El pacto de los ERTE
El acuerdo entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal para prorrogar hasta septiembre los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) constituye un nuevo e importante avance en el diálogo social que garantiza la supervivencia de centenares de miles de empresas y de más de tres millones de puestos de trabajo. Esa extensión de los ERTE comporta cargar 11.000 millones de euros más a las cuentas de la Seguridad Social, que se acumularán a su ya elevado déficit, ya que asume los pagos de los salarios de los trabajadores –en un elevado porcentaje–, de las prestaciones de los autónomos y de las bonificaciones a las cuotas sociales de las empresas. Pero, pese a todo, ese coste para el Estado es muy inferior al que supondría el cierre masivo de empresas y el brutal aumento del desempleo que se habría producido sin ese mecanismo de protección social y económico, incluido en su día en la reforma laboral del Partido Popular, y que también se aplica de forma similar en todo el resto de Europa.
Gracias a la rápida adopción de los ERTE, nada más comenzar la pandemia, son ya 1,4 millones de trabajadores los que han podido recuperar su trabajo después del confinamiento, especialmente en los sectores del automóvil, la construcción, las actividades sanitarias y la fabricación de productos metálicos. Todavía quedan acogidos a los ERTE 1,9 millones de trabajadores, fundamentalmente del sector turístico y de servicios, así como 1,4 millones de autónomos que reciben la prestación por cese de la actividad. El impacto económico y social de la pandemia ha sido de dimensiones históricas, ya que además hay que sumar un aumento de 900.000 nuevos desempleados, hasta un total de 3,3 millones de personas que están inscritas en las listas del paro.
En septiembre habrá que volver a convocar el diálogo social porque, probablemente, muchas de las empresas incluidas en los ERTE todavía no estarán en disposición de reanudar su actividad, sobre todo las del sector turístico, ni de garantizar el mantenimiento de sus plantillas durante seis meses más, tal como exigen las condiciones laborales fijadas por el Gobierno. Todo dependerá en buena parte de cómo vaya finalmente la temporada veraniega y de cómo impacten en la economía los rebrotes de la pandemia que se puedan producir. Pero, de momento, la prórroga pactada entre Gobierno, sindicatos y patronal aporta tranquilidad y confianza mientras progresa poco a poco la recuperación económica, que según todos los pronósticos requerirá más de dos años para llegar a la situación que había antes de la pandemia.
En cualquier caso, como ha afirmado la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, los agentes sociales una vez más han dado ejemplo de diálogo y han tendido la mano cuando más crispación social hay, para lograr un acuerdo equilibrado, ponderado y que refleja la responsabilidad de todas las partes.
La prórroga acordada en el marco del diálogo social garantiza la supervivencia
de empresas y empleos