El Espanyol recupera la ilusión
Los de Abelardo ofrecen una imagen renovada y ganan con solvencia a un Alavés que jugó 70 minutos con diez
El nuevo fútbol sentó como un guante al Espanyol. Sin su público apoyándole desde la grada, los pericos consiguieron el triunfo más cómodo de la temporada frente a un Alavés desconocido. La imagen fue inmejorable. Todo funcionó a la perfección pese a no poder contar de inicio con De Tomás, por molestias en una rodilla. La expulsión de Pacheco, portero babazorro, en una acción desafortunada en el primer tiempo, decantó el encuentro, que terminaron ganando Bernardo y Wu Lei con sendos goles. El tortuoso camino que deben recorrer hacia la reconquista sigue albergando mucha dificultad, pero este Espanyol no parece tener nada que ver con el de la primera parte de la temporada.
Cumplió con lo prometido el equipo de Abelardo y se mostró ambicioso y sin lagunas defensivas durante todo el encuentro. En el comienzo ofrecieron más que su rival, y con superioridad asumieron el timón del partido en todo momento y pudieron lograr un resultado más holgado si cabe. Ambos técnicos se vieron limitados en sus respectivos onces por la ausencia de sus referencias ofensivas. Si en el Espanyol De Tomás se quedó en el banquillo por un problema en su rodilla, los problemas para Garitano, técnico del Alavés, fueron todavía mayores al no poder contar ni con Joselu, sancionado, ni con Lucas Pérez, con molestias. El equipo de Abelardo no varió demasiado con respecto al previsto y solo Melendo entró en lugar de Darder, en una estrategia para dosificar a esos futbolistas ante un calendario muy exigente.
En el inicio ambos acusaron la inactividad después de tres meses sin competir. Pero tras esos minutos de tanteo irrumpió en el partido de forma sobresaliente el chino Wu Lei. La velocidad del delantero asiático supuso una pesadilla para unos centrales más acostumbrados a jugar con la línea defensiva muy arriba para achicar espacios. En una de sus muchas rupturas al espacio llegaría la jugada que decantaría el partido anticipadamente. Ya había mostrado dudas Pacheco en una jugada anterior pero fue en el minuto 20 que falló con estrépito en una salida a priori sencilla. Wu Lei persiguió un balón largo y provocó que el guardameta midiese mal y atrapase el balón con las manos más de un metro fuera del área. Midió mal en su intención de despejar Pacheco y tanto él como su equipo lo pagaron caro. González Fuertes no tuvo dudas en la elección de la cartulina y lo mandó a los vestuarios.
El tanto otorgó el gobierno definitivo a los de Abelardo, que ya antes habían mostrado más ambición ofensiva. El monólogo perico se concretó en las ocasiones más claras del partido, pero se encontró el Espanyol con un viejo conocido que no le facilitaría la tarea, el guardameta Roberto Jiménez. Hasta en cuatro ocasiones apareció de manera milagrosa para detener remates muy claros de Wu Lei, Dídac y Embarba. Cuando parecía que la primera parte iba a terminar con un Espanyol desbocado en persecución de una presa que siempre se escapaba por milímetros, llegó Bernardo para, sobre la bocina, hacer justicia en el marcador con un remate de cabeza inapelable.
En la reanudación no perdió la intensidad el equipo de Abelardo, y en solo dos minutos sentenció el duelo. A la tercera no perdonó Wu Lei en el mano a mano con Roberto. Cuarto gol del chino, el mejor blanquiazul sobre el verde.
Con el partido resuelto y como si se tratase de un partido de pretemporada, Abelardo dio entrada a muchos hombres de refresco, entre ellos De Tomás. El madrileño, que debe recuperar parte de su explosividad, regaló el tercero a Darder en la recta final, pero el mallorquín no supo definir con el portero vendido.
Con este triunfo, combinado con la derrota del Celta, los blanquiazules dan un primer paso fundamental para sus intereses. Comienzan con dinámica positiva una nueva Liga en la que cualquier cosa parece posible. Eso quiere creer el Espanyol, que todavía no se da por muerto y plantará batalla por salvar la categoría.