“Cerró todo y el huerto estaba recién sembrado”
Hay que tener la fortaleza y el espíritu de un payés para no tirar la toalla y seguir creyendo en la tierra cuando las andanadas vienen una tras otra hasta dejarte al borde de la ruina. La borrasca Gloria dio un buen susto a la gente del campo, pero con la Covid-19 el zarpazo les obligó, como al responsable del Hortet del Baix, Jaume Torras, a replantearse el negocio y regresar a los orígenes. Con campos ecológicos de frutas y verduras en Viladecans, Sant Boi, Begues y Sant Climent, Torras se había especializado en llenar las despensas de los mejores restaurantes de Catalunya con verduras cultivadas a la carta, al gusto del chef. Un producto de calidad, específico para gastronomía y buscado por los cocineros que apuestan por el producto de proximidad, que se cultivaba en unos campos que pueden visitar. De la noche a la mañana todo cerró y Torras se quedó con los almacenes repletos y los campos recién sembrados. No tiró nada, regaló toneladas a oenegés y regresó con el mismo entusiasmo al negocio que ya empezaron sus bisabuelos en los mercados de la Barceloneta y Galvany para vender al consumidor. Rehízo la web adaptándola a las necesidades de las familias y ha logrado salvar a la mitad de la plantilla repartiendo fruta y verdura a domicilio. Ni los cocineros son capaces de prever qué necesitarán en invierno, por eso, se aferra al cuidado del nuevo cliente con más de la mitad del huerto sin plantar, esperando mejores tiempos. /