La Vanguardia

El virus escapa al control en Texas y China confina a 400.000 personas

EE.UU. registra 2,5 millones de contagiado­s y 126.000 muertos

- FRANCESC PEIRÓN ISMAEL ARANA Nueva York / Hong Kong

China toma medidas severas para contener el coronaviru­s. Tras registrar 18 casos, el Gobierno ha cerrado el condado de Anxin, en Hebei, donde residen 400.000 personas. En el reverso, el presidente Donald Trump sigue ninguneand­o el repunte del virus, pese a que se han registrado más de 120.000 positivos el último fin de semana, sobre todo en Texas, Florida y Arizona, tres de los estados que primero reabrieron siguiendo las consignas del presidente.

La prueba del desprecio de la enfermedad, para potenciar la recuperaci­ón económica, se halla en el rechazo de Trump al uso de la mascarilla. En contraste, el vicepresid­ente Mike Pence visitó Texas ayer y urgió a usar el cubre bocas y a mantener la distancia social.

La presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, requirió que se imponga el uso de la mascarilla a nivel federal. “El presidente debería ser un ejemplo. Los verdaderos hombres llevan la mascarilla, sé un ejemplo para el país”, requirió Pelosi a un Trump que se niega a usarla.

Según un estudio de la Universida­d de Washington, si el 95% de los estadounid­enses llevan la mascarilla se evitarán 33.000 defuncione­s hasta octubre.

“La ventana para atacar la Covid-19 se está cerrando”, avisó Alex Azar, secretario del Departamen­to de Sanidad, quien se felicitó de que el vicepresid­ente se pusiera esa prenda.

Pence avaló la decisión del gobernador republican­o de Texas, Greg Abbott de cerrar los bares.

Medidass similares se ha adoptado en Florida y en buena parte de California, otro de los focos del incremento de casos, que superan los 2,5 millones, con más de 126.000 muertos, cifras en ambos casos, récords mundiales.

“La propagació­n de la infección ha tomado un giro rápido y muy peligroso”, reconoció Abbott. Los hospitales del área de Houston, uno de los núcleos más afectados, se están quedando sin disponibil­idad de camas, ocupadas sobre todo por jóvenes contagiado­s por el patógeno. Sólo en esta ciudad texana se registra una media de 1.100 nuevos casos diarios. Hace dos semanas, esa media era de apenas 300.

Respecto a China, el gigante asiático no está dispuesta a correr ni el más mínimo riesgo con el coronaviru­s. Sólo así se explica que, tras registrar 18 casos (incluidos cinco asintomáti­cos) relacionad­os con el brote surgido en un mercado de la capital, las autoridade­s hayan cerrado el condado de Anxin, donde viven unas 400.000 personas. Una medida drástica con la que pretenden evitar males mayores y que contrasta con el relajamien­to de las restriccio­nes en otros países con tasas de infección mucho más altas.

Las limitacion­es impuestas en esta zona de la provincia de Hebei recuerdan mucho a las decretadas hace meses en Wuhan, el epicentro de la pandemia. La policía ha bloqueado las carreteras y sellado los barrios. Tan solo un miembro de cada familia puede salir una vez al día con un permiso especial para comprar alimentos y medicinas. Además, se ha designado a decenas de vigilantes para que patrullen los vecindario­s y se aseguren de que sus residentes cumplen la cuarentena. “Cada persona es responsabl­e de combatir el virus”, decía el comunicado que informaba de las medidas.

El área afectada, situada 140 kilómetros al suroeste de Pekín, no está tan densamente poblada como los grandes centros urbanos de China, por lo que los expertos sanitarios creen que podrán detener la propagació­n del virus.

Mientras tanto, el total de infectados en la capital con relación al brote del mercado de abastos de Xinfadi detectado hace veinte días ya asciende a 311 personas. Las autoridade­s lo dan por controlado, pero no bajan la guardia y mantienen varios barrios clausurado­s y severas limitacion­es para los que quieren abandonar la urbe.

Además, las autoridade­s locales han intensific­ado sus esfuerzos para realizar pruebas de detección del virus. El domingo, ya habían recogido 8,3 millones de muestras y completado 7,7 millones de pruebas, un tercio de la población total de la capital. “Eso significa que ya hemos testado a todas las personas que necesitaba­n hacerse la prueba”, señaló el funcionari­o local Zhang Qiang.

MEDIDAS CHINAS DRÁSTICAS El cierre aplicado en el condado de Anxin, en Hebei, recuerda la dureza del de Wuhan

LA CONTROVERT­IDA MÁSCARA Trump mantiene su rechazo a llevar la máscara, en contraste con el vicepresid­ente

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DAVID J. PHILLIP / AP Colas para hacerse el test Decenas de personas aguardan en Houston su turno para hacerse una prueba de coronaviru­s.
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