Del éxito al olvido más injusto
JOEL SCHUMACHER (1939-2020) Director y guionista
Hollywood siempre ha sido el gran templo donde se crean figuras que luego pueden acabar hundidas en el menosprecio y el olvido más injustos. Retirado desde el 2013, tras haber realizado dos episodios de la serie House of cards ,el cineasta norteamericano Joel Schumacher perdió su batalla contra el cáncer, falleciendo el pasado lunes, a los 80 años en su ciudad natal de Nueva York. Huérfano de padre desde que tenía cuatro años, su madre era una ilustrada judía de origen sueco. En 1995 Schumacher se hizo cargo de la dirección de Batman Forever, donde Val Kilmer reemplazaba a Michael Keaton en el papel del hombre murciélago. Fue un éxito taquillero detestado por la crítica, que aún se mostró más radical dos años después con Batman y Robin, donde George Clooney cometía la temeridad de asumir el papel de Batman, actuando junto a Arnold Schwarzenegger. El vapuleo de los críticos fue devastador.
Los inicios profesionales de Joel Schumacher fueron como diseñador de moda. Al fallecer su madre en 1965, él se entregó durante cinco años al consumo de drogas. A principios de la década de los 70 decide trasladarse a Los Ángeles y buscar trabajo en el mundo del cine. Sus inicios profesionales fueron en calidad de diseñador de vestuario, función que desempeñaría en películas de Woody Allen como El dormilón (1973) o Interiores (1978). Después también colaboró en guiones para películas como El mago (1978), un musical dirigido por Sydney Lumet, con Diana Ross y Michael Jackson encabezando el reparto.
En la dirección, sus comienzos fueron como realizador de anuncios publicitarios y telefilmes. Hasta 1981 no saltará definitivamente al ámbito cinematográfico. Lo hace con un remake de la legendaria película de ciencia-ficción El increíble hombre menguante, que adaptaba la novela de Richard Matheson y cuya primera y antológica filmación había sido realizada en 1957 por Jack Arnold. Con el tiempo y refiriéndosea Batman Forever, Schumacher se excusaría por haber sido víctima de su propio ego. Y añadía: “Quiero disculparme con todos los fans que estaban decepcionados porque creo que les debo eso”, aparte de quitarle toda responsabilidad en el fracaso a los actores.
Julia Roberts fue una de sus actrices predilectas y Schumacher, que alternaba todos los géneros aunque siempre tuvo debilidad por el cine policial, la tuvo a sus órdenes en películas como Línea mortal (1990). Uno de sus thrillers más relevantes fue Un día de furia, protagonizado en 1993 por Michael Douglas y aspirante a la Palma de Oro del Festival de Cannes de aquel año. Otro título interesante fue Tiempo de matar (1996), basado en la novela de John Grisham, con un lujoso reparto que incluía a Matthew Mcconaughey, Sandra Bullock, Samuel L. Jackson y Kevin Spacey. Cabe citar asimismo Asesinato en 8 mm. (1999), con Nicolas Cage (al que acompañaban Joaquin Phoenix y James Gandolfini) en el papel de un detective que se ve inmerso en el sórdido y terrorífico mundo de las snuff-movies. También Veronica Guerin. En busca de la verdad (2003), un repaso biográfico sobre la polémica periodista irlandesa
Refiriéndose a ‘Batman Forever’, Schumacher se excusaría por haber sido víctima de su propio ego
asesinada en 1996 en las afueras de Dublín y cuya figura era recreada en la película por Cate Blanchett, que obtuvo una candidatura al Globo de Oro como mejor actriz.
Joel Schumacher nunca ocultó su condición homosexual, a pesar de los inconvenientes que pudiera acarrearle en tiempos pasados. Bajo su figura había dos personalidades: el director de superproducciones que podían triunfar en taquilla y el cineasta que con desigual fortuna intentaba ser un creador artístico.