Un terremoto de magnitud 7,5 causa temblores en sur y centro de México
El sismo deja al menos un muerto en una localidad próxima a Oaxaca
Fue, sobre todo, un gran susto, comentaban ayer testimonios, por vía telefónica, desde la capital mexicana. Amplias zona del sur y del centro de México temblaron ayer a causa de un terremoto de magnitud 7,5 que tuvo su epicentro en el estado de Oaxaca, unos 23 kilómetros al sur de la localidad de Crucecita. El seísmo ocurrió a las 10.30, hora local, según los datos del Servicio Sismológico Nacional de México.
Los mayores daños se produjeron en esta localidad de 15.000 habitantes, donde según declaraciones a los medios de comunicación, el gobernador del sureño estado de Oaxaca, Alejandro Murat,
informó de que una persona perdió la vida y otra resultó herida tras el derrumbe de un edificio. En la misma localidad se registró también la caída de varias fachadas, y un hospital de la zona dedicado a la atención de pacientes de Covid-19 sufrió daños “estructurales” y se tuvo que desalojar el centro médico.
El terremoto se originó cinco kilómetros por debajo de la superficie terrestre, si bien el Instituto Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) aumentó a más de 23 kilómetros la profundidad y rebajó la magnitud a 7,4. Los temblores se percibieron en numerosas localidades, entre ellas la capital, Ciudad de México, donde miles de personas se echaron a la calle con una calma relativa, en un país acostumbrado a este tipo de fenómenos geológicos. Hubo escenas de pánico, pero fueron contadas y breves, dado que las posteriores réplicas apenas superaron la magnitud 4,6.
El territorio mexicano está situado sobre cinco placas tectónicas. La mayor parte del país pertenece a la placa Norteamericana, mientras que la península de la Baja California pertenece a la placa del Pacífico y en el litoral del Pacífico se encuentran la microplaca de Rivera, la placa de Cocos y la del Caribe.
En el 2017, fallecieron 471 personas en México a causa de tres sismos, los días 7, 19 y 23 de septiembre, en la mayor tragedia natural en México desde el terremoto de 1985, que dejó miles de muertos en la capital del país. El terremoto de magnitud 8,2 con epicentro en Chiapas del 7 de septiembre dejó 98 víctimas mortales; 78 de ellas en Oaxaca, 16 en Chiapas y cuatro en Tabasco.
El del 19 de septiembre, de magnitud 7,1 y con epicentro entre Puebla y Morelos (centro), dejó 369 muertos, 228 de ellos en Ciudad de México. Otras cuatro personas perdieron la vida el 23 de septiembre, cuando un sismo de 6,1 en el sur de México disparó la alerta sísmica en la capital.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos emitió también una alerta de tsunami para las zonas costeras de México, Guatemala, Honduras y El Salvador ante la posible llegada de fuertes olas.
En Ciudad de México, la alcaldesa, Claudia Sheinbaum, informó de que por el momento únicamente había llegado información de la caída de varios muros y fachadas. “Continuaremos recibiendo información” señaló. Varios aviones se encontraban sobrevolando la zona, si bien por el momento no se habían registrado “incidentes graves”.
“Vamos a seguir llamando a que se actúe con precaución por réplicas y que nos cuidemos todos sin angustiarnos sin la desesperación”, dijo el presidente en un mensaje en vídeo desde el patio del palacio Nacional, donde se resguardó del temblor. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que se encuentra en contacto con Protección Civil.
La naturaleza fue especialmente benevolente ayer con México. La hipótesis de terremoto con fuertes destrozos e interrupción de servicios básicos es el escenario idóneo para la propagación de una epidemia como la que en estos momentos sacude al país.
La Administración de EE.UU. ha advertido del riesgo de tsunami en la costa mexicana y de Centroamérica