Camisetas dr. Simón
Desde que el Che Guevara se convirtió en camiseta y los sociólogos le echaron horas para descubrirle al capitalismo la capacidad fagocitadora, las camisetas con mensaje forman parte de nuestra vida. Una podría decir parafraseando a Marx que el mensaje son básicamente los beneficios que se obtienen por su venta, pero me callo, porque guardo como oro en paño en el armario una de la caída del muro de Berlín y otra de la elección de Obama, ya ven, cada momento histórico engendra su propia decepción.
Estos días están de moda las camisetas relacionadas con el coronavirus, para empezar, con el doctor Fernando Simón. Dicen que son lo más
trendy y voy a comprobarlo en internet, como hacemos ahora todos con todas las cosas. Bien, lo primero que me sale es una colorida T-shirt con las jetas sonrientes de los jurados de Masterchef España, o sea, que tendencia, pero (aún) no tanto. Luego sí, ahí están, de todos los tipos, con fotos y caricaturas, con frases y sentencias, con halo de santo y otras cosas que me callo. También con almendras, cuyo significado descubro de nuevo en Google porque la rueda de prensa de ese día me la perdí, no se puede estar a todo. Se me ocurren muchas razones para idear y llevar una camiseta con la efigie del doctor Simón, también políticas, que últimamente pienso mal de todo. Últimamente suelo acertar en todo. Menos razones se me ocurren para otras camisetas también ya con transmisión comunitaria: unas que llevan el lema “Yo sobreviví al coronavirus”. Pues me parecen fatal. Primero por mal gusto y falta de respeto hacia las víctimas de la tragedia, pero allá cada uno. Pero es que además dan un mal fario que... eso. Si los artistas no se atreven a hablar de sus proyectos para no gafarlos, ¿cómo se le ocurre a nadie jactarse de sobrevivir a algo que ni mucho menos se ha acabado y con el otoño por delante? Es como llamar a la mala suerte, y lo digo sin mal rollo, porque con estas cosas no se juega, yo al menos no lo haría. Recuerdo a un ingeniero que conocí en Boeing y lucía una camiseta en la que se ufanaba de haber sobrevivido a los sucesivos, y numerosos, recortes de personal, algo así como nuestros ERE. No he querido mirar en Linkedin, no vaya a ser me encuentre ahora su perfil buscando curro. (Eso y que no tengo cuenta en Linkedin).
Yo prefiero las camisetas blancas o de un color, sin leyendas ni nada de nada. Así se descoloran menos. Y duran bastante más.
Me parecen un desafío al destino, o a lo que sea, las camisetas con un “Sobreviví al virus”