Deborah Hay y la danza sudafricana toman el Mercat
Mal Pelo, Sol Picó y Olga Mesa, en la nueva temporada
La danza libre y autoconsciente de Deborah Hay, surgida de la contracultura de los sesenta, y la poderosa danza sudafricana actual, con figuras como Robyn Orlin y Mamela Nyamza –que estaba programada en muchos de los grandes festivales europeos de este año–, protagonizarán la nueva temporada del Mercat de les Flors. Una temporada con un alud de espectáculos porque a los habituales se les han sumado 13 más que fueron cancelados durante los meses del confinamiento. Será además una temporada compleja. porque aún no saben qué aforos podrán tener, de modo que las entradas no se pondrán a la venta hasta septiembre.
En cualquier caso, la directora del Mercat, Àngels Margarit, anunció ayer la larga lista de nombres que desembarcarán, comenzando por la danza de Deborah Hay bailada por el Cullberg Ballet, del que es artista residente, y siguiendo por Wim Vandekeybus, Sol Picó, Juan Carlos Lérida –con un espectáculo ¡de 12 horas!–, Lia Rodrigues, La Veronal, Andrés Corchero o la compañía de Akram Khan con un espectáculo para toda la familia.
En la programación habrá cuatro constelaciones, esto es, ciclos que exploran a fondo la danza de grandes nombres propios. Una estará dedicada a la danza poderosa y política de la brasileña Lia Rodrigues, que no se pudo ver por la pandemia, otra a la compañía Mal Pelo y su mirada a Bach. Y una tercera a Olga Mesa y Francisco Ruiz de Infante, que trabajan en Francia. La madrileña Mesa, explica Margarit, une danza y artes visuales en increíbles instalaciones, como se podrá ver en su ópera multidisciplinar Carmen// Shakespeare: La Total que ocupará todos los espacios del Mercat durante cinco horas. Mesa recuperará también su icónico solo de 1996 esto NO Es Mi Cuerpo en una potente nueva versión.
Por supuesto, la cuarta constelación es para Deborah Hay (Nueva York, 1941), que brilló en los sesenta con Trisha Brown o Lucinda Childs, fue bailarina de Merce Cunningham y luego se retiró al campo a vivir la experiencia de la vida comunitaria, los psicotrópicos y el camino de la introspección. Así se liberó de una danza prefijada, observó los pequeños gestos domésticos y la danza de no profesionales, que sintetizó en sus solos. Y se preguntó qué mira el bailarín, el que es mirado, ayudando a transformar su mirada en energía.
Habrá flamenco con La liturgia de las horas de Juan Carlos Lérida, doce horas inspiradas en el recorrido de Cristo desde la Santa Cena a la Resurrección, y otro flamenco, Manuel Liñán, pondrá en
¡Viva! a hombres a bailar como mujeres para hablar de ese travestismo que desenmascara nuestros lugares más sensibles.
Estará también Sol Picó con
Animal de sèquia, Andrés Corchero con una pieza sobre el misticismo de Teresa de Ávila y Simone Weil y habrá piezas de Marina Mascarell y Eulàlia Bergadà. La Veronal presentará Sonoma y Pere Faura su Rèquiem nocturn.
Wim Vandekeybus volverá a su parte más física y misteriosa y la belga Lisbeth Gruwez, que trabajó con Jan Fabre, presentará la profética It’s going to get worse
El Mercat ha cerrado la temporada que ahora acaba con solo 25.189 espectadores debido a la pandemia
and worse and worse, my friend, sobre el discurso como arma de poder. Vero Cendoya mostrará cuerpos no normativos de gente con capacidades diferentes y cómo los totalitarismos querían exterminarlos en Bogumer.
Margarit hizo además balance de la temporada que acaba, un año roto por la pandemia que tuvo 25.189 espectadores, la mitad que en otros, porque además muchos de los montajes tenían aforos reducidos. Por el coronavirus han cancelado 50 funciones y se les han doblado los costes de limpieza. Cree que las administraciones deberían implicarse con más financiación en este “equipamiento nacional que es un referente europeo” y que “ya está al límite de lo que podemos hacer”.