La Vanguardia

Bañistas sin agobios y a 1,5 metros

El primer fin de semana de libre circulació­n entre provincias no registra grandes aglomeraci­ones de visitantes en los municipios de playa

- SÍLVIA OLLER ESTEVE GIRALT

El primer fin de semana de libertad de circulació­n entre las cuatro provincias catalanas no se tradujo en aglomeraci­ones en municipios de la Costa Brava o la Costa Daurada, como temían algunos alcaldes. Ayudó el hecho de que la salida de vehículos de Barcelona y su área metropolit­ana fuera escalonada desde el viernes y ayer, hasta las 17 h, un 20% inferior a la de hace un año por estas fechas, según datos del Servei Català de Trànsit.

Como resultado de esta operación salida esponjada, ayer no hubo problemas para extender la toalla en las principale­s playas, cumpliendo la distancia de un metro y medio de separación entre grupos, ni tampoco para pasear sin agobios por los paseos marítimos o elegir mesa en restaurant­es. Tampoco hubo retencione­s kilométric­as en las carreteras de acceso a la costa como sería habitual en un puente de Sant Joan.

Muchos de los “nuevos” visitantes del litoral de Girona y Tarragona eran vecinos de Barcelona o su área metropolit­ana con segunda residencia en la zona. “Estos meses se nos han hecho eternos”, explicaban ayer Ignasi Gorina y Nancy Pradas, un matrimonio de Sabadell con apartament­o en Platja d’aro. Recién llegado de Granollers, antes del mediodía, Fermín Gutiérrez daba la llave del agua de su segunda residencia. “Desde febrero que no veníamos, volver ha sido como recuperar la libertad total”, explicaba. La familia Noguera, de Sarrià, optó por cambiar su viaje a Marraquech para pasar unos días en un hotel de Platja d’aro. “Es la primera vez que salimos de Barcelona desde el 15 de marzo”, decía Elena, la hija, mientras su madre hacía el check in.

“Esperábamo­s la movilidad de los vecinos de Barcelona con los brazos abiertos”, explicaba Bryan Carmona, el dueño de M&B Lounge, un restaurant­e situado en primera línea de mar. También el presidente de los comerciant­es, Manel Canadell, celebraba la anticipaci­ón de la libertad de circulació­n y confiaba en que la temporada turística se alargara más allá de agosto.

Sin embargo, este primer sábado de total movilidad no se tradujo en grandes aglomeraci­ones. Un hecho que sorprendía incluso a los propios visitantes. “El viernes nos plantamos en una hora aquí”, decían Albert y Assumpta, vecinos de Terrassa con un apartament­o en Platja d’aro, sorprendid­os por el ambiente relajado y a medio gas de ayer. La

misma percepción tenían los vecinos de Sabadell Rosa Maria y Ricard, que tenían intención de pasar el día en la costa. “Apenas hemos encontrado tráfico”, decían.

Al igual que en Girona, la Costa Daurada del turismo y, especialme­nte, de las segundas residencia­s ha empezado a ponerse en marcha este fin de semana. Por fin, ayer, las primeras imágenes de playas con ambiente y visitantes de fuera, mayoritari­amente de Lleida, pero también del área de Barcelona y otros puntos de Catalunya. Sin aglomeraci­ones sobre la arena, ni en los chiringuit­os ni en las terrazas o restaurant­es de los paseos marítimos; nada que recuerde a las masificaci­ones de antes de la pandemia. Pero el litoral tarraconen­se y su gigantesca industria turística empezaron ayer a salir, poco a poco, de su hibernació­n forzosa.

“Llevamos tres meses encerrados… claro que teníamos ganas de venir. Estamos en la gloria, aunque sabe mal por los chiringuit­os y las terrazas”, decía Josep de Juan, de Lleida, bajo el sol y sobre la arena, con los brazos en jarra, y con su segunda residencia en Salou, disfrutand­o de la experienci­a de estar apalancado en la playa de Llevant sin agobios. Josep llegó el viernes junto a su mujer y no tienen intención de regresar a Lleida en una semana. “Mañana (hoy) empezarán a llegar los de Zaragoza y empezará a animarse la cosa”, advirtió.

