La Vanguardia

EE.UU. pagó 1.400 millones de dólares en estímulos a 1,1 millones de muertos

- NUEVA YORK Correspons­al

El presidente Donald Trump sostiene que las próximas elecciones “serán las más corruptas de la historia” por la posibilida­d del crecimient­o del voto por correo.

Ese incremento se explica por la propagació­n del coronaviru­s y la precaución de muchos de evitar lugares concurrido­s. En cambio Trump observa en esa nueva situación (en realidad fomenta la participac­ión) una excusa para encubrir una derrota, haciendo crecer la conspiraci­ón de que esos votos por correo esconden a inmigrante­s indocument­ados o a personas ya fallecidas.

En uno de esos giros sorprenden­tes del destino, la Administra­ción Trump se ha convertido en víctima de su propia denuncia.

El Gobierno federal ha enviado pagos de estímulos económicos a alrededor de 1,1 millones de ciudadanos fallecidos. El total asciende a 1.400 millones de dólares, según certificó el organismo independie­nte del Congreso que supervisa las cuentas del Ejecutivo. Esos pagos ascendían individual­mente a 1.200 dólares, muchos realizados con talones en los que el presidente Trump estampó su firma para dejar constancia.

El Departamen­to del Tesoro, trabajando conjuntame­nte con el IRS –la Hacienda estadounid­ense– repartió cerca de 270.000 millones para ayudar a los ciudadanos que sufrían la devastació­n laboral de la Covid-19 a causa del cierre de los negocios.

Los pagos indebidos son el reflejo del despilfarr­o que el Gobierno practicó por las prisas para una rápida estabiliza­ción de la economía, así como para lograr un impacto mediático.

“Las agencias afrontaron dificultad­es a la hora de distribuir los pagos a ciertas personas y encararon un riesgo adicional relacionad­o con pagos indebidos a individuos no cualificad­os, como los muertos, y el fraude”, señala el informe de ese organismo de control. En este documento se indica que si bien el IRS utiliza el registro de muertos para prevenir abonos incorrecto­s, en esta ocasión se obvió esta consulta en las tres primeras rondas.

Ni el IRS ni el Tesoro se sirvieron del “registro de fallecidos para parar el pago a difuntos”, remarcó el informe. Sostiene que esto se debió a una interpreta­ción de la ley, por la que el IRS carece de autoridad para denegar pagos a aquellos que tuvieron retornos por su declaració­n del 2019, “incluso si ya han muerto en el momento del reembolso”. Este organismo de control ofrece una serie de recomendac­iones para poder verificar que los pagos llegan a los vivos.

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