Música y plantas contra la melancolía
El concierto para plantas que ofrece mañana el Liceu ha difundido una imagen positiva de Barcelona por primera vez en meses. Pero plantea un reto más profundo: una nueva relación entre los humanos y el mundo vegetal.
Aún no se ha presentado en público y ya es un éxito promocional sin precedentes. No será hasta mañana cuando se oficie la puesta de largo de la acción artística que vinculará en el Liceu la música con las plantas, pero la noticia adelantada esta semana por The Guardian y La Vanguardia ya ha dado la vuelta al mundo. Por primera vez en meses, el nombre de Barcelona se está asociando al arte y la creatividad y no a los estragos de la pandemia.
¿El motivo? El Concierto por el Bioceno que el Uceliquartet ofrecerá mañana a las 17h (en streaming en la web del Liceu) frente a una audiencia de 2.292 plantas debidamente acomodas sobre las butacas del teatro. La acción la firma el artista vallisoletano Eugenio Ampudia, está comisariada por Blanca de la
Torre y se integra en el proyecto del director artístico del Liceu, Víctor García
de Gomar, de fomentar el diálogo entre el coliseo y las artes visuales. El cuarteto interpretará la elegía Crisantemi , de Puccini.
La medida de la repercusión de la iniciativa la da la lista de medios internacionales acreditados para asistir a su ejecución. Hasta el viernes se habían apuntado Reuters, la BBC, Getty, France Presse o NBC News. Una cobertura tan internacional es muy rara en cualquier evento de ópera o música clásica, y no solo en el Liceu.
Es obvio que la vistosidad de las simulaciones del concierto realizadas en 3D ha ayudado a difundir la iniciativa. Pero también lo es que este proyecto sintoniza con una tendencia de creciente sensibilización hacia el mundo vegetal. El nuevo marco de las relaciones entre la especie humana y las plantas lo abordaron los filósofos Luce Irigaray y Michael Marder (profesor de la Universidad del País Vasco) en su ensayo Through Vegetal Being (Columbia University Press, 2016). Proponían en él abrazar una cultura más próxima a la naturaleza y que las plantas sirvan tanto para enraizarnos en el Tierra en momentos de deriva como para recuperar gracias a ella la energía vital perdida. ¿Puede formularse un planteamiento más acorde con los tiempos melancólicos y convulsos que estamos viviendo?
La propia Barcelona se replantea ahora su relación con las plantas, después de comprobar cómo vegetales y fauna tomaban las calles de la ciudad abandonadas por sus confinados habitantes. El esplendor de la primavera y la decisión municipal de tolerar que brote la vegetación (las demonizadas malas hierbas) por las rendijas del paisaje urbanizado refuerzan el concepto de ciudad verde, ese que genera tanto debate interno como admiración en los foros del urbanismo global.
Si ese proyecto de ciudad amable y pacificada requería de una representación simbólica que diera la vuelta al mundo, la tendrá a partir de mañana gracias a este montaje con el que el Liceu abre su temporada. Con un coste muy poco relevante: las plantas proceden de viveros del Maresme y las patrocina Flores Navarro. Puro kilómetro cero. Acabada la función, las plantas serán donadas a sanitarios que han combatido el virus.
A veces, un mensaje imaginativo y que sintoniza con las tendencias de los tiempos logra, a un precio muy bajo, un impacto más contundente que ambiciosas campañas de promoción. La Generalitat ha anunciado esta semana que va a invertir 7,4 millones de euros para atraer turistas con el lema “Catalunya és casa teva”. El resultado está por ver, aunque se trata de una inversión muy necesaria y ha tenido una buena acogida en el sector, ya que el turismo es el principal motor económico catalán y hay que estimularlo con urgencia.
Motivo de reflexión es si en una campaña así debe primar un concepto tan controvertido como la hospitalidad por delante de la creatividad cultural acreditada por Barcelona y Catalunya desde el origen de los tiempos.
El concierto no antropocénico del Liceu es un buen argumento de base para esa reflexión: Barcelona no tiene mejor embajadora que su cultura.