadas para el pasado 5 de abril. El motivo que alegan fuentes gubernamentales es el de evitar que el calendario electoral y la pugna de las formaciones políticas en estas dos comunidades interfiera en un acto de homenaje a las víctimas con el que se busca plasmar una imagen de unidad frente a la tragedia de la pandemia.
A falta en todo caso de concretar la fecha, en la Moncloa quieren convocar este acto de homenaje a la víctimas ya en la segunda quincena de julio. Y se celebrará en Madrid, pese a que todavía se están estudiando los distintos emplazamientos posibles para su celebración. Debido a que la conmemoración tendrá lugar ya fuera del plazo del estado de alarma decretado en España, que concluye el próximo 21 de junio, pero con las prevenciones a las que obligará la “nueva normalidad” en cuanto al mantenimiento
La Moncloa no quiere que las elecciones en el País Vasco y Galicia interfieran en la conmemoración
de las distancias sociales, y también debido a la fecha elegida, el Gobierno no contempla una ubicación con un gran aforo y descarta que se pueda producir una multitudinaria concurrencia de público.
Se tratará, según informan fuentes gubernamentales, de una “ceremonia civil de Estado”, para despedir a los fallecidos por la pandemia y también para homenajear a los sectores más afectados por la batalla contra el coronavirus, como los médicos, enfermeros y sanitarios. Será así, según la organización del Gobierno, “una ceremonia solemne, importante y digna”, para despedir a las víctimas de “una tragedia sin precedentes”.
Junto a la presencia de los Reyes, el Gobierno y las máximas autoridades del Estado, además de los presidentes autonómicos, la pretensión es también que acudan a la celebración los líderes y portavoces de todas las formaciones políticas. Puesto que la desescalada del confinamiento viene acompañada de una escalada de la tensión política, el acto busca lograr al menos un paréntesis de unidad y comunión en recuerdo de las víctimas.