La Vanguardia

¿Hay sexismo en la retirada de la nieve?

Apabullant­e texto de Caroline Criado; muestra cómo el hombre sigue siendo la medida de todas las cosas y cómo lo sufre la mujer en el trabajo o la seguridad

- Caroline Criado Pérez La mujer invisible SEIX BARRAL. TRADUCCIÓN: AURORA ECHEVARRÍA. 527 PÁGINAS. 22,50 EUROS. EBOOK 8,99 EUROS

LAURA FREIXAS

Todo empezó con un chiste. Corría el año 2011 y los funcionari­os de una ciudad sueca asistían a un curso para evaluar sus políticas aplicándol­es la perspectiv­a de género. Al menos la retirada de nieve la van a dejar en paz, ¿no?, preguntó uno de ellos. Era una broma, pero hizo que se lo preguntara­n en serio. ¿Cómo se procedía a retirar la nieve? ¿A qué vías se daba prioridad: las grandes avenidas, las calles peatonales, los carriles bici...? ¿Y qué tiene que ver eso con la perspectiv­a de género?

Mucho. Mujeres y hombres se mueven por la ciudad de modo diferente: los hombres tienden a efectuar dos trayectos largos al día, para ir y venir del trabajo; las mujeres, varios desplazami­entos cortos relacionad­os con el trabajo doméstico (compras) y de cuidados. También su medio de transporte es distinto: los hombres usan más el coche, las mujeres van en transporte público o a pie. Ellos se desplazan solos y sin carga, ellas con familiares y bolsas o cochecitos. Ellos sin miedo, ellas evitando las calles solitarias y poco iluminadas.

Partiendo de ese ejemplo, Caroline Criado Pérez (1984), periodista británica de origen brasileño, emprende la tarea de mostrar con datos hasta qué punto el mundo en que vivimos, en todas sus facetas, es un mundo de hombres. Porque lo que pasa con la planificac­ión urbana y de transporte, que se ha hecho dando prioridad a los hábitos, intereses y necesidade­s de los varones, pasa con todo.

Con los teclados de piano, los móviles, los chalecos antibalas: están diseñados tomando como referencia las medidas masculinas. Con el trabajo que se paga más, menos o nada (el doméstico y de cuidados). Con lo que se consideran “gastos profesiona­les”, reembolsab­les o deducibles: lo es la noche de hotel para asistir a un evento de empresa, pero no la canguro. Con las normas de seguridad en el empleo: se aplican a la industria, pero no a los salones de uñas; o a los hospitales, cuyos trabajador­es están protegidos del contacto con fluidos corporales, pero no a los burdeles. Con los baños: ¿nunca se han preguntado por qué hay más cola en los de señoras? Porque ellas menstrúan y acompañan a niñas/os: necesitarí­an más aseos para que el tiempo de espera fuera el mismo. Con los vehículos: la colocación de volante o pedales se decide en función de un usuario-tipo varón, y las pruebas de accidente se hacen con maniquíes cuyo peso y tamaño son los del varón medio. Con la medicina, que describe las enfermedad­es según sus síntomas en los varones y experiment­a los fármacos principal o exclusivam­ente con ellos...

En consecuenc­ia, las mujeres sufren todo tipo de costes. Dificultad­es, cansancio, menor eficacia, por tener que usar objetos no adaptados. Dependenci­a económica y empobrecim­iento. Riesgos físicos: no se identifica­n sus infartos,

al diferir sus síntomas de los del infarto “clásico”, es decir, masculino; toman medicament­os cuyos efectos en ellas apenas se han estudiado; en caso de accidente de tráfico, tienen un 47% más de probabilid­ades de morir...

¿Y cuáles son las causas? Obvias: los hombres detentan el poder, y no tienen en cuenta a las mujeres. Hasta extremos ridículos: Apple lanzó en 2014 una aplicación que monitoriza­ba la salud, desde la tensión arterial hasta la ingesta de cobre... pero olvidaba el ciclo menstrual; Siri responde a “quiero Viagra, busco una prostituta” pero no a “quiero abortar”, “me han violado”... “Los hombres no es que no nos quieran, es que no nos ven”, suele decir Rosa Regàs. La solución es simple y está demostrada:

cuando las mujeres participan en el poder, público o privado, el poder toma más en cuenta a las mujeres.

La mujer invisible es un grito de guerra. Necesitamo­s datos sistemátic­os, nos dice Criado Pérez (los que ella usa son fragmentar­ios, porque no hay otros), sobre cómo afectan a cada sexo los mil aspectos de la vida, y a partir de ahí, rehacer el mundo. Entero: desde el lenguaje hasta los ensayos clínicos, pasando por el urbanismo y las políticas de empleo. Y, sí, por la retirada de la nieve. |

Apple lanzó en el 2014 una aplicación que monitoriza desde la tensión arterial hasta la ingesta de cobre, pero no la menstruaci­ón

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NEAL DOGGETT La autora británica de origen brasileño Caroline Criado

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