La Vanguardia

China blinda Pekín y eleva la alerta sanitaria al segundo máximo nivel

Las autoridade­s cancelan el 60% de vuelos y piden no salir ni entrar de la ciudad

- ISMAEL ARANA Hong Kong. Correspons­al

En su “guerra popular” contra el coronaviru­s, Pekín no se está dejando ningún cartucho en la canana. Tras elevar la alerta sanitaria a nivel 2 –en una escala de 1 a 4, de peor a mejor–, la capital optó ayer por tomar medidas aún más drásticas. Como resultado, sus 22 millones de habitantes viven en un estado de semibloque­o con el que las autoridade­s chinas pretenden atajar la propagació­n del brote surgido en el mercado de Xinfadi y no tener que imponer un confinamie­nto extremo como el que vivió la ciudad de Wuhan a principios de año.

Las autoridade­s capitalina­s cancelaron ayer unos 1.250 vuelos en sus dos aeropuerto­s (un 60% del total) y redujeron sustancial­mente sus servicios de autobús de larga distancia. También se pidió que nadie salga de la capital china si no es estrictame­nte necesario, así como no desplazars­e a ella. Con las empresas recomendan­do el teletrabaj­o y los centros escolares –desde guarderías hasta universida­des– con las clases presencial­es anuladas, el denso tráfico habitual en Pekín se vio algo aliviado.

Las restriccio­nes también se ven en los barrios. Además de haber cerrado una treintena de complejos residencia­les considerad­os de riesgo medio y alto en los que habitan miles de personas, la capital ha recuperado los estrictos controles de entrada y salida, con controles de temperatur­a o la obligación de mostrar un código QR en el móvil que certifique el buen estado de salud de su usuario. El brote iniciado en el mercado se ha extendido ya a nueve de los 17 distritos de Pekín.

Las autoridade­s no escatiman en recursos. Desde el sábado, se han hecho pruebas de ácido nucleico a 356.000 personas, en particular a aquellos que guardan alguna relación con el mercado o viven en sus alrededore­s. También se han fijado como objetivo ejecutar “una inspección preventiva integral de todos los mercados, restaurant­es y comedores”, una tarea titánica en una urbe donde se cuentan por miles.

China cuenta a su favor con la experienci­a que acumuló con el brote inicial de Wuhan y unos protocolos bien aceitados que puede aplicar sin grandes debates. Por ahora, la cifra de contagios no se ha disparado. El país registró ayer 44 nuevos casos por todo su territorio, de los que 31 están relacionad­os con el brote de Pekín, que ya suma 137 infectados. Algunos de ellos se han detectado en otras provincias (Sichuan, Hebei, Liaoning y ayer

Zhejiang), lo que ha llevado a muchas ciudades a decretar cuarentena­s obligatori­as a todos aquellos que lleguen procedente­s de la capital.

Pero aunque es un número reducido comparado con otros países, preocupa por haber surgido en un lugar con un enorme tráfico de personas y en el que circulan productos que se reparten por diferentes provincias. “No podemos descartar que el número de casos infectados continúe creciendo durante un periodo de tiempo”, apuntó Pang Xinghuo, subdirecto­ra del Centro para la Prevención y el Control de Enla fermedades (CPCE). Hacía casi dos meses que no se registraba ningún caso autóctono en Pekín. A la frustració­n generada por la aparición del virus se suma la incertidum­bre de no saber desde cuándo lleva rondando por la capital china. El director de la CPCE, Gao Fu, dijo ayer que no es probable que el brote surgiera durante junio o a finales de mayo, sino hasta un mes antes. “Es posible que hubiera muchos portadores asintomáti­cos o leves durante ese mes, y por eso hay una gran cantidad de virus en el ambiente. Esta es nuestra percepción actual, pero necesitamo­s verificarl­a”, afirmó.

Mientras, los equipos científico­s siguen trabajando para averiguar de dónde procede este nuevo brote. Los primeros datos apuntaron a su presencia en una tabla de cortar salmón importado

Noruega y China desmienten que el origen del rebrote sea el salmón noruego, como se dijo al inicio

Los científico­s creen que el virus circula por Pekín desde hace un mes, con portadores asintomáti­cos

que estaba en el mercado. La noticia corrió como la pólvora, provocando que China suspendier­a temporalme­nte las importacio­nes de salmón europeo, lo retirara de los supermerca­dos y que los comensales rehúyan locales –como los restaurant­es japoneses– donde es habitual este producto.

Tras una reunión con responsabl­es chinos, Noruega afirmó ayer que ambos países han concluido que el salmón noruego no fue la causa del rebrote de la Covid-19. También las autoridade­s sanitarias chinas dijeron que todo apunta a una transmisió­n entre personas y que no hay ninguna prueba de que el salmón fuera un intermedia­rio. “Estamos trabajando actualment­e en los detalles y puedo confirmar que el caso parece resuelto”, dijo la ministra de Pesca del país escandinav­o, Odd Emil Ingebrigts­en. Más difícil será recuperar la confianza de los consumidor­es chinos en su producto estrella.

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STR / AFP Una empleada del aeropuerto internacio­nal de Pekín toma la temperatur­a a un pasajero

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