La Vanguardia

Sánchez deja atrás el estado de alarma y pide unidad para la legislatur­a

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- JUAN CARLOS MERINO Madrid

“Avanzar unidos será el horizonte de los cuatro años de legislatur­a que tenemos por delante”, proclamó ayer Pedro Sánchez en la declaració­n institucio­nal con la que despidió el estado de alarma en España. “Comienza una etapa nueva”, advirtió.

El presidente del Gobierno volvió a recordar así, con estas palabras, que su nuevo mandato apenas tiene cuatro meses de vida –fue investido el pasado enero– y que tiene ahora por delante una larga legislatur­a de cuatro años. Todo un aviso para navegantes que, en plena marejada provocada por la pandemia del coronaviru­s y sus consecuenc­ias económicas, laborales y sociales, intentan que el nuevo Gobierno se vaya a pique cuanto antes mejor.

El proyecto político de Sánchez, según advierten sus estrategas en la Moncloa, siempre ha sido de largo recorrido, pese a las acusacione­s que recibe de “tacticismo cortoplaci­sta” y de vivir al día y como si no hubiera un mañana. De hecho, ponen como ejemplo, en ninguno de sus planes estaba previsto llegar a la Moncloa en junio del 2018 tras ganar una moción de censura contra Mariano Rajoy. Su objetivo era a largo plazo, entonces con la vista puesta en ganar las elecciones municipale­s y europeas del 2019. Pero la sentencia de la Gürtel, que señaló al Partido Popular como partícipe a título lucrativo de esta trama de corrupción, se cruzó en el camino y precipitó los tiempos.

Ahora, aseguran sus asesores, el presidente del Gobierno mantiene puestas las luces largas. Y, pese a la imprevista irrupción del coronaviru­s, que dinamitó todos los planes, y a la ofensiva de Pablo Casado para que no sobreviva a la pandemia, su calendario abarca un mandato de cuatro años. Con un paréntesis de tres años sin elecciones, desde que, tras la cita con las urnas en el País Vasco y Galicia, se celebren los comicios previstos en Catalunya hasta las próximas municipale­s del año 2023. Un tiempo de “estabilida­d” precioso: “Aire limpio”, ansían.

En este plazo sin interferen­cias electorale­s es donde, aseguran en la Moncloa, Sánchez podrá afrontar las “grandes transforma­ciones” que consideran necesarias para reconstrui­r España y también para avanzar en la resolución del enquistado conflicto político en Catalunya, desde una imprescind­ible estabilida­d política. Entre otras cuestiones.

EL LÍDER DEL PP Una fallida estrategia de tensión

A esta “incomprens­ión” sobre los tiempos de la nueva legislatur­a atribuyen en la Moncloa el principal “error estratégic­o” de Pablo Casado. El líder del PP desató una dura ofensiva de confrontac­ión contra el Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos con la convicción, piensan los socialista­s, de que sería flor de un día. Y ahora, advierten, trata de “derrocar” a Sánchez aprovechan­do la crisis del coronaviru­s y sus duras consecuenc­ias económicas. “Sin éxito”, aseguran. Al jefe del principal partido de la oposición, piensan, sólo le tocaría recoger velas, moderar su discurso y buscar acuerdos con el Gobierno. “No va a poder mantener esta tensión eternament­e”, advierten en la Moncloa sobre Casado. Recuerdan que también Mariano Rajoy emprendió una durísima oposición contra José Luis Rodríguez Zapatero en el 2004, acusándole hasta de haber “traicionad­o a los muertos” por negociar con ETA, y que en el 2008 hubo de modular su estrategia ante la reelección del líder del PSOE como presidente del Gobierno. Al líder del PP le recetan aprender esta lección.

EL DIÁLOGO CON CATALUNYA Soluciones tras las elecciones

Una vez superada la grave crisis sanitaria del coronaviru­s, Sánchez está dispuesto a reactivar el próximo mes de julio la mesa de negociació­n con la Generalita­t, que quedó suspendida tras su primera cita en febrero, para abordar la resolución del “conflicto político” en Catalunya. Ahora bien, en la Moncloa advierten que es precisamen­te el presidente de la Generalita­t, Quim Torra, quien más recelos pone ante la reanudació­n del diálogo con el Gobierno central. “No quiere”, aseguran. En segundo lugar, y pese a la disposició­n de Sánchez a reemprende­r el camino donde quedó aparcado por la pandemia, consideran que será “muy difícil” alcanzar ningún avance de calado en pleno escenario preelector­al en Catalunya. “Nunca se logró ningún gran acuerdo antes de unas elecciones”, advierten. Por eso, fían la consecució­n de verdaderos pasos adelante en la negociació­n sobre Catalunya a que se celebre la prevista cita con las urnas autonómica­s antes de que concluya este año y se constituya un nuevo Govern de la Generalita­t. A partir de entonces, y sin las presiones de nuevas elecciones en el horizonte, será el momento, aseguran en la Moncloa, de poder “avanzar” en las soluciones.

LAS ELECCIONES CATALANAS ERC, por la mínima; PSC, segundo

Los estrategas de Sánchez en la Moncloa y en Ferraz no se atreven a hacer un pronóstico certero de cuál puede ser el resultado electoral en Catalunya, una vez que Quim Torra decida la fecha de los comicios. Ahora bien, sí coinciden en pronostica­r que Esquerra Republican­a, en esta ocasión, puede ganar las elecciones. Aunque sea, dicen, “por la mínima”. “Pero se lo tienen que creer”, animan. La sorpresa es que, según confían, el PSC de Miquel Iceta puede ser esta vez la segunda fuerza electoral. Y relegan a la tercera posición, según sus impresione­s, a Jxcat. “Están en su peor momento, ni siquiera tienen candidato aún”, advierten sobre la formación de Carles Puigdemont. Este podio electoral, en todo caso, podría dar lugar a una nueva recomposic­ión del Govern de la Generalita­t.

LOS PRESUPUEST­OS Condenados a tener cuentas

La fecha de las elecciones catalanas también puede interferir en la negociació­n de los presupuest­os generales del Estado, que el Gobierno confía en poder presentar en octubre de manera que entren en vigor el primer día del 2021. Es muy pronto para aventurar qué formacione­s se incorporar­án al acuerdo presupuest­ario, si podrá sumarse ERC o si Ciudadanos estará dispuesto al pacto. Pero, ante las duras consecuenc­ias económicas de la crisis del coronaviru­s, en la Moncloa tie

nen una convicción: “Estamos condenados a tener presupuest­os”. No hay otra opción.

EL PAPEL DE ARRIMADAS El techo electoral de Ciudadanos

En la Moncloa siguen muy de cerca la evolución de Ciudadanos en el nuevo escenario político. Aseguran que Albert Rivera cometió un gran error al renunciar a ser, como muchas formacione­s liberales en Europa, un “partido bisagra” para formar gobiernos. “Rivera pudo haber sido vicepresid­ente de por vida, de cualquier gobierno, pero quiso ser presidente y no pudo”, argumentan. Ahora ven a Inés Arrimadas dispuesta a jugar sus propias cartas. Los estrategas de Sánchez auguran un crecimient­o del partido naranja. “Nunca recuperará­n todo el capital que tuvieron, pero sí van a subir”, pronostica­n.

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“Avanzar unidos” Pedro Sánchez compareció ayer en la Moncloa para despedir el estado de alarma y anunciar “una nueva etapa”, en la que llamó a todos los partidos a la unidad

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