La Vanguardia

Rusia prepara un aséptico desfile de la Victoria, atenta aún al coronaviru­s

Putin busca movilizar el voto a una semana del referéndum constituci­onal

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Hoy es un día histórico en Rusia. Por vez primera el desfile de la Victoria no se celebra el 9 de mayo. El coronaviru­s ha obligado a aplazar la parada militar y el Kremlin le ha buscado otra fecha también histórica, el 24 de junio, porque ese día de 1945 se celebró el primer desfile en la plaza Roja de las tropas que derrotaron a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. También será un día extraño, porque aunque la pandemia de Covid-19 está remitiendo en Moscú, sigue activa en otras regiones. En una veintena de ellas, donde también se había programado el desfile, este se ha suspendido por precaución.

Pero el desfile de este año tenía que ser histórico por otros motivos. Y es que se cumplen 75 años de la victoria contra Hitler. Al Kremlin le interesaba aprovechar este hecho para mostrar al mundo el papel de la URSS en la lucha contra el nazismo. “Es esencial transmitir a las futuras generacion­es la memoria de que los nazis fueron derrotados primero y sobre todo por el pueblo soviético”, escribió la semana pasada el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en un largo artículo titulado Las verdaderas lecciones del 75 aniversari­o de la Segunda Guerra Mundial y publicado en la revista estadounid­ense The National Interest. El desfile también interesa a Putin porque falta solo una semana para el referéndum constituci­onal, que debe permitirle mantenerse en el poder hasta 2036. Y el acto es una manera de movilizar el voto.

La victoria en la Gran Guerra Patria (como aquí se la conoce) forma parte del ADN patriótico creado en las últimas décadas. Y Moscú se ha quejado en varias ocasiones de que, a pesar de los 27 millones de muertos (civiles y militares) en esa contienda, los países occidental­es no reconocen la contribuci­ón de los soviéticos al fin del nazismo.

El coronaviru­s ha trastocado los planes del Kremlin. Al desfile del 9 de mayo estaba previsto que acudieran el presidente de Francia, Emmanuel Macron, o la canciller alemana, Angela Merkel. Desde la anexión de Crimea, en el 2014, no se ha visto a ningún líder occidental en el desfile. Los dirigentes extranjero­s que han confirmado su asistencia en la nueva fecha no han llegado a diez, y la mayoría son de países exsoviétic­os aliados de Moscú.

Desfilan hoy por el centro de la capital rusa 14.000 militares. Según el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, todos han desarrolla­do inmunidad a la Covid-19. Así que no es probable que lleven mascarilla, la prenda más de moda hoy en día.

Una parte de los soldados sí llamarán hoy la atención, pero porque lucen uniformes que recuerdan a los que en 1945 vestían las tropas vencedoras que trajeron los estandarte­s arrebatado­s al enemigo.

Pero por exigencias de la tozuda realidad, la tribuna de la plaza Roja no estará tan llena como otros años. Según Interfax, los invitados han tenido que certificar que no están enfermos de coronaviru­s.

“Los veteranos se sentarán uno cada dos asientos, lo que permite quitarse la mascarilla y ver el desfile sin ella”, explicó Anna Popova, jefe de la agencia de salud pública Rospotrebn­adzor. Unos 80 excombatie­ntes de la Segunda Guerra Mundial, que como es tradición se encontrará­n con Putin, han vivido durante dos semanas antes del desfile aislados en una casa de descanso de la provincia de Moscú. Según el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, el objetivo era preservar la salud de los ancianos.

A nadie se le escapa que hay preocupaci­ón por el hecho de que Putin se pueda contagiar. La semana pasada se supo que en el Kremlin y en su residencia de Novo-ogariovo, a las afueras de Moscú, se han instalado varios túneles desinfecta­ntes para todo el que vaya a entrevista­rse con él. “Toda medida de seguridad está justificad­a en lo que se refiere al jefe del Estado”, dijo Peskov.

El número de contagiado­s en Rusia se acercaba ayer a los 600.000. La cifra es la tercera más alta del mundo (por detrás de EE.UU. y Brasil), que las autoridade­s rusas atribuyen a un también elevado número de tests realizados, 17,5 millones. Pero el número de fallecidos se mantiene bajo (8.359), si se compara a los países más afectados.

Aunque la pandemia está remitiendo el temor a un rebrote es evidente. Serguéi Sobianin, el alcalde de Moscú, aconsejó a los moscovitas disfrutar del desfile desde casa por televisión. “Hemos hecho retroceder la epidemia, pero el virus sigue siendo peligroso”, advirtió Putin ayer en su último mensaje a los ciudadanos rusos.

NI MACRON NI MERKEL

Los líderes que asisten a la parada no llegan a diez, la mayoría de países exsoviétic­os

PUTIN ACONSEJA CUIDADO “Hemos hecho retroceder la epidemia, pero el virus sigue siendo peligroso”

 ?? ALEXEI NIKOLSKY / AP ?? Putin y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, el lunes en una catedral a las afueras de Moscú
ALEXEI NIKOLSKY / AP Putin y su ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, el lunes en una catedral a las afueras de Moscú
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