Los maños son uno de los grandes públicos, de segunda residencia, para los negocios turísticos de localidade­s como Salou.

Con el fin del estado de alarma podrán empezar a llegar los aragoneses a la costa de Tarragona junto a los navarros y veraneante­s de otros puntos de la Península que aquí sienten que tienen su playa. Como en casa, pero sin estar en casa.

Muchas evidencias ayer de que la cosa está aún lejos de la normalidad. Dos vendedores de origen indio de un pequeño supermerca­do y una tienda de recuerdos improvisan­do un partidito de futbol frente a sus tiendas. “Poco ambiente y solo el fin de semana”. Gregori Garcia, al frente del Garvibeach, chiringuit­o de la playa de Llevant con un centenar de tumbonas, suma medio siglo de experienci­a. Optimista pese al mazazo. “Poco a poco irá viniendo más gente”. Reabrió hace tres días y ya piensa en la apertura de fronteras. “Trabajamos mucho con los guiris, si fuera un junio normal esto estaría lleno y con muchos holandeses”, recuerda. Pero no estamos en otros veranos.

Con el turismo extranjero solo en la memoria, los hoteles tendrán que seguir a la espera en la Costa Daurada. También lo notan, y mucho, restaurant­es y terrazas, ayer con muchas mesas vacías. “Hemos reabierto hoy (ayer), pero no hay mucho movimiento”, explicaban en una de las heladerías del paseo marítimo de Salou (Jordimar).

A partir de mañana estará ya abierto el 25% de los hoteles en el centro turístico que forman Salou, Cambrils y La Pineda (Vila-seca). Otro 25% no lo hará hasta julio. “El mercado turístico más rápido de recuperar será el de las segundas residencia­s”, destaca Xavier Guardià, portavoz la Federació d’hosteleria i Turisme de la Provincia de Tarragona. “La cosa está muy fría, aunque hay interés de los mercados y los turoperado­res, las reservas en los hoteles van muy lentas. No hay duda de que será una temporada turística muy mala”, remata Guardià.

También en la Cerdanya, muchos vecinos del área de Barcelona acudieron entre el viernes y ayer a su segunda residencia que han tenido cerrada durante más de tres meses a cal y canto. Municipios como Das, Fontanals de Cerdanya o Puigcerdà registraro­n mucha más actividad, un hecho del que se beneficiar­on negocios de alimentaci­ón y otros comercios. La mayoría fueron a pasar solo el fin de semana, como hacían antes confinamie­nto. Los hoteles de la zona tardarán algo más en abrir en su globalidad. Actualment­e solo un 50% de la oferta hotelera de la Cerdanya está abierta y la ocupación se sitúa en el 20%. “Esto son días de rodaje, pero ya nos están entrando reservas para julio y agosto”, dijo ayer Núria Vidal, presidenta de la Associació d’hotels i Càmpings de la Cerdanya.

LA MONTAÑA

En la Cerdanya, solo un 50% de la oferta hotelera está abierta y la ocupación es del 20%

 ?? PERE DURAN / NORD MEDIA ?? Movilidad total sin masificaci­ones. El primer fin de semana de libertad de circulació­n en Catalunya comportó un aumento significat­ivo de bañistas en la playas de la Costa Brava y la Costa Daurada (arriba, Platja d’aro y Salou), aunque la afluencia fue menor de la esperada. En la imagen de la izquierda, la carretera C-35, con vehículos procedente­s de la autopista AP-7 que se dirigen hacia los municipios del centro de la Costa Brava
PERE DURAN / NORD MEDIA Movilidad total sin masificaci­ones. El primer fin de semana de libertad de circulació­n en Catalunya comportó un aumento significat­ivo de bañistas en la playas de la Costa Brava y la Costa Daurada (arriba, Platja d’aro y Salou), aunque la afluencia fue menor de la esperada. En la imagen de la izquierda, la carretera C-35, con vehículos procedente­s de la autopista AP-7 que se dirigen hacia los municipios del centro de la Costa Brava
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PERE DURAN / NORD MEDIA
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XAVI JURIO

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