Marlaska esquiva su reprobación y zanja el 8-M
Las abstenciones de los independentistas salvan al ministro
El Congreso evitó ayer reprobar al ministro del Interior, Fernando Grande-marlaska, por la crisis del 8-M. El intento del PP de reprochar al titular de Interior el cese de Diego Pérez de los Cobos solo obtuvo el apoyo de Vox y Ciudadanos y quedó en agua de borrajas. El Gobierno salva así una de las mayores crisis que ha vivido durante el estado de alarma.
Una crisis que se convirtió en un auténtico culebrón cuyo desenlace podría haber sido feliz para la oposición, pero lo ha sido para el Gobierno. A finales de mayo, Marlaska destituyó a Pérez de los Cobos, que era el jefe de la Guardia Civil en Madrid, alegando primero “pérdida de confianza” y asegurando después que el cese obedecía a una”reestructuración ya planeada” de la cúpula de la Benemérita.
PP, Vox y Ciudadanos tenían una visión de la jugada muy distinta. Explicaban que Marlaska se enteró de que el cuerpo armado estaba elaborando un informe para el juzgado de instrucción número 51 de Madrid que investigaba la presunta implicación del delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, y del director de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, en la celebración de la manifestación feminista del 8 de marzo en la que se pudieron producir contagios del coronavirus.
Según esa versión de la oposición, Marlaska habría demandado, a través de varios altos cargos de la Guardia Civil, a Pérez de los Cobos que le facilitase ese informe y como este se negó, lo habría destituido a través de una llamada telefónica realizada por la directora del cuerpo, María Gámez. La polémica dio para muchas sesiones en el Congreso y en el Senado y para infinidad de titulares de prensa.
Los populares estuvieron a punto de atrapar a su presa, lo que podría haber provocado una crisis de Gobierno y muchos dolores de cabeza para Pedro Sánchez, Pero la cosa empezó a desinflarse el pasado 12 de junio cuando la titular del juzgado de instrucción 51 de Madrid, Carmen Rodríguez-medel, archivó la causa provisionalmente al considerar que no había indicos de delito en la conducta de Franco y Simón.
Pero el PP no tiró la toalla y presentó una moción en el Congreso sobre la polémica, que se convirtió en la reprobación que los grupos debatieron el miércoles en la sesión plenaria. Marlaska no acudió al debate en el que recibió criticas por la derecha y por la izquierda. Populares, Vox y Ciudadanos le acusaron de actuar a su antojo en la Guardia Civil y de haber purgado a Pérez de los Cobos –que ha recurrido su cambio de destino– por motivos políticos.
Pero los reproches de la izquierda no fueron menores. La más contundente, la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, quien acusó al ministro de “haber hecho la vista gorda con las torturas a los presos vascos” cuando era juez de la Audiencia Nacional. Pero ni Bildu ni ERC quisieron “hacerle el juego a la derecha” y apostaron por salvar a Marlaska.
La votación se celebró ayer y se saldó con 151 votos a favor –de PP, Vox, Cs, Navarra Suma y Foro Asturias–, 167 en contra –del PSOE, UP, PNV y los minoritarios– y 29 abstenciones, de los independentistas, que fueron definitivos para exonerar a Marlaska y dar por finalizado el culebrón del 8-M.
La polémica se deshinchó el 12 de junio cuando la juez archivó la causa contra Franco y Simón