La Vanguardia

Días de despedida en Ratisbona

La visita de Benedicto XVI a su hermano Georg, gravemente enfermo, le lleva también a recorrer lugares clave en su vida

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

La visita privada a Alemania del papa emérito Benedicto XVI, que el pasado jueves voló sorpresiva­mente desde Roma a su Baviera natal, posee contornos de despedida, al deberse a que su hermano mayor, el también sacerdote Georg Ratzinger, de 96 años, está gravemente enfermo. “Es quizá la última vez que los dos hermanos, Georg y Joseph Ratzinger, se ven en este mundo”, afirmó la diócesis de Ratisbona en una nota. El viaje implica gran esfuerzo para Joseph Ratzinger, de 93 años, en la que es su primera salida de Italia tras su renuncia al papado en febrero del 2013.

En Ratisbona, ciudad bávara de 168.000 habitantes, Benedicto XVI se aloja en el seminario, a poca distancia de la casa de su hermano, y le visita cada día más de una vez. A su partida, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, dijo que el Papa emérito permanecer­ía en Ratisbona “el tiempo necesario”. La televisión pública bávara, BR, asegura que se quedará hasta al menos mañana lunes. No hay pues aún fecha oficial de regreso a Roma para este viaje en el que el aroma de despedida va más allá del hermano gravemente enfermo.

Ayer tarde, Benedicto XVI acudió a rezar a la tumba de sus padres y de su hermana en el cementerio de Ziegetsdor­f, a tres kilómetros de Ratisbona; y visitó también su antigua casa en la pequeña localidad de Pentling, también a tres kilómetros. Entre 1969 y 1977 el entonces profesor Joseph Ratzinger enseñó Teología en la Universida­d de Ratisbona, y vivía con su hermana Maria en la casa de Pentling, que cedió en el 2010 al Instituto Benedicto XVI.

“Se despertaro­n lo recuerdos; ha sido un viaje al pasado”, dijo Christian Schaller, director adjunto de dicho instituto, en referencia a los 45 minutos que Joseph Ratzinger pasó ayer en esa casa. El obispo de Ratisbona, Rudolf Voderholze­r, pidió “respeto a la privacidad de estos momentos muy personales” del visitante, quien por otra parte en sus desplazami­entos en coche saluda con la mano desde la ventanilla.

Vía Twitter, la diócesis da briznas de informació­n: los hermanos celebran misa juntos, el nuncio en Alemania visita al Papa emérito, o las frases de Schaller. El obispado tuitea también detalles gastronómi­cos, como que en su primera mañana en Ratisbona “aguardaba al Papa emérito un auténtico desayuno bávaro; había pretzels”; o que ese mediodía comió Strudel de manzana.

Los hermanos Ratzinger siempre han estado muy unidos. Ambos se

“Es quizá la última vez que los dos hermanos Ratzinger se ven en este mundo”, afirma la diócesis alemana

ordenaron sacerdotes el mismo día, 29 de junio de 1951, en la catedral de Freising. Georg Ratzinger fue luego durante treinta años director musical del coro de voces blancas Regensburg­er Domspatzen (Pajarillos de la Catedral de Ratisbona).

Antes de partir el jueves hacia Munich en un vuelo de la Fuerza Aérea italiana, Benedicto XVI recibió en el Vaticano la visita del Papa Francisco, quien estuvo “totalmente de acuerdo” en que emprendier­a el viaje. Ratzinger volvía así por primera vez a Ratisbona desde su visita como Papa en septiembre del 2006. En esta estancia le acompañan, entre otros, su secretario, el arzobispo alemán Georg Gaenswein.

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PHILIPP GUELLAND / EFE El Papa emérito, saliendo de visitar a su hermano Georg Ratzinger el jueves, día de su llegada a Alemania

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