¿Qué niña criada en un orfanato fue una famosa diseñadora de moda?
Cuando su madre falleció, en plena miseria, su padre –vendedor ambulante- entregó a la niña a unas monjas en un hospicio de Corrèze, para que la cuidaran. Con doce años empezó a aprender a coser siguiendo las instrucciones de aquellas religiosas. Y cuando, finalmente, se enfrentó a la vida de la calle, era todo lo que tenía en su haber.
Abandona el orfanato con diecisiete años y quiere cambiar el rumbo de su vida. Esa determinación en dejar atrás carencias es lo que, según sus biógrafos, la llevará a ser la gran diseñadora del mundo, gran dama de la moda durante décadas.
Con 22 años se enamora de Étienne Balsan, un adinerado burgués que le enseña a montar a caballo y le descubre el lujo. Conoce gente selecta. Todos los que la miran como a una provinciana ignoran que, años después, será la mujer que diseñe sus ropas y tendrán que pedir hora para entrar en sus salones. Sin saber dibujar bocetos (creaba sus diseños sobre el cuerpo de las modelos) logrará un imperio.
Pero odia el ostracismo burgués y quiere trabajar, se lo cuenta a Balsan. Mientras él estudia cómo financiarle una sombrerería ella se fuga a París con Arthur Boy Capel, el jugador de polo. Balsan pierde así a su mejor amigo y a su mujer de una tacada. En 1914 compra en Galerías Lafayette docenas de sombreros que rediseña y los pone a la venta. Éxito total.
Muchos hombres pasan por su vida, de Stravinski al duque Dimitri de Rusia, del duque de Westminster (que la abandonó porque no podía darle hijos) a Paul Iribe, el artista con quien creyó haber encontrado al definitivo. Pero falleció de infarto tras un partido de tenis.
¿De dónde viene su nombre? Cuando la joven Gabrielle sale del hospicio trabaja en una mercería y redondea su sueldo actuando en La Rotonde, local de diversión para oficiales del ejército. Canta “Ko ko ri ko” y una tonadilla popular sobre una chica que ha perdido a su perrito Coco. Empiezan a llamarla “La petit Coco”. Y de ahí, Coco Chanel. Marca tendencia entre los más “chic” de Biarritz y, tras la Primera
Guerra Mundial, vuelve a París para vivir en el Hotel Ritz mientras la prensa mundial difunde su estilo.
El crac del 29 obligó a reducir la plantilla de su empresa –que ya contaba con 4.000 trabajadores- a la mitad. Chanel cerró sus salones y se fue a Norteamérica donde Goldwyn, el productor de cine, le ofrece vestir a las estrellas.
En 1944, acusada de colaboracionismo, es detenida. Exilio en Suiza. Con setenta y un años reabre su casa de modas porque -según confiesa a Marlene Dietrich- se aburre. El reumatismo la carcome y muere en 1971 tras dar un paseo con su amiga Claude Baillen. Al volver se tendió en su cama del Hotel Ritz y le dijo: “Mira, así se muere”.
La mujer que le puso pantalones al feminismo nunca se resignó a su destino (“jamás olvidé el tejido de las batas del orfanato”) y, sin concesiones, defendió ser apasionada y libre en su trabajo.
Y MAÑANA... ¿Qué gran historia inspiró ‘La consagración de la primavera’ de Carpentier?