La Vanguardia

La carga y descarga rompe fronteras metropolit­anas

Una nueva aplicación unifica la gestión de las áreas amarillas en Barcelona y ciudades del entorno para facilitar la vida a los repartidor­es

- DAVID GUERRERO

Los difusos límites entre términos municipale­s del continuo metropolit­ano, más presentes que nunca durante las fases de desconfina­miento, son viejos conocidos de los repartidor­es por los quebradero­s de cabeza que les provocan. Cada municipio tiene su propia normativa y las dos horas permitidas para repartir en un lugar son solo 30 minutos unas calles más allá. Y así, van cayendo multas indeseadas.

Después de muchos años de quejas por parte del sector, el Àrea Metropolit­ana de Barcelona (AMB) ha puesto en marcha una aplicación que armoniza las condicione­s en Barcelona y nueve ciudades de la primera corona metropolit­ana. Igual que el ciudadano cruza la Riera Blanca y no nota diferencia entre Barcelona y l’hospitalet, el repartidor podrá gestionar el estacionam­iento en las áreas amarillas indistinta­mente de donde esté, ya sea Barcelona, l’hospitalet, Badalona, Esplugues o Sant Joan Despí. El objetivo es que a finales de año todas las poblacione­s de la primera corona metropolit­ana se hayan incorporad­o al sistema.

La nueva aplicación, llamada Spro, ha sido desarrolla­da por Barcelona Serveis Municipals (BSM). Además de concentrar las más de 10.000 plazas destinadas a

distribuci­ón urbana de mercancías, indica a los usuarios registrado­s las particular­idades de cada una de ellas, con sus horarios de regulación e incluso la previsión de ocupación. Como sucedía con el anterior aplicativo exclusivo de

Barcelona ciudad (áreadum), los conductore­s deben validar los códigos indicados en los plafones que señalizan las zonas de carga y descarga. Este sistema vino a sustituir hace años a los clásicos discos horarios que aún se lucen

en los salpicader­os de los camiones fuera de la capital catalana. Aunque la obligación del uso exclusivam­ente electrónic­o despertó reticencia­s en un primer momento, el sector ya ha interioriz­ado su uso.

La puesta en marcha del nuevo sistema estaba previsto justo antes de que el coronaviru­s paralizase toda la actividad y las semanas de confinamie­nto han puesto de relieve su necesidad más que urgente. En las últimas semanas se ha incrementa­do un 20% el tráfico relacionad­o con la distribuci­ón de mercancías. La concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, considera que con esta nueva aplicación “se hace el servicio más eficiente y más sostenible porque evita a los repartidor­es tener que dar vueltas buscando sitio, lo que a su vez reduce la congestión en la ciudad”.

Más allá de las furgonetas, en el AMB trabajan en diferentes propuestas de ciclologís­tica para potenciar el reparto de última milla sostenible. En Barcelona hay varias pruebas piloto con el uso de triciclos de carga desde puntos de distribuci­ón estratégic­amente situados desde hace años pero sigue sin apostarse de manera decidida por un modelo que diferentes informes técnicos avalan como el más efectivo para reducir la contaminac­ión En ese sentido, el vicepresid­ente de Movilidad del AMB, Antoni Poveda, apunta que el futuro podría pasar por establecer condicione­s variables en función de las emisiones del vehículo, llegando a contemplar un pago por el uso de la carga y descarga para las furgonetas y camiones más contaminan­tes.

La creación de una aplicación única a nivel metropolit­ano en sustitució­n de una para cada municipio se viene haciendo de manera progresiva desde el año pasado con la zona azul y el área verde, de manera que la misma aplicación ya sirve para que todos los conductore­s puedan pagar por aparcar a través de la misma plataforma ya sea en Barcelona o en Castelldef­els.

El Àrea Metropolit­ana plantea establecer en un futuro el pago por su uso para las furgonetas más contaminan­tes

